Bruno madrigal x Lectora- "En esta y otra vida"

:..｡o○ Nostalgia ○o｡..:

-…¿Que te metiste?  - cuestionó de manera irónica alejándose del contrario- la reencarnación no existe, si mueres, ahí te quedas.

- Hay muchas posibilidades, no te cierres a lo normal-

-¿Y como sabes que es verdad?- preguntó, al ver la dudosa expresión del joven, solo se quejó- no tengo tiempo, iré al lugar que indicó, hasta luego-

-Espera, puedo llevarte, total tanto tu como yo necesitamos respuestas.- reclamó siguiendo a la chica que estaba saliendo del lugar.

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-¿Crees que ella recuerde? - cuestionó la joven al hombre que se encontraba observando a los chicos irse desde la ventana.

-Algunas cosas lo dirá el tiempo, por ahora tengo que guiarla por el buen camino- contestó cerrando la cortina, devolviendo su mirada a la peli'negra.

-Don Jaime, ¿No que no sabía el paradero de su anterior padre?-

-Yo se todo, aunque algunas cosas no pueden ser reveladas- respondió sentándose en su silla que estaba a un lado.

-¿Usted fue quien hizo que tuviera el collar? ¿No es así?- volvió a preguntar nuevamente.

-... Claro que fui yo-

El don sacó una foto de su bolsillo, la joven intentó ver de quién se trataba, pero el mayor lo guardó nuevamente.

-¿Quienes son ellos?- cuestionó curiosa.

-Mi familia-

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-Ya basta, deja de seguirme- ordenó la joven mientras caminaba, tratando de dejar atrás al chico que la estaba persiguiendo.

-Entiende, vamos al mismo lugar, no creo que seas tan cabeza hueca  como para no entender-

La chica con la paciencia por los suelos, volteó a ver a su acompañante, estaba aguantando las ganas de tirarle una  piedra del suelo. Decidió tranquilizarse, estar en ese plan no solucionaría nada ni ayudaría, inhaló y exhaló, recuperando la calma en sus interiores dibujando una sonrisa en su rostro, a lo que el contrario la miró extrañado.

-Esta bien, vamos, pero por favor, cierra la boca- dió como indicación volviendo a empezar a caminar.

-¡Espera!  - dijo el risado caminando con rapidez a la joven quedando a la par con ella.

El silencio había reclamado su lugar en el ambiente entre ellos dos, el risado tenía muchas preguntas que hacerle, pero sabía que si abría la boca lo más probable es que no salga vivo, aparecía en los periódicos como "Hombre muere por un piedrazo".

Intentó sacar plática, pero cada vez dudaba más en si hablar o no, todavía faltaba por caminar, el lugar no era muy lejos, pero le desesperaba el hecho de estar callado por tanto tiempo, por alguna razón lo ponía muy nervioso. Entre uno de varios intentos de hablar, la joven notó sin duda la intención del contrario, lo miró y asintió en señal de que hablara.

-¿Por qué fuiste con Don Jaime? Por mi culpa no pudiste hablar con el, lo siento- se disculpó cabizbajo.

-No te preocupes, total, dudo que me hubiera respondido, es un hombre muy misterioso y difícil de predecir- contestó con una leve sonrisa, su mirada cambió a una serena, sacó de su bolsa aquel collar que fue lo que inició este alboroto- está es la razón por la cuál quería hablar con el.

El chico se quedó estático, dejó de caminar mirando el colgante que tenía en sus manos la joven, la chica se quedó confundida por la actitud el contrario, este tomó el collar y observó cada detalle.

-¿Dónde encontraste este collar? - interrogó mirando a la chica.

-¿Sabes de quién es?- consultó ignorando la pregunta del contrario.

El joven sin dudarlo, buscó en su bolsa con desesperación, después de varios segundos sacó una imagen y se la entregó a la chica, era una foto de la misma joven que le pertenecía el collar y a lado el mismo de sus sueños.

-...¿Quién es el hombre de a lado?-

-Se llama Bruno... Bruno Madrigal-

-...-

La joven se quedó callada, ese nombre le resonaba en su cabeza, por alguna razón sentía conocer el nombre de algún lado, no podía dejar de mirar la imagen. Miró aquel campo, estaba lleno de margaritas, su mente empezó a dar muchas vueltas, juraba que podía ver fragmentos de pequeñas escenas inexplicables, dos personas sentadas y riendo, se las quedó mirando con sorpresa ignorando el llamado del contrario que estaba preocupado por su actitud.

Al ver qué esas dos personas se levantaban, ella sin pensarlo los siguió, corrió hacia ellos, juraba poder escuchar sus voces y risas, corrieron hasta adentrarse al bosque, la joven con desesperación les gritó que se detuvieran, como si estos fueran a hacerle caso. Empezó a perderlos de vista por aquellos árboles que se interponían en su camino.

-¡_______! - gritaba con desesperación el risado, mientras la seguía, no entendía para nada lo que estaba pasando, pero tenía que cuidarla, se lo prometió a alguien importante.

La chica hizo caso omiso, su mente estaba centrada en esos dos que corrían hasta llegar al final del bosque, se desvanecieron dejando a la joven atrás, por alguna razón, tenía muchas ganas de llorar, era como un niño al que le quitaron su dulce, no entendía el porqué de esas emociones, definitivamente su vida dió un giro increíble y muy confuso, del cual ya había sido avisada, pero nunca prestó atención a las señales dejándolo cómo algo sin importancia.

Se recargó en un árbol, tanto correr le había cansado, por atrás, estaba el chico que no paró en ningún momento, agradeció al cielo que por fin se había detenido, pues su condición física no era muy buena, en pocas palabras, odiaba correr y con solo caminar un poco sentía que se moría.

-¡¿QUE TIENES EN TU CABEZA?! !¿MIARDA O QUE?! - regañó con el poco aire que le quedaba,sentándose a descansar en el suelo.

-¡NO ME HABLES ASÍ CARA DE BURRO!- Contestó de igual manera, si le dijera, el jamás le creería, dudaba.

Mientras ambos discutían, el señor, propietario de aquella casa que los jóvenes no notaron su presencia, salió de la misma con una escopeta, dando tres tiros al aire, captando la atención de los dos que se asustaron.

-¡Cállense!...- ordenó en voz alta.- ¿Quienes son... Y por qué están en mi propiedad? - agregó acercándose con su arma apuntando a ellos.

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-Ya quiero que aparezca Bruno Jajsjzks