¿Asesinato?

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Ambos se quedaron inmóviles, sus cuerpos no fueron capaces de mover ni un solo músculo ante la situación que estaba ocurriendo, el miedo se había apoderado de los dos jóvenes.

-Preguntaré una vez más - insinuó el hombre, apuntando con su arma a la chica que estaba como una estatua por el terror- ¿Quiénes son y qué hacen aquí?

Vaya bienvenida, ¿será que Don Jaime, el amable y generoso, haya guiado a los dos a su trágica muerte?

-L-lo sentimos Señor, no queremos problemas-

- O nuestras muertes - agregó el chico, recibiendo una mal mirada por parte de la chica-

-Señor... Don Jaime nos guió aquí, usted lo debe... - fue interrumpida por el mayor.

El hombre bajó el arma, al parecer era cierto y sólo se dejó llevar por su instinto de supervivencia.

-Esta bien... Tranquilos, entremos a la casa a charlar... Y tú - dijo mirando al chico que había mojado sus pantalones por el miedo- Puedo prestarte algo para cambiarte.

La chica estaba decepcionada por el comportamiento de su compañero, pero ¿quién lo juzgaría? El señor se pasó un poco de la raya con su cálida bienvenida.

༺❀༻

Los 3 entraron a aquella casa, el Señor tuvo un cambio drástico de comportamiento, pues ahora parecía ser una persona tranquila y amable, cosa que les pareció super extraño, la bienvenida no ayudó mucho.

-¿Gustan una tácita de té? O ¿quieren algo más? - preguntó el hombre que tenía unas tazas en mano.

-No señor, gracias, solo vine a hacerle unas preguntas. -

-Mi nombre es Armando Rodríguez, llamame por mi nombre, me siento viejo cada vez que me dicen "señor"- Dijo acompañado con unas pequeñas risas dejando las tazas en la mesa para los menores. -

- Joven joven que digamos, pues no- susurró el rizado a la chica, recibiendo así un codazo en su brazo.-

-¿Quieres comportarte? - bufó la chica con la mirada amenazante. - Perdonelo Armando, es que el niño tiene problemas.

-Mi mami dice que soy especial-agregó con ironía el joven.

-No se preocupen, no soy tan mal
humorado... ¿Y bien? ¿Que los trae aquí? - cuestionó sentándose en el mueble en frente de ambos.

-Oh si... - La chica buscó en su bolsa, se asustó por un momento, pensó que él collar había desaparecido, hasta que recordó el indicidente, miró al chico - ¿Tú tienes el collar verdad?

-Si, cuando terminemos de hablar con él Señor, hablaremos tu y yo del collar- dijo el chico sacando el collar de su bolsillo.

Aquel hombre que se hayaba sentando, al ver el objeto se puso de pie.

-¿Dónde encontraron ese collar? - preguntó arrebatando el objeto de las manos de la chica. - pensé que había desaparecido... - habló para sí mismo mirando la joya. -

-¿Usted... Sabe de quien es? (¿por qué todos conocen el collar? Es demasiado extraño) - Diciendo lo último para sí misma.

Pasaron unos segundos de silencio, sin que él mayor respondiera a aquella pregunta, cuando iba a preguntar nuevamente, este la miró, en sus ojos empezaron a brotar pequeñas lágrimas, esto claramente preocupó a la chica.

Bruno madrigal x Lectora- "En esta y otra vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora