Oh! Mi príncipe Moran

Capítulo 10: La confesión, parte 2

Vayamos a unas semanas antes de lo que acaba de pasar en el Reino Zodiacal; pero concentrémonos en el otro lado de la balanza: El Reino de Orión.

Este reino ya había descubierto a uno sus salvadores: Ran Yushuo (Isamel) nacido en otro mundo que llegó a este reino por azares de la vida. La cabeza de esta operación tan arriesgada era la chamana (maga) Niran. Una sierva del reino de Orión que preparó toda la masacre contra el Reino Zodiacal y sus alrededores hace unos 3 años. Claramente lo hizo en la sombra, ella nunca fue acusada por ningún motivo.

Pues durante meses, estuvo entrando a Ismael para que pudiera controlar sus habilidades. Esto requería tiempo y concentración, por lo que intentaba alejar lo más posible a la acompañante de Ismael, Yanran. Unas semanas más tarde, llegaron al Reino la aún princesa Xia Bing y su príncipe consorte. Por lo que era más trabajo para Niran el apartarlos de Ismael.

Mientras se le ocurría un plan para separarlos del todo, Yanran e Ismael estaban haciéndose más cercanos todavía. Ya había pasado bastante meses juntos. ¿Cómo es eso posible? Recordemos que aunque Feifei, Jiacheng y los mellizos fueron atraídos a este mundo a la vez, el destino hizo que Ismael llegara unos meses antes que los otros tres.

Volvamos al tema principal, Yanran e Ismael se habían hecho muy amigos. El hecho era que se contaban muchas cosas y encima de todo compartían habitación e incluso cama. Tranquilos, no pasó nada durante su estancia en palacio, aunque ya les hubiese gustado. El doctor Ran siempre era muy respetuoso con ella. Y un día, hasta le llegó a cantar una melodía que le había compuesto a su hermana Aurora.

-¿Qué estás haciendo aquí tan sola? -Llegó de repente Ismael a la habitación asustando así a Yanran.

-¿Yo? Pues aquí, estaba hablando con los príncipes hace un rato. Ahora me vine a descansar. -Comentó ella. -La verdad es que aquí no puedo hacer gran cosa. -Suspiró mirando la ventana.

-¿Por qué no? ¿Quieres salir? -La miró mientras buscaba algo que ponerse.

-Claro que quiero. Quiero irme a casa... -Le devolvió la mirada. -¿Es tanto pedir?

-Está bien... -Suspiró él. -Intentaré que tú y los demás vayan a casa. -La verdad es que dejarla ir se haría muy difícil.

-¿Y tú? ¿No vendrás con nosotros? -Preguntó preocupada.

-Tengo que buscar a mi hermana. Ella me necesita.

-Entiendo... -Ella le sonrió. -No me iré hasta que hayamos encontrado a tu hermana.

-No, tú quieres volver a casa. -Se acercó y acarició su mejilla. -Volverás a ella, te lo prometo. -Sonrió.

-Pero... pero... -Ella no quería dejarlo solo con la gente de este palacio. No confiaba en ellos.

Mientras estaban debatiendo sobre irse o no, alguien golpeó la puerta y entraron dos personas. Eran el príncipe Tang y la princesa Bing.

-¿Qué hacéis aquí, altezas? -Preguntó el doctor.

-Es que mi esposo se acaba de acordar de algo muy importante. -Explicó Xia Bing.

-¿Qué es lo importante, hermano Tang? -Preguntó Yanran.

-Pues que creo saber donde está su hermana -Tang hablaba con Yanran, pero señaló a Ismael.

El joven doctor, que ahora poseía la marca de Canis Maior miró al príncipe consorte cuando pronunció la palabra "hermana". Todos se sentaron y Tang Tang empezó a contarles cómo conoció brevemente a la señorita Ran.

-Pues al final ella se marchó con el Tío Real.

Ismael hizo una mueca de no entender nada.

-Es mi tío paterno y tiene el título de primer príncipe del Reino Zodiacal. -Explicó el príncipe Beitang.