Experiencia

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- No es posible que aún no me preste atención. Ni siquiera me da la oportunidad de ser amigos - bufo el rubio, Draco Malfoy Snape sumamente frustrado.

No era su culpa que ese cuatro ojos, sea tan idiota y despistado, podría volver loco a cualquiera pero no, él tenía que volver loco a su pobre y humilde persona.

- Sigues siendo algo...complicado, ustedes supuestamente se odian y terminan peleando todo el tiempo. - Y ahí estaba Severus intentando aconsejar a su hijo, Lucius tampoco entendía mucho la relación que llevaba su hijo con ese chico Potter, pero eso le hizo recordar a su propia experiencia amorosa con su esposo, su amado esposo.

Flashback.

Su segundo año en hogwarts empezaba, no estaba muy emocionado ya que le parecían aburridas las personas que querían acercarse a ser su amigo con tal de tener una buena imagen social o incluso, dinero y regalos lujosos como "muestra de amistad". Solo había pocas personas en las que confiaba, entre ellas Narcisa Black, Bellatrix y Rodolphus Lestrange. El hermano menor de este último ingresará al colegio si no mal recuerda, este año.

Su maleta estaba organizada de una forma elegante, la tomó y bajó dónde sus padres lo esperaban para después aparecerse allí.

- Y recuerda querido, no dejes que los de otras casas molesten a los nuevos pequeños, ¿si? - Aconsejó su padre. El rubio asintió con una pequeña sonrisa así abrazar a ambos, bueno a veces las otras casas eran discriminadoras con los Slytherin, muchos magos habían renegado de su lado bueno para convertirse en magos oscuros, más fue un prejuicio que fue haciéndose más potente con el tiempo aunque no todos lo eran.

Su padre, Tom como mestizo fue señalado muchas veces en su juventud y eso hasta el día de hoy lo perseguía, muchas veces cuando veía niños solos en la estación 9 ¾.

- Lo haré padre, los veré en navidad.- sonríe.

- Escríbenos seguido, ¿Si? Y cuéntanos todo, si necesitas ayuda con algo nos dices - besa su frente Abraxas, Lucius se sentía muy querido por su familia por lo que con una sonrisa nuevamente los abrazó.

Cuando se separó de aquel cálido abrazo lo vió, un niño pálido de cabello un poco más arriba de los hombros, tenía una mirada esperanzada pero seria, acompañado de una mujer igual a él, ojos negros y cabello negro tal como el niño, solo que llevaban ropas enmendadas.

El niño lo vió, sus mejillas por un instante se pusieron rosadas simplemente para después volver su visión a la mujer, lucía preocupado.

El tren ya iba a partir por lo que se despidió una última vez y subió, para encontrarse con sus amigos y el hermanito menor de Rodolphus, Rabastan Lestrange. Un niño de ojos azules, pequeños rizos negros y una sonrisa alegre. Ellos solían darle dulces ya que era un niño muy amable.

******

El sombrero seleccionador había escogido slytherin para ese niño que había visto, no entendía porque automáticamente sus ojos buscaban al niño, y no podía dejar de verlo.  Parecía que el joven se dió cuenta de la mirada intensa por lo que bajó la cabeza siendo su rostro escondido por su cabello.

Todo iba perfectamente al día siguiente, era el primero en su clase y había mantenido alejado a todos los falsos que querían amigar con su persona, pero todo frenó cuando vió a tres niños molestar al pelinegro, le hacían salir burbujas de la boca.

- ¡Hey! ¡Dejenlo ya! - Su cuerpo rápidamente se movió para después golpear a esos niños, aunque no salió bien parado.

- No tenías que hacer eso, tonto - dijo el niño pelinegro con un gruñido.

Lucius knows Donde viven las historias. Descúbrelo ahora