El plan de Lucius

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Las ventajas de ser de los sagrados veintiocho, eran infinitas pero en ese preciso momento el tener que hacer negocios entre ellos era uno que aprovecharía.

Así que su plan, simple fue invitar a Malfoy Manor a Sirius Black y su familia. No es que precisamente le agrade, simplemente lo despreciaba por ser la tortura de su esposo, pero él había aceptado su plan (con sexo por entre medio) y todo lo harían por su hijo y sus hormonas alborotadas, y tal vez por al fin tener un poco de paz.

- Así que...¿A qué hora llegan?- decía Draco emocionado, una camisa blanca algo ajustada que marcaba su torso trabajado, más no exagerado, una túnica verde slytherin y un pantalón negro, su cabello estaba algo rebelde hoy pero se veía muy bien. Todo por generar una buena impresión.

- No tardarán en llegar - Sonrió Lucius a su hijo, más su mirada se posó en Severus, su esposo era realmente atractivo y solía ocultarlo en esos trajes negros, pero hoy una camisa gris oscuro con una túnica negra, no muy larga y sus pantalones negros que iba ajustado en su cintura lo hacía lucir exquisito, y afortunadamente él era el único que podía gozar de semejante cuerpo. Se acercó y lo abrazó por la cintura con una sonrisa.

- Espera hasta la noche - dijo su cónyuge, con un poco de recelo. No estaba feliz con la visita de los Black, pero todo por su bebé.

La red Flu sonó y una luz azul destelló, habían llegado. Sirius Black con uno de sus clásicos trajes, este era un tono negro con detalles dorados muy ligeros, y su bigote. Ridículo ante la vista de Severus quien lo miraba con frialdad, más este le devolvió una sonrisa burlona.

Remus Lupin, la única persona con cerebro según los pensamientos de la familia Malfoy, le sonreía a los presentes con un pequeño deje de timidez pero alegría, tomaba la mano de su pareja.

Y claro, Harry estaba allí con un traje negro con detalles granate y su cabello desordenado.

- Bienvenidos - sonrió Lucius apenas apretando a su esposo contra si un poco.

- Gracias Malfoyado - dijo despreocupado Sirius, el Black no era precisamente muy apegado a ciertos comportamientos sangre pura, ni siquiera tenía modales.

- No me llames así, maldito pulgoso imbécil - dijo Lucius, saliéndose de sus casillas.

Sería una noche divertida, pero no salió como todos esperaban. Verán...

- Estos son nuestros pavos reales - decía presumiendo las majestuosas aves. Sirius miraba todo eso con una mueca.

- Son horribles, tienes gustos horribles - Se cruzó de brazos.

- Tú tienes peores gustos, cállate - se quejó el rubio.

Severus y Remus miraban a sus esposos con burla, ambos se habían rendido así que estaban sentados tomando té y comiendo cosas dulces.

- ¿Cómo lo aguantas?- Murmuró Severus.

- lo castigo con abstinencia, y claro un periódico enrollado siempre funciona - asintió el lobo sonriente.

- Tienes demasiada paciencia con ese bobo.

- Lo sé, y tal vez no es perfecto pero es lo que más amo - río.

Claro que severus lo entendía, él amaba a Lucius con cada defecto, incluso cuando era un estirado de primera.

La charla se vio frustrada cuando vió a un perro negro perseguir esas pobres aves.

- ¡Sirius!- corría detrás de él Lupin, seguido de Lucius.

- ¡No les hagas nada maldito pulgoso!- gritaba el rubio - ¡Te voy a castrar!

**********

Los adolescentes estaban en el balcón mirando la escena con vergüenza ajena, sus padres no eran del todo normales.

- ¿Crees que se maten?- Murmura Harry.

- No me sorprende. Tengo entendido que se odian desde sus épocas escolares, más que nada porque Black era un matón - Dijo mirando el rubio feo al perro, claro que iba a ayudar a su padre a castrar a ese Black.

- ¿Matón?- Murmuró Harry. Draco lo miró con la ceja alzada y suspiró.

- ¿No sabías?, Sirius era el matón de mi papá Severus, casi lo mata más de una vez - dijo cruzándose de brazos con rencor.

- Oh - dijo algo apenado Harry mirando a su profesor de pociones, que aunque era algo estricto y frío, era un buen profesor, ahora podía entender cuando el profesor hablaba mal de Sirius.

- Pero ya es cosa de madurar - sonrió el rubio para después asentir. Harry le dedicó una sonrisa y lo observó, ambos se miraban en silencio.

Poco a poco fue que empezaron a acercarse, con las mejillas rojas, el ruido de fondo se esfumó y no hubo nadie más a su alrededor, solamente ellos.

- Potter...- Susurró sonriendo Draco.

- ¿Asustado, malfoy? - Murmuró y se relamio los labios un poco. Draco le sonrió.

- Ya quisieras, Potter - sonrió socarron para después acabar con la distancia entre ambos y besar sus labios lentamente.

El beso fue dulce, excitante, pero no lo suficiente como para que ambos vayan más allá.

El primer beso de ambos, maravilloso.

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Lucius knows Donde viven las historias. Descúbrelo ahora