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La noche había llegado más rápido de lo que esperaban, tal vez la emoción de volver a ver a sus amigos había hecho que el día pareciese corto. Rodrigo y Tomás decidieron comprar algunas botellas de alcohol y snacks para llevar a casa de Iván, como vodka y doritos, no querían llegar con las manos vacías. Pidieron un Uber, y en solo minutos, ya estaban tocando el timbre de su amigo.

— Eh, vinieron re puntuales —. Sonrió el pelinegro, quien ya tenía un vaso en su mano. — Pasen, pasen, los demás están llegando.

— ¿Ya empezaste a tomar sin nosotros? Pará, emoción — Habló Rodrigo fingiendo molestia, Tomás soltó una risilla.

Ambos pasaron adentro, dejando las bolsas en la cocina junto a las bebidas –las cuales guardaron en la heladera para que no se calentaran– antes de sentarse en el sofá de la sala para conversar mientras esperaban a los demás invitados.

Luego de diez minutos, sus amigos iban cayendo uno detrás de otro, y sin darse cuenta, ya eran más de cinco en la sala. Todo era risas, gritos y música a un volúmen decente para poder oirse entre ellos, botellas vacías y Doritos por todos lados, un ambiente bastante divertido. Iván ya se encontraba ebrio, no tanto como el día anterior, pero se notaba que tenía una buena cantidad de alcohol en la sangre. A Rodrigo también se le notaba los efectos del alcohol, se la pasaba bailando y gritando cada vez que tenía oportunidad, Tomás era el único que solo había bebido con responsabilidad.

— ¡Eu! ¡Juguemos a la botellita! — Martín bebió el último trago de la botella que sostenía en la mano y se sentó en el suelo, en forma de indio. — ¡Dale! ¡Formen un círculo, pedazos de giles! — Y así lo hicieron, entre risas, bromas y quejas. — Te toca, Lit, sos el primero.

Así fue rotando entre los amigos, dándose picos e incluso besos que después eran motivo de bromas entre ellos. Cuando tocó el turno de Rodrigo, este giró la botella sin más, mientras seguía riendo por el anterior dúo que se habían besado.

— ¡Opa! ¡Dale, Spreen! — Gritó Martín, palmeándole la espalda al nombrado. — ¡Chape, chape, chape!

La botella había frenado en Iván, quien sonrió hacía el más bajo juguetonamente. El corazón de Rodrigo dió un saltito de emoción, pero como un rayo de luz, sintió la mano de Tomás sobre su hombro, haciendo que vuelva a la realidad. No estaba soltero.

— No te molesta, ¿verdad? — Le susurró con la voz preocupada. Robleis sonrió, negando suavemente.

— Solo es un juego y un pico, nada más.

Rodrigo asintió y se acercó hacia el pelinegro, quien lo esperaba en su posición con la misma expresión traviesa en el rostro. Tragó saliva antes de juntar sus labios con los del más alto en un pequeño roce, pero cuando quiso separarse, Iván lo sotuvo del mentón para profundizar el beso, el cual Carrera correspondió sin dudarlo. Por unos segundos, el castaño se sintió en el mismísimo cielo, como si solo se encontraran ellos dos solos, sin risas, sin música, solo ellos dos y sus bocas, explorándose entre sí.

Ambos, habían olvidado que sólo era un juego.

Cuando se separaron, el rostro de Rodrigo se ruborizó en mil colores y volvió rápidamente a su lugar, limpiándose el resto de saliva, podía sentir su corazón latir a mil por hora mientras escuchaba las risas y los silbidos de los demás. Tomás se encontraba en un estado de trance, no podía procesar lo que había visto, simplemente se levantó de la ronda y caminó hacia la cocina, dejando el vaso del alcohol sobre la mesa, necesitaba salir de esa casa de inmediato.

— ¿Tomi? — La voz de Rodrigo lo hizo caer otra vez a la tierra. Volteó para observarlo, los ojos de su pareja se veían rojizos, como si estuviera apunto de llorar. — ¿Te vas a ir? ¿Me vas a dejar?

El nombrado se apresuró a abrazarlo, escuchando en poco tiempo los sollozos del más bajo, manteniendo su rostro escondido sobre su cuello, señal de que no quería mostrarse de esa manera frente a él. Soltó un suspiro, acariciando su espalda con suavidad.

— Mañana tengo un ensayo, corazón, por eso casi no bebí nada —. Dejó besos sobre el cabello de su novio, quien se aferraba aún más a su cuerpo. — Solo voy a casa a dormir, ¿querés venir conmigo? — Sintió como Rodrigo movía la cabeza en señal de ‹sí›. Aquella respuesta, lo tranquilizó internamente. — Está bien, bebé, vamos. Agarrá tu abrigo mientras llamo al Uber.

El más bajo asintió, corriendo en busca de su prenda y pertenencias que había dejado en la habitación de su amigo por seguridad. Iván había visto todo desde el marco de la puerta, mordía su labio de frustración. Después de besar a Carrera, solo quería volver a hacerlo una y otra vez, no sabía como iba a sacarse esos labios de su cabeza. Rápidamente tomó la mano de Rodrigo cuando lo observó subir las escaleras e hizo que el más bajo apresurara su andar hasta llegar al cuarto.

— ¡Spreen! ¿me devolvés las cosas? Tengo que irm- —. No pudo terminar de formar la oración, puesto que sus labios habían sido atrapados por los del pelinegro, un beso desesperado, uno que había imaginado en sus más profundos sueños.

Rodrigo reaccionó e intentó empujar el pecho de Iván lejos de él, pero este era más fuerte, así que no tuvo otra opción que morderle el labio inferior. El más alto jadeó del dolor y se cubrió rápidamente la boca, sintiendo el sabor metálico de la sangre.

— ¡¿Estás loco, Iván?! N- no podés sólo venir y besarme como si nada, no estás en tus cinco sentidos en este momento, ¡Estamos ebrios! — Alzó la voz el castaño, tomando sus pertenencias rápidamente. — Además tengo pareja y... ya no me gustás, Iván —. Mintió descaradamente. — Ya me dijiste tu respuesta hace un año. — Bajó la mirada, frotando sus ojos. Realmente el alcohol hacía que sus emociones salieran a flor de piel. — Nos vemos, gran fiesta.

Salió de la habitación lo más rápido posible, Tomás lo esperaba en la entrada, su actual novio, a quien quería mucho y no quería perder por culpa de una estupidez. Ambos se subieron al coche, y apenas el motor arrancó, Rodrigo abrazó con fuerza a su pareja, quería olvidarse de lo que había sucedido.

No quería quedarse solo otra vez.

—「🥂」—

omg, hi.

— L. <3

🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL ⌟ ⊹˚ ʳᵒᵈʳⁱᵛᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora