› : FINAL

11.9K 971 1.3K
                                    

— ɪᴠᴀ́ɴ POV —

Las vibraciones del celular de Rodrigo hicieron que ambos nos despertemos con mal humor, probablemente era muy tarde, pero estábamos cansados y lo único que queríamos hacer, era dormir. Con su cara adormilada, agarró su celular, leyendo los mensajes que seguramente le estaban sonando desde hace diez minutos.

Cuando se sentó repentinamente en la cama, lo miré asustado, ya que su cara se había puesto pálida y sus ojos se encontraban abiertos exageradamente.

— ¿Qué pasó? — Pregunté, sentándome de igual forma. — Rodri, ¿Qué pasó?

— Nos filmaron —. Inmediatamente me mostró la pantalla de su celular, donde claramente se veía el momento exacto cuando Rodrigo me chapó frente a todos. — Iván, ¡Nos filmaron y ya todo el mundo lo vió!

— Cálmate —. Le dije suavemente, tomando su celular para entrar a twitter. Cerré mis ojos por un momento. Efectivamente, ya éramos tendencia. 

— ¿Qué vamos a hacer? — Habló en un hilo de voz, sus ojos ya se encontraban rojos a punto de llorar. — No quiero leer las cosas que estarán diciendo de vos.

Envolví mis brazos alrededor de su cuerpo, abrazándolo mientras acariciaba suavemente su cabello. Tomás y él habían subido un tweet hace un mes de su ruptura, ninguno dió detalles de lo que había pasado ni mucho menos lo habían comentado mediante sus streams. Podía sentir a Rodrigo temblar entre mis brazos.

— Hey, Rodri —. Lo llamé, sacándolo de sus pensamientos. — No tenés razón para hablar de tu vida privada, es obvio que la persona que lo publicó lo hizo con malas intenciones —. Limpié sus mejillas con mis pulgares, besando sus párpados. — Vamos a solucionar esto, ¿si?

Él asintió, pero no se le veía convencido. Seguí leyendo lo que las personas escribían, una mitad del fandom estaba confundida y la otra mitad estaba feliz. Solo una pequeña parte estaba tirando hate a Carrera, incluso a mí, que siempre había aclarado mi heterosexualidad. Solté un largo suspiro, hoy iba a ser un día cargadito.

— ¡Esa piba! — Gritó Rodrigo, asustándome por lo repentino que fue. — ¡La piba esa que estaba bailando con vos! Esa hija de-

— Rodri —. Lo corté. Él me miró con el ceño fruncido.

— Si no fuera porque te dejaste seducir, no estaríamos en esta situación —. Se cruzó de brazos, parecía un nene chiquito haciendo berrinche. Rodé los ojos. 

— De una u otra forma iba a pasar, ¿O pensás que jamás te iba a besar en público? — Me miró, esperando que siguiera. Solté un suspiro. — Me gusta estar con vos en nuestra privacidad, pero no me molesta que los demás nos vean.

— ¿Y por qué jamás lo hiciste? Pensé que... No querías que nadie supiera.

— Porque sabía el quilombo que se iba a ocasionar en las redes si alguien nos veía. Mírate —. Él se secó el rastro de lágrimas. — Te sentís mal porque tenés miedo de que yo me sienta mal por lo que dicen de mí —. Sonreí, besando sus labios. — Te preocupás demasiado por las personas que querés.

— Quiere decir que, ¿Yo no te avergüenzo? — Negué con la cabeza. 

— Claro que no me avergonzás, estúpido —. Lo abracé con fuerza, besando su mejilla. — Te quiero mucho y me encanta estar con vos —. Lo vi bajar la cabeza, ahora era yo quien fruncía el ceño confundido.

— Pero nunca me preguntaste si yo quería salir con vos —. Arqueé una ceja.

— Pensé que ya estábamos saliendo —. Tomé su mentón para que me mirara. — Creí que era obvio que estábamos en una relación.

— ¿Sos boludo o te pagan para serlo? — Rodrigo estaba sonrojado, y cuando eso ocurría, parecía un chihuahua enojado, siempre se ponía a la defensiva. — ¡Tenías que preguntarme si quería salir con vos!

— Bueno —. Tomé aire, aguantando la risa. — ¿Querés ser mi novio, Rodri?

— No, no quiero —. Mi cara cambió de inmediato, mirándole sorprendido. — Estoy jodiendo —. Soltó una carcajada, haciéndome suspirar de frustración. — Sí,  quiero. 

Negué suave con la cabeza antes de besarlo, sus labios encajaban perfectamente con los míos, como piezas de un rompecabezas.

「🥂」

Llegada la noche, Rodrigo prendió directo. Todo el día había estado esperando por hacerlo, podía notar su ansiedad y sus nervios, además de su emoción. No se había quedado quieto ni un solo segundo esperando la hora en la que había avisado por Instagram.

— Bebé, quédate sentado —. Le pedí amablemente, me estaba poniendo nervioso.

— ¡No puedo, no puedo! — Pegó un grito, corriendo hasta el final del pasillo y volviendo. Hizo eso unas cuántas veces, mientras yo ponía otra canción para que el chat siguiera esperando. — Ya puedo.

— ¿Si? — Lo observé dejarse caer en su silla, exhausto por tanto correr. Solté una risita, era muy tierno. — ¿Estás listo?

— Lo estoy —. Dicho eso, clickeó para cambiar la escena y activar el micrófono. 

— Qué onda, gente —. Comencé hablando yo, Rodrigo aún estaba recuperando el aire después de hacer su descarga de energía. — Me encuentro acá en el canal del señor Carrera porque hoy nos levantamos siendo tendencia en twitter.

— Sí — Habló con firmeza y lo miré. — Y antes de aclarar algunas cosas, primero tengo que hablarle a alguien, específicamente a una rubia de metro setenta —. Se acercó hasta la webcam, colocando su rostro lo más cerca posible. — Escúchame, pelotuda, ¡Sí, te estoy hablando a vos! ¡La que publicó el vídeo a todas las redes posibles! — Gritó enojado y solté un suspiro, dejando que siguiera con su rabieta. — ¿Te enojaste porque no te dejé chaparte a mi novio? ¡Chupala! 

— ¿Terminaste? — Le pregunté y él se sentó nuevamente, con los brazos cruzados. — Bueno, no sólo estoy acá porque vamos a hacer mucho contenido juntos, sino que también queríamos hablar de un hecho importante para que dejen el tema aparte —. Tomé aire antes de seguir. — Estoy saliendo con Rodrigo, somos pareja y se acabó. ¿Sale hardcore? — Escuché su carcajada y me reí con él.

— Sos un tarado.

Luego de una media hora respondiendo a algunas preguntas del chat, nos pusimos a jugar algunos juegos, reaccionamos a videos, hablamos de boludeces, nos divertíamos bastante. El chat se veía feliz, Rodrigo se veía feliz, y eso era suficiente para que yo también estuviera feliz.

Después de todo, estaba enamorado de Rodrigo Carrera, y ya no necesitaba una botella de alcohol para decirle cuánto me gustaba. Él era una persona importante para mí y podía confirmar con sinceridad que siempre lo sería, por más de que las cosas en un futuro no funcionaran como funcionan ahora. 

Siempre iba a estar en mi corazón e iba a hacer lo posible por mantenerlo a mi lado, porque lo quería y no estaba en mis planes dejarlo ir otra vez.

— Carre, me gustás mucho.

— ¡Cállate!

—「 ғɪɴ 」—

🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL ⌟ ⊹˚ ʳᵒᵈʳⁱᵛᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora