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Quería alejarlo de mí, no se merecía vivir en soledad y sin la sensación de tener un pequeño de su sangre.
- ¡Por qué quieres terminar!
- Es lo mejor- No puedo mirarlo a los ojos, me da miedo que con solo verlo termine cediendo a sus suplicas. Tomo mis cosas de la casa, las pongo en mi maleta mientras él las seguía sacando.- No hagas las cosas más difíciles, Min.- Tomó mi brazo con fuerza haciendo que nuestros ojos se encontraran. Se me rompió más el corazón. Lloraba, sus ojos se encontraban rojos.
- Dijiste que no me abandonarías.- El ruido de retención de llanto salió de mí. Paso mi mano por sus mejillas limpiándolas.
- Te amo, es por eso que me alejo.- Estaba a punto de caer al piso cuando sus brazos me sostuvieron.- No puedo tener hijos. Como te puedo retener siendo así.- Cuando su agarre se volvió frágil me solté, terminando de poner mis cosas en mi maleta.
No lo pensé dos veces y sali de la casa. Él no me siguió, aquello hizo que mi llanto se hiciera más fuerte.
Tome mi teléfono marcándole a mi mejor amigo.- ¿bueno?- No podía procesar ninguna palabra, solo llorar.- ¡Wonwoo que pasa!
- Ven por mi.- Esas palabras hicieron que mi garganta ardiera.
Cuando Jeonghan llego, corrió hacia mí tomando únicamente pedazos de mi alma en su abrazo.
- Joshua, trae la maleta.- Me subieron en la parte trasera el auto. No quería abrir la ventana, solo observar a toda la gente.
Jeonghan se había sentado aún lado de mí, Me abrazo maternalmente mientras limpiaba las lágrimas fugitivas que se me escapaban al recordar lo mucho que este amor me había hecho cambiar.
- Todo va estar bien, Wonwoo.- Sus palabras eran verdaderas. Me acurruco en su pecho cerrando mis ojos.
Esperando los buenos dias.
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