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Cuando volví en si, lo tenia entre mis brazos, respirando en mi oreja.
- ¿Estas bien?-
-No... te muevas...- Mi nudo aún no se distendía.
Era una obra de arte, Wonwoo era una maldita obra de arte erótica. Su cabello mojado, en perlado de sudor. Sus labios hinchados, rojizos, partidos a la mitad por las mordidas que le había brindado. Me acerco a él y pruebo nuevamente su piel. Sabe tan bien.
-..Gyu... no te muevas.- Su voz se oye tan bien. Me muevo nuevamente escuchando un gemido de su parte.
Quiero tomarlo una y otra vez hasta poder dejarle claro que no lo quiero lejos.
-Te amo, Won.- Mi voz salió ronca y deseosa.
Ni siquiera escuchar la voz de aquel omega con olor a Wafles me detuvo de amarlo.
- Te are mío hasta cansarme.
-Eres... codicioso.
- Tengo que serlo, de lo contrario volverás a huir de mi.- Mis movimientos se vuelven rudos y certeros haciendo que lagrimas resbalaran por su linda cara.
El climax había llegado nuevamente. Nuestras frentes se juntaron, finalizando con un beso dulce y lento.
- No importa lo que pase. Wonwoo, quiero estar contigo.-
- ¿Estás seguro? - Asiento.
Después de todo, esta decisión no solo la tome yo.
- Incluso mi lobo te necesita, ambos te necesitamos.- Y así fue durante algunos meses en donde sin pensarlo nosotros dos ya no éramos nosotros dos.
- Pero tu dijiste...- Sus ojos brillaban, sus actos eran más calmados.
Había un resplandor en él. Quería comérmelo.
- Cuatro meses, ¿enserio no te diste cuenta?
- Bueno, usabas ropa muy holgada. Era bastante obvio que no me iba a dar cuenta.
Camina hacia mí, sentándose en mis piernas. Toco su abdomen con algo de miedo. Mi garganta se cerró y mis ojos se aguaron.
- ¿seremos padres?-
- Seremos padres.- no sé cuándo empecé a llorar, antes o después de que él lo hiciera.
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