Capitulo 27: La otra dimensión

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Las cosas no iban nada bien. Katia era mejor amiga de Crista, Liam y ella seguían juntos y no encontraba por ningún lado a Will. Sobre la misión, estaba fracasando en todo sentido. Debí preguntar donde crecían las malditas flores.

-Profe- la señorita Torres se volteo a mi- Me podría decir dónde encuentro a Will Davis- ella frunció el ceño dejando en el escritorio frente a ella los papeles que tenia en manos

-El señor Davis esta en su intercambio en Inglaterra- se suponía que Will se iba en unos meses ¿Por que este Will ya estaba en su intercambio?- Pero de eso ya unos... Dos años ¿Esta bien señorita Evans?- asentí y me fui alejando poco a poco

Will se fue a los 14 años...

Ya habían pasado una hora desde que llegué. Intenté adaptarme al lugar y las situaciones para poder pensar dónde encontrar las benditas flores, igual nada servía.

Hasta donde entendí, Will no estaba, Katia Crista y yo estábamos peleadas, Liam seguía con Crista. Literalmente yo no tenía amigos... Todo esta mal y dado vuelta

A pesar de no encontrar nada sobre las flores en la exhaustiva búsqueda desde la computadora del colegio decidí saltarme las últimas clases e ir al bosque prohibido a probar suerte. Claro, primero tuve que pasar por los casilleros por unas cosas y a dejar los libros.

A penas abrí la pequeña puerta de metal azul unas hojas se deslizaron fuera del casillero. Eran unas fotos. De mi, de esta Megan. Levante las que estaban en el suelo y les di una ojeada

Distintas "bromas" fotografiadas y todas a la misma chica, ¿Yo? ¿Ella? ¿Nosotras? Aun no sabia como referirme a eso.

¿Por qué no te defendes? ¿Cuanto sufrís Megan Evans?

En mi dimensión a pesar de que Crista y su grupo de idiotas (Brian, Cleo, Nathan y Liam) me molestaban siempre me defendí. Siempre. Eramos ellos contra Katia, Will y yo. ¿Que le pasaba a esta Megan que no se defendía?

Seguí viendo las fotos, desde bromas pesadas como encerrarla en el baño hasta humillarla de las peores formas... Y ella nunca se defendía eso se veía en aquellas imágenes. Pude sentir como sus sentimientos invadían todo mí pecho ahogando me. El dolor. El odio. El miedo. La angustia. Todo.

Me metí en el cuarto del conserje para poder respirar. Me estaba hiperventilado cuando sentí el olor al tabaco

-Tenes un ataque de pánico. Te estas hiperventilando. Respiras de forma patética- su voz grabe e imponente me habló desde las sombras de lo profundo del cuarto

-No... Puedo... No... Respirar- tome mí pecho intentando calmarme sin éxito. Las lágrimas llenaron mis ojos y sin más comenzaron a caer por mis mejillas. Él salio de las sombras tirando el cigarrillo al suelo y pisándolo

-Claro que no mensa, te dije que tenías un ataque de pánico- volteó los ojos con completo descaro

-No... Me... Vuelvas a... llamar así- lo mire con todo el odio que pude. Para ser sincera no era mucho, después de todo era Liam

-Y vos no gastes tu aire en inservibles amenazas- se agacho para quedar a mi altura. Llevo su brazo a mi hombro y respiró. Hice lo mismo dejando el aire en mis pulmones hasta que él exhaló y deje salir todo.

Quizá fue porque está Megan estaba acostumbrada a eso. O posiblemente fue porque sus ojos celestes combinados de un verde grisáceo me veían expectantes haciendo que mi mente divague sin rumbo alguno. Pero en cuestión de un par de minutos pude volver a respirar casi con normalidad

Aun agachados me regalé ese instante para admirar sus ojos, dios como los extrañaba. Nunca pensamos en cuanto vamos a extrañar algo de lo cotidiano hasta que ya no lo tenemos. Increíble ¿No? Que algo que nos parece tan incondicional sea tan efímero como la vida.

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