Capítulo 13

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Una, tras otra.

Una gota, tras otra, caía por la ventana y se deslizaba lentamente hasta el final del borde. Esa lluvia tan fresca pero tan melancólica al mismo tiempo.

Repentinamente, recuerdos vienen a mi mente...

Nooo. —Empieza a reír alterada— ¡Para! —Una carcajada tras otra— ¡Bastaaaa!

Bueno, bueno. Está bien, me detendré. —Me separé deteniendome, ya que le estaba haciendo cosquillas—. Eres muy llorona.

—Te recuerdo que si no te detenías me podía dar un paro cardíaco por falta de oxígeno. —se cruza de brazos.

Y dramática también. —Bufe.

— ¿Lo dice el rey del drama? —enarcó una ceja.

—Solo me asusté una vez, no exageres. —puse los ojos en blanco y me levanté del sofá, con dirección a la cocina.

Aun recuerdo el día que estabas tan asustado por la herida que tenías en tu dedo, que hasta llegaste a decir que ibas a morir desangrado.—Dijo en voz alta.

Pero al menos yo por un pequeño golpe no anduve con amuletas. —respondí, y ella hizo una expresión de asombro.

¡Cállate! Si me golpee fuerte. —Se cruzo de brazos, haciendo expresión de puchero.

Ves, eres muy débil. —le saque la lengua.

—¡Que no soy débil! Vuelve a decir eso y te lanzo este bonito...—observa lo que tiene a su lado— Este cubo. —lo toma, amenazando con lanzarlo.

Wow, wow, wow —levante mis manos en señal de rendición— Calma, pequeña fiera.

Eres un estúpido.

—Y tú una impresionante dramática... —ni siquiera pude pestañear cuando me lanzó el cubo que tenía en su mano, por suerte pude esquivarlo.

—¿¡Que fue eso!? —no creí que iba a lanzarlo.

Te lo advertí. —Sonrie con insuficiencia.

—Estas loca.

—Tu me haces serlo.—Se levanta del sofá y se acerca a dónde estoy.

—Ya lo veo. —se está acercando más— ¿Sucede algo? —pregunté algo confundido por la cercanía.

Si, hay un problema.—se acerca tanto a mi, cortando toda clase de distancia quedando a solo centímetros nuestros rostros.

Y ¿Cuál es el problema?— pregunté con indiferencia.

Pues... —se acercó tanto, que nuestras narices rozaban— te quiero besar. —susurró sobre mis labios. Esto hizo que algo dentro de mi despertara.

No me dejó siquiera hablar cuando estampó sus labios con los míos. Debo admitir que me impresionó. No me lo esperaba, pero luego yo rápidamente reaccioné a ese beso, siguiendo cada movimiento de sus labios, sus jugosos labios que tanto deseaba besar. Saben tan bien. A ese labial dulce que usa siempre, ese labial sabor a fresa.

Cada beso se volvía más y más profundo. Levanté mi mano y la envolví entre su cabello mientras que con la otra la tomé de las caderas y la apreté mas a mí. El beso cada vez se profundizaba más. Su lengua en busca de la mía, uniéndose como si cada una no quisiera separarse. Era lo más jodido que me estaba pasando, porque sabía que de alguna manera me iba a afectar, pero igual me gustaba esto, sentir esto. De alguna manera esto me hace masoquista, pero si es por ella, soy feliz de sentir este dolor.

Tan cerca y tan lejos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora