Príncipe tonto y princesa amargada

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Hace quince años, cuando era una niñita de ocho años, conocí a un niño un año mayor que yo.

Su nombre era Robert, pero yo le decía "príncipe tonto", y es que siempre que jugábamos decía ser mí "príncipe azul" pero terminaba en el suelo. O se caía, o tropezaba, o sus agujetas estaban sueltas, por una u otra razón siempre caía.

Él me decía "princesa amargada", me puso ese apodo porque decía que no tenía sentido del humor, y que era muy básico llamarme "princesa caramelo" o alguno de esos nombres.

Ahora le doy gracias.

Soy cantante de heavy metal, y el álbum que me hizo llegar al éxito fue "princesa amargada", con nueve canciones. Mientras las escribía pensaba en aquel niño que nunca volví a ver después de que se mudaran.

Tenía doce y él trece años.

Nunca tuve la oportunidad de decirle lo que sentía.

Pero hoy, mientras estaba en el concierto, creí haberlo visto. Por unos minutos, lo estuve mirando y no lo perdí de vista. Estaba segura que era aquel niño de ojos oscuros y cabellos rubios.

Cuando terminó el concierto les di instrucciones a los guardias de que lo trajeran al camerino, suena raro, pero solo quería comprobar.

Si resultaba ser él... La verdad no sé ni qué le diría, pero estaría feliz, sin duda lo estaría.

Entró por la puerta, y supe que...

No me equivoqué. Definitivamente era él

Relatos De Un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora