Capítulo 3

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Un día, ella lo saludó por fin. Apenas alzó el brazo y mostró su pequeña mano, era pálida y rosada como una flor de cerezo.

 Apenas alzó el brazo y mostró su pequeña mano, era pálida y rosada como una flor de cerezo

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Él no le devolvió el saludo. De hecho, con la postura recta y el semblante serio, la ignoró.

La chica y el militar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora