𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 ❷

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Al fin estaban solos.

South había ordenado a todos y a cada uno de sus hombres que le dejaran solo con la mayor de los Ryugūji, aunque realmente el silencio incómodo no le estaba gustando en lo absoluto.

—Eres la hermana mayor de Draken, ¿no es así?—. Rompió el hielo mientras se sentaba en una caja de madera, sin apartar sus ojos de su pequeña figura.

Estaban en un pequeño almacén abandonado, perfecto para que nadie osara molestarlos.

—Si ya lo sabes, ¿para qué preguntas?—. Se encogió de hombros mientras South sonreía, apoyando los codos en sus rodillas e inclinando hacia delante la espalda.

—Definitivamente me gustas.

—¿Te gusta una completa desconocida?—. Alzó una ceja.

—Sí, eres bonita y tienes los ovarios bien puestos—. Ladeó la cabeza a un lado. —Supongo que Draken sacó su valentía de ti, ¿me equivoco?

—Él ya era así desde que era un mocoso—. Se cruzó de brazos. —¿Para qué me has traído aquí exactamente?

—Quiero conocerte—. Respondió con simpleza. —Pareces alguien interesante y fuerte de aquí—. Señaló su propia cabeza.

La fémina suspiró y se sentó en una caja que estaba enfrente de la del rubio. Este solo agrandó su sonrisa al verla sentarse, quería mantener una conversación con ella.

—Dime... Entonces... ¿Cómo te llamas?

—[T/N], supongo que tu eres South, ¿no?—. Este asintió. —Supongo que ese solo es un apodo.

—Y no te equivocas—. La fémina recorrió con sus ojos el tatuaje del contrario, analizándolo lentamente, le parecía sumamente curioso. —¿Realmente eres la hermana de Draken? No os parecéis mucho.

—Si me dices tu verdadero nombre contestaré a tu pregunta—. Cruzó las piernas sin dejar de mirarle, algo que realmente llamó su atención. No la importaba llevar falda, se veía que no era tan reservada, o al menos no en ese momento.

Rió levemente de forma nasal el contrario.

—Minami—. Respondió. —Pero abandoné ese nombre hace años.

—Hm... De alguna forma te entiendo—. Agachó la mirada. —No soy la hermana biológica de Ken.

—¿Entonces...?

—¿Quieres que te explique la historia?—. Le observó alzando una ceja.

—Sería todo un honor—. Se acomodó un poco, preparado para escucharla hablar.

Ella solo soltó un pequeño suspiro.

—Mi madre era una extranjera que dos años después de tenerme me abandonó en las calles de Tokyo—. Comenzó a explicar brevemente. —Ahí fue donde encontré a Ken cuando era un recién nacido, también le habían abandonado—. Miró hacia una ventana, cubierta por unos viejos tablones de madera.

—¿Y vuestro apellido? ¿Era de tu madre...?

—Me lo inventé—. Se encogió de hombros. —En fin... Y dime... South, háblame de tí—. Le miró con una pequeña sonrisa. —Por lo que veo tu no eres de Japón, ni mucho menos, y tampoco dominas del todo el idioma.

El muchacho rió levemente.

—Me crié y viví más de la mitad de mi vida en Brasil—. Explicó. —No era un lugar muy seguro, pero hubo alguien que fue como un padre para mí, me enseñó lo esencial.

—¿Y tus padres?

—De mi viejo no se una mierda, y mi madre murió hace unos años—. Se encogió de hombros.

𝓛𝓪 𝓑𝓮𝓵𝓵𝓪 𝔂 𝓵𝓪 𝓑𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪 | 𝑺𝒐𝒖𝒕𝒉 𝑻𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora