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Cuando llegue al auto lance el bidón en la parte de atrás de la camioneta.Los malditos zombis venían, así que encendí el auto y avance.

Unos kilómetros mas adelante ya no aguante mas, detuve el auto, y me derrumbe por completo.

Siento tanta rabia hacia mi misma, por no haber hecho nada, si no le hubiese llamado quizá el seguiría vivo. Si no le hubiera dicho que salieramos de casa, nada de esto habría pasado.

Aprieto el volante haciendo que mis nudillos se pongan blancos, coloco mi frente en el bolante, y siento como las lagrimas caen, como siento un horrible nudo en la garganta.

-Hay mi pequeña ofrenda

-¡no me llames así!

Recordar todas las veces en que me llamaba ofrenda y yo le decía que no lo haga, me hace empesar a llorar mas fuerte.

Que no daria por escuchar una vez mas, esa pequeña palabra salir de su boca, por poder volver a sentir esa hermosa mirada viendome.

Tengo tanto enojo..., que empiezo a golpear el volante como una desquiciada, entre llantos.

***

Después de conducir unos kilómetros mas, el auto se detuvo lentamente. Era la gasolina, tenia que llenar al tanque el otro bidón. No faltaba mucho para llegar al pueblo, asi que deje el auto ahí y quise caminar.

Después de media hora caminado a paso tortuga, por fin llegue a la ciudad, la famosa, canterbuy que ahora eran simples ruinas, ya no quedaba nada de esa belleza que tubo antes de que todo esto pasara.

Tengo los ojos hinchados de tanto llorar, y estoy demasiado cansada, así que busco un lugar donde poder pasar la noche, ya que a empezado a oscurecer.

Encuentro una pequeña casa, entro y reviso toda la casa, por suerte esta vacía, busco un cuarto y me acuesto en la cama.

Apenas pongo la cabeza en la almohada, y entro en un sueño profundo.

—¡Noah!—estaba en medio del lugar donde lo habia dejado, tenia una sensación de que el seguia ahi.

—¡Samanta, aqui!—su voz se escuchaba lejana, como si estubiera cerca de mi, pero a la vez lejos.

—¡Noah, no...no te puedo ver!—estaba llorando.

De la nada aparece un zombi delante mio, apenas intento acercarse un poco mas, vi como noah saltaba a impedirlo, y el zombi lo mordia.

—¡Corre samanta,corre!.

—¡No,Noah,no...!

Me incorpore de golpe en la cama.

—¡Noah!—mire para todos lados pero el no estaba, todo habia sido solo una pesadilla.

Estaba sudando frio, y tenia las mejillas empapadas de lagrimas. Ya había amanecido, me levante y me di una ducha, luego me puse unos pantalones negro con una polera blanca y unos tenis.

Sali de la casa con mi arma en mano, ya no se ni que sentido tenia ir al lugar que habia indicado Braulio, al fin y al cabo noah ya no estaba. Ya no tenia sentido ni siquiera estar viva.

Ya llevaba una hora caminando por la dichosa ciudad, de la nada me senti mareada, me acerque a sentarme en la acera bajo la sombra.

Supongo que es el sol.

Estuve sentada hasta que el mareo y las ganas de vomitar se me pasaron. Encontrar la dirección se estaba volviendo algo complicado, la ciudad era muy grande y nunca había estado aquí antes.

***

Después de otras horas caminando no encontraba la calle, solo pillaba carteles con nombres de calles raras.

Estaba caminando por un callejón pequeño, cuando de detrás de unas bolsas de basura, escuche un sonido, como de un perrito. Me acerque y aparte las bolsas, y efectivamente había un perro chiquito era un husky sibereano, era apenas un cachorrito.

Ven cachorrito —me puse en cuclillas extendiendo mi mano hacia el pequeño animalito.

Estaba asustado, pero poco a poco salio de su escondite, y se me acerco lentamente, me olio la mano, y de repente empezó a moverme la colita, le acaricie la cabecita.

  —Pero que lindo perrito,¿donde esta tu dueño?—era una pregunta algo tonta, ya que se notaba que el perrito no había comido nada en un tiempo, se le veían las costillitas.

El perrito se me acerco mas, y, no se porque razon, pero empezó a olerme la panza y a mover su cola mucho mas emocionado.

—Ven, vamos a buscarte comida—lo alse en brazos, y el empezó a lanverme la mano.

—Eres tan tierno, ¿que nombre te puedo poner?—era chiquito, tierno, valiente por seguir vivo sin que un zombi lo mordiera y tambien muy peludo—¡ya se!,te vas a llamar Brave,¿te gusta?

Brave me movió la colita sacando su lengüita.

—¿Sabes?, Brave significa valiente, así que te superqueda.

***

Había encontrado comida—bastante comida—para Brave y para mi. Luego de encontrar la comida fui a una tienda para mascotas, y le puse una correa a Brave—que por cierto era macho—ahora nos dirijiamos a la casa donde había dormido la noche anterior.

Brave iva caminando delante mio—atado con la correa—una ves llegamos a la casa, primero me asegure de que la casa aun se encontrara vacia, una vez confirmado, deje las cosas sobre la encimera y le quite la correa a Brave, que empezó a oler y revisar toda la casa.

Coloque en un recipiente un poco de la comida y en otro agua, y se lo di a brave, que comenzó a comer como desquiciado.

Me dirigí al sofá y me tumbe en uno y coloque una pelicula, minutos después apareció Brave.

—¿Quieres subir?—Brave subió al sofá se acomo en mi barriga haciéndose una bolita.

Brave al menos había logrado que me sintiera un poco mejor, ya que cada que yo recordaba a noah, era como si el supiera que estaba triste, y empezaba a lanverme la mano y a acurucarse mejor, era un muy buen acompañante.

 

CAMINAR ENTRE ZOMBIS [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora