veintisiete

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–que si, te juro, mí abuela le dijo a mí mamá que no sea homofóbica, que hasta ella lo acepta.

–la verdad que sí me sorprendió, porque o sea, tu mamá es re piola.

era la hora de cenar, rodrigo había aceptado ir a cenar a casa de iván, igualmente, habían pasado casi todo el día juntos.

–uh para, hablando de mí mamá, me está llamando, no hables ni nada.

atendió con miedo, iván lo miraba expectante.

–rodrigo, ¿hablaste con él al final? no me avisaste nada.

–me re colgué ma, perdoname, si le dije, tipo, que nomás lo veo como un amigo.

–¿y que te respondió?

–y nada, me enteré que tiene novia, ¿podes creerlo? era todo una joda.

–ah, mejor así, decile a iván que vaya a almorzar la semana que viene cuando vuelva, ¿dale?

–bueno, yo te aviso.

–te quiero, hijo.

y cortó, ¿su madre era bipolar o qué? la llamada no duró más de tres minutos, pero su madre ya hasta lo había invitado a comer… ¿era eso normal?

–tu mamá en serio a veces es rara. ¿te esta probando o en serio te creyó?

–yo creo que ambas, igual, hasta te inventé una novia.

siguieron hablando mientras la comida se cocinaba; cenaron en el living viendo una película, pero la mejor y peor parte(a la vez) fue la despedida.

habían estado juntos poco más de diez horas, pero juraban que no había pasado más de cinco minutos, después de todo, el tiempo vuela cuando lo disfrutas… y lo que más disfrutaron, fue el beso de despedida.

no fue suave, pero tampoco desesperado, fue tan lento y rápido como quisieron; fue simplemente, perfecto.

"little letters and cookies" - carre x spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora