¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
______ Seymour
El sonido del lápiz contra el cuaderno y las teclas de mi computadora es lo único que suena en mi apartamento. Mi cerebro tiene dolores leves, dando a entender que he estudiado mucho, precisamente para mí examen de admisión a la Universidad.
Quisiera dejar de hacerlo y simplemente divertirme, pero, ¿cómo? No tengo a nadie conocido de aquí, ni siquiera un amigo o vecino amigable, me es difícil socializar por mi timidez y apariencia de pocos amigos, cosa que es cierta.
Vivo en un edificio, no muy lejos de la cuidad. Me mudé aquí apenas en la preparatoria, 2do año. Mis padres me enviaron para tener una mejor educación, obviamente aquí todo sería mejor por las reglas y condiciones.
Sin embargo yo quería ser "independiente" y terminé en un edificio económico, podría hacer terminado en un penhouse, pero no, la niña quería ser independiente.
Claramente, ser independiente tiene su tiempo. Conseguí un departamento que tiene todo, aunque muy apretado. Tengo que pagar dinero, no es mucho pero obviamente pierdes algo de lo que ganas al trabajar.
Tener trabajo a los 18 es difícil, porque sin tener experiencia, ni un título de universidad, te mandan a la mierda.
— Vengan a comer — llamé a mis gatos, llegaron a la velocidad del rayo MCqueen.
Es obvio que también trabajo para darle de comer a mis gatos y a mí. Pocas veces me gasto el dinero en un antojo mío o una cosa que me guste. La mayoría de mi gasto es hacia mis gatos, que los trato como unos hijos.
Salgo del solitario apartamento con dirección a la azotea para distraerme un poco de la estresante estudio, en raras ocasiones en compañía con Eun-yoo. Una chica que conocí cuando llegué al edificio. Raramente nos llevamos bien, ella dijo que no solía hacerlo con nadie, cosa que me hizo sentir me especial.
Mis manos tocan la manija de la puerta, al girarla me encuentro con algo realmente perturbante de ver.
Un chico a punto de suicidarse.
Todo normal cómo ven.
Me siento en una barra, que está justo enfrente del chico.
— ¡Hey! — llamé su atención.
Volteó a verme.
No te voy a mentir. El chico es guapo.
— ¿Qué crees que haces? — reclamé.
Qué pregunta tan estúpida. Está claro que se iba a suicidar.
No contestó por lo que opté por seguir hablando, mi boca sí que no se podía cerrar.
— Estabas a punto de suicidarte—- afirmé para mí misma.
— No lo sabes.
— No es difícil deducirlo. Pies afuera de la barra — señalé —. ¿No es obvio?
