C1 - Parte 3

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El timbre sonó por última vez indicando que las clases concluyeron por el día de hoy.

Arata salió del salón. Después de un mes lejos de la escuela por fin pudo regresar a la sala de su club provisional.

—Ahora que lo pienso, ¿Qué se supone que tengo que hacer para ayudarte?

—Aún estoy pensando en eso. Cuando la presidenta regrese mañana, le demostraremos que nuestro club nunca estuvo perdiendo el tiempo.

Ambos se detuvieron, habían llegado a la puerta del club.

—Le enseñaremos que los fantasmas están presentes entre nosotros. Aunque todavía no estoy seguro de cómo.

—Esperaba que dijeras algo de ese estilo.

la voz de Shou se escuchó aproximándose por el pasillo. Llevaba consigo aparatos que parecían varios pares de parlantes de un equipo de música, pero mucho más pequeños. Se aproximó a su compañero mientras llevaba una amplia sonrisa en el rostro.

—Dime Shou, —preguntó mirando con curiosidad los parlantes que cargaba— ¿Hay alguna razón especial para traer parlantes al salón del club?

—Eso es de lo que quiero hablarte. Entremos y te explicaré.

Arata abrió la puerta del salón y reveló su nostálgico interior. A diferencia de los salones de otros clubes, el suyo era más amplio que el promedio. Tenía dos estantes en los extremos paralelos de la habitación, un par de largas mesas colocadas una junto a la otra en el centro y una gran ventana frente a ellos que dejaba entrar la luz del sol la cual iluminaba todo el interior.

Ambos ingresaron y Shou colocó los parlantes sobre las mesas, sacó unos cables de su mochila y su celular, los cuales colocó también encima.

—Y esto es...

—He estado trabajando en un sistema para detectar fantasmas. Te daré los detalles en breve.

—¿En serio? Conociéndote, sé que funcionará a la perfección.

Arata soltó una risa fingida al darse cuenta de que podría descubrir a Kokoro.

Él no tenía problemas con revelarles la existencia de la chica fantasma a sus amigos del club, pero quería descubrir la verdadera razón de por qué ella había aparecido frente a él en primer lugar. Sin mencionar que ambos aún desconocían las razones por las que ella solo podía ser vista por Arata.

En eso, la puerta del salón comenzó a abrirse y un rostro familiar se asomó por la abertura.

—Ya estoy aquí.

Midori terminó de abrir la puerta con un rostro que reflejaba inseguridad.

—¿Qué sucede? —preguntó Shou.

—Bueno, es solo que...

Detrás de ella, la figura de otra persona apareció y sus amigos comprendieron la razón de su actitud.

—Espero que esta vez sí tengan algo real que mostrarme, miembros del Club provisional.

Erika ingresó al salón del club con una pose desafiante.

Shou esbozó una sonrisa que transmitía seguridad a sus compañeros y respondió al desafío de la secretaria del Consejo Estudiantil.

—No te preocupes, justo estábamos hablando de eso.

Mostró con orgullo el aparato en el que estaba trabajando: un grupo de parlantes organizados de manera circular conectados a una placa que, a su vez, poseía un cable sin conectar.

Arata & las FantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora