C4 - Parte 2

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Luego de salir de clases, todos regresaron a sus casas. Midori y Shou irían más tarde a casa de Arata para acordar los detalles finales de su actividad. Por lo que tuvo un tiempo para pensar las cosas.

Las chicas eran una parte fundamental del plan que él iba a proponer, así que tenía pensado revelar el secreto a Shou esa tarde.

Mientras esperaba en su sala de estar, percibió un olor agradable y dulce. Hanna atravesó su cabeza por la puerta de la cocina.

—Ambos vendrán ahora, ¿Verdad?

—Si, deberían llegar en cualquier momento.

Ella volvió a meter la cabeza y salió de la cocina abriendo la puerta con su poder. Junto a ella había una bandeja llena con galletas de chocolate.

—Perfecto, hice galletas para todos.

—Cielos... —expresó Arata al notar lo atenta que era—. No debiste tomarte tantas molestias.

—Aún así quise hacerlo.

Dejó la bandeja sobre la mesa del comedor y regresó a la cocina a arreglar todo lo que había utilizado. Arata se acercó al recipiente y tomó una para comerla.

"No sabía que teníamos ingredientes para hacer galletas... pero están sabrosas".

Kokoro dejó de jugar videojuegos en la televisión al sentir el olor y se despegó de la consola.

—¡Galletas!

Mientras comían, notaron una presencia detrás de ellos. Arata vió una sombra asomándose y giró con rapidez hacia atrás.

Junto a ellos se encontraba Cilia, quién mostraba una expresión de fascinación. Similar a cuando Hanna escucha de hermanas menores. Jamás creyó que la seria Cilia haría una cara así.

—¿Es... chocolate? —consultó limpiando el hilo de baba que salía de su boca.

—Hmm... si.

Antes de que pudieran notarlo, la mano de Cilia se extendió con rapidez y tomó un gran puñado de galletas.

—¡Oye! ¿Qué es lo que te pasa?

Luego de haber actuado impulsivamente, Cilia agitó la cabeza y reaccionó mirando la cantidad de galletas que estaba sosteniendo.

—Lo... lo siento. Parece que tengo una particular atracción hacia el chocolate —explicó antes de dirigir varias galletas a su boca.

—¿Chocolate? No me esperaba eso.

Arata pensó en su inusual gusto y un evento del pasado regresó a su cabeza.

—¿Entonces tú fuiste la que se comió mi paleta cuando fuimos por Yumi a la estación?

Ella tragó el montón de galletas.

—Me avergüenza decirlo, pero sí.

Kokoro hizo un gesto complicado tras escuchar esas palabras.

—¡Puag! ¿Eso significa que me comí tus babas? —exclamó Kokoro sacando asqueada la lengua.

Una desagradable imagen yuri invadió su cabeza.

—¡No dejé babas, idiota! Alguien como yo jamás haría algo tan vulgar como eso.

—Si, como digas, monstruo come chocolates.

—¡Eres una-

—¡Eres una-

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Arata & las FantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora