Flashback.
Hace dos años atrás.
—Vamos ¿Si? —bese su hombro en un débil intento de convencerlo.
—Ya dije que no —respondió Louis.
—Sera una tarde para los dos —subí besando su cuello.
—Me prohibieron salir.
— ¡Oh vamos! Nunca podemos salir —abrace su cintura, pegando mi rostro a su espalda donde daba pequeñas mordidas.
—Hubo un atentado hace dos días —dijo vagamente. Solo un poco mas y podría sacarlo de aquí.
—En el otro lado del país —jugué con el borde de sus bóxers.
— ¿A dónde vamos? —suspiro.
Sonreí.
—Al puente Charles, arriendan botes a remo por la tarde. Tu, yo y una vuelta por la costa ¿Qué dices?
Lo pensó un momento.
—Estás loca Marguerithe —dijo mientras se daba media vuelta y me afirmaba contra el por la cintura.
—Loca por ti —sonreí, mientras decía una perfecta mentira.
Me beso dulcemente, tomando mi mentón y acariciando la palma de mi mano. Como solo lo había hecho tres veces. Cuando nos acabábamos de conocer y comenzamos nuestra relación en la Ciudad de Mónaco. Cuando me llevo de sorpresa a Montecarlo porque él sabía que era la ciudad que yo o mi personaje, Marguerithe, siempre quiso visitar. Y ahora, en Larvotto. Huimos por el atentado a la realeza en el Palacio de Mónaco. Huíamos del país con la esperanza de llegar a Milán, pasar por Munich para poder quedarnos a salvo en Praga.
—Ve a cambiarte —me dijo.
— ¿Iremos? —sonreí.
—Si —beso mi mejilla. —Ahora ve a cambiarte.
—Te amo —mentí.
—Yo también te amo —sus ojos brillaron y su sonrisa era tan grande, que casi me hizo sentir mal. —Ve.
—A sus ordenes príncipe Louis —hice un gesto militar y camine hasta nuestra habitación.— ¡Alcánzame! —le grite a Louis desde el agua.
El río desde el bote.
— ¡Vamos! ¡Vuelve aquí! —me grito.
— ¡Si quieres que vuelva, alcánzame! —reí.
— ¡Tu lo pediste! —dicho esto se lanzo con un pica hacia el agua.
Yo nade lo más rápido que pude pero Louis igual me alcanzo, tomándome por la cintura e impidiendo que pudiera seguir nadando a la orilla.
—Te atrape —me dijo al oído.
Me di la vuelta y lo mire enredando las manos en su cabello castaño. Me acerque lentamente y moje mis labios tentándolo, el miraba mis labios y de un momento a otro se acerco y me beso. Lo bese lo suficiente como para distraerlo y hui a la orilla de una pequeña isla que estaba a casi dos kilómetros de la costa de Mónaco, nos habíamos pasado toda la tarde remando.
— ¡Tramposa! —me grito riendo.
— ¡En este juego no hay reglas! —le respondí.
Me siguió a toda velocidad y yo entre risas salí del agua corriendo por la playa.
— ¡Espera! —me grito.
Yo seguí corriendo hasta internarme en el bosque y escuche como Louis reía y me seguía hasta que me afirmo por la cintura.
—Bu —me dijo al oído.
Mire alrededor, estábamos en el lugar. Busque el árbol y metí la mano en el tronco. Louis me miraba extrañado. Saque el arma del tronco y lo apunte con ella.
— ¿Qué..que haces? —pregunto asustado. Puse el arma en su frente.
—Calla, cariño —sonreí malvadamente.
— ¿Marguerithe qué te pasa? —me miro temblando.
Ignore su pregunta y grite:
— ¡Ron! ¡Sid! —Al instante llegaron y tomaron por los brazos a Louis dejándolo de rodillas frente a mí en el suelo.
— ¡Suéltenme! —grito Louis. Me miro mas asustado que antes. — ¿Quiénes son ellos?
—Unos amigos —baje el arma y lo mire.
— ¿Quién eres? —me miro algo enojado y a punto de llorar. —Eres terrorista, ¿cierto? —sus ojos se llenaron de lagrimas.
—No —respondí.
— ¡Mentirosa! —me grito ya llorando de rabia y desesperación. — ¡Confié en ti!
—Cuidado en quien confías —dije tranquila.
— ¡Te amaba y diablos aun te amo! —agacho su cabeza llorando descontroladamente. — ¿Era todo mentira? —dijo bajo, después de un tiempo, y tratando de controlar sus lagrimas. — ¿Todos esos besos y esos ‘te amo’ eran mentira?
—Sí —respondí fría caminando en círculos alrededor de el.
— ¿Voy a morir? —me miro.
—Te necesitamos vivo —me agache y tonándolo del mentón lo obligue a mirarme.
—Mátame por favor —me suplico.
—Me gustaría hacerlo, pero no puedo —respondí.
— ¿Por qué haces esto?
—Tu familia es mala, y bueno nosotros somos los buenos —le sonreí.
— ¿Quién eres?
—405 de la A.S.I. —hice el mismo saludo militar que acostumbraba a hacer.
El abrió los ojos de golpe y me miro desesperado.
— ¡No…no sabes lo que haces!
Ron golpeo su cabeza con el codo dejándolo inconsciente en el suelo.
— ¡¿Qué hiciste?! —le grite.
—Estaba delirando —Pero algo en su voz me decía que era mentira.
Fin Flashback.
Mi respiración se volvió irregular, mis manos sudaban y mi corazón palpitaba como si se fuera a salir de mi pecho. Por dos cosas, la primera, el recuerdo que vino en ese momento a mi mente, y la segunda, la cercanía de Zayn.
— ¿Bailas conmigo? —repitió.
Asentí.
No podía hablar, sin el miedo de que mi voz saliera temblorosa y entre cortada.
Tomo mi mano, dándome media vuelta. Mire al frente con la vista en sus labios, parpadee y maldecí en mi interior por no ser un poco más alta, levante la vista y nuestras miradas se encontraron. Mala idea, me perdí en sus ojos sumergiéndome en el color ámbar de estos.
El puso ambas manos en mi cintura.
— ¿Aquí? —pregunte en un susurro.
—Si —tomo mi brazo y lo coloco alrededor de su cuello.
— ¿Por qué? —trate de mantener distancia entre nosotros, pero yo sabía que llevaba el micrófono en mi bolsillo por algo. Estaba en una misión y tarde o temprano tenía que llevarla a cabo.
—Por qué no —sonrió y me atrajo por la cintura hasta que estuve completamente pegada a él, sin ninguna corriente de aire entre nosotros. Nos balanceamos en círculos, olvidándonos de todo.
Para mí. Solo existía el y yo.
La música bailable de la fiesta. Los chicos gritando dentro de la gran casa. Todo ya no estaba.
Solo una cosa sentía además de nosotros.
El micrófono en mi bolsillo, me recordaba que algún día todo esto iba a acabar. Pero antes de que acabase quiero disfrutarlo, aunque sea solo un poco. Sentirme como una chica normal.
Así que dejando a un lado todas mis preocupaciones, me incline y lo bese.
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No es mi vida es solo una misiòn mas Zayn y tu
Fanfictionla historia esta escrita en conjunto con mi BFF Sofia a si que espero que les guste un beso: ♦ Tammy ♦