No es mi vida es solo una misiòn mas Zayn y tu

17º capitulo

— ¿Te parece? —dijo sarcásticamente. Sonreí y seguimos caminando hacia afuera del instituto.

— ¿Así que quieres hacer? —pregunte refiriéndome al tema de su papa.

—Aguantar y resistir —respondió.

—Aguantar y resistir —repetí. Cuatro palabras. Imposible alejarme de Zayn. Pero debo intentarlo.

Llegamos al estacionamiento del instituto, mire casualmente a una esquina donde se encontraba un chico alto de pelo castaño, que me quedo mirando fijamente y yo a él por unos largos segundos. Sus ojos eran de un hermoso café chocolate. Hermoso era él, cada parte de un rostro. Era delgado pero fibroso, iba al gimnasio definitivamente. Estaba relagadamente apoyado en la esquina del pasillo con una mochila apoyada en sus pies, esperando algo. Sam me codeo disimuladamente rompiendo nuestra conexión.

— ¿Qué fue eso? —pregunto insistente Sam.

— ¿Qué fue qué? —pregunte sin entender.

—No te hagas la tonta, esa…conexión con el —apuntó con cuidado a donde estaba aquel chico.

—No lo sé ¿Quién es? Nunca lo había visto.

—Él es el chico de intercambio de Londres —puse cara de no entender. — ¿El de que todas las chicas han estado hablando? —negué con la cabeza. —Liam Payne.

—Ahh —la mire. —Nunca había escuchado de él.

— ¿Qué no escuchas nada de tus compañeras animadoras? —dijo riendo y nos subimos a mi auto.

Íbamos en el auto escuchando música, y yo escuchando a Sam tratando de descifrar como sería mi casa.

—Ya te dije que no es como tu casa ¿Qué digo? ¡Mansión! —le dije riendo después de unos 10 minutos escuchándola hablar sobre las distintas posibilidades. Paramos en un semáforo.

—Lo sé, pero es que quiero saber cómo… —miro por detrás de mí. — ¿No son Zayn y Bonnie? —ladee la cabeza y efectivamente los vi a los dos en el parque discutiendo como siempre en las últimas 2 semanas.

—Parece…

— ¡Acércate para escuchar que dicen! —dijo saltando de emoción en el asiento.

— ¿Qué? ¡No! ¿Estás loca? —lo pensé bien. —Bueno —dije riendo y siligiosamente me estacione cerca de donde hablaban ocultada por una gran camioneta.

— ¡No puedes hacerme esto!

—Lo siento ya lo hice Bonnie

—Pero, pero —comenzó a llorar falsamente. — ¿Qué hice? ¡Dame una buena razón de por qué terminas conmigo! —gritó. ¡SIIIIIIII!, exclamé internamente.