Los placeres clandestinos

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- ¿Alguna vez has sentido vergüenza por algo que te excita?

La pregunta de Raúl me atraviesa la cabeza y me hace sentir de nuevo esa ya conocida y molesta sensación de no poder respirar bien. No sé por qué está sacando ese tema nada más de repente, estábamos hablando de libros.
No me molesta hablar cosas sexuales con Raúl, al fin y al cabo, hemos sido muy amigos durante varios años. Él sabe casi todo de mí y yo sé casi todo de él.

Pero justo ahora ha logrado ponerme nervioso.

- ¿Cómo?- pregunto, haciendo como si no hubiese entendido la pregunta.

- ¿Tú sientes vergüenza por las cosas sexuales que te excitan?- Pregunta, mirándome fijamente y haciendo que me sienta aún más nervioso. Respiro profundo, notando cómo el pecho se me aprieta a causa de la ansiedad.

-Bueno...-Empiezo, carraspeando. -No siempre. ¿Y tú?

-Yo sí...- Suspira, echándose hacia atrás para acostarse sobre mi cama. Acabamos de terminar las clases y decidimos venir a mi casa para pasar el rato. Pensé que después de hablar sobre libros, jugaríamos videojuegos, pero ahora la conversación está tomando un rumbo inesperado. - ¿Puedo contártelo?

Asiento, carraspeando de nuevo.

-Tú puedes contarme lo que quieras, Raúl, siempre y cuando te sientas cómodo.

Raúl suelta de nuevo un suspiro y se limpia el sudor de las manos. Parece casi igual de nervioso que yo. Estoy seguro de que comenzará a hablarme de shibari, nalgadas y juegos de rol...o tal vez me hable de lluvia dorada o cosas más extremas de sadomasoquismo. No lo sé.

-Prométeme que no se lo contarás a nadie- Dice, y a mí me mata que me siga manteniendo en el maldito suspenso.

-Lo prometo.

-No me juzgues.

-No lo haré...

-Y...

- ¡Ya dímelo, Raúl!- Exclamo, sintiendo el corazón algo acelerado. Raúl se aclara la garganta y baja la mirada, avergonzado. Noto cómo su rostro se pinta de rojo.

-Bueno...me gusta mucho...jalar mi ropa interior...nunca nadie me lo ha hecho...pero yo me lo he hecho solo y se siente...muy bien. Me da mucha vergüenza. ¿Estoy enfermo?

Me quedo callado unos segundos, sintiendo cómo el calor me invade el rostro. ¿Por qué de todos los fetiches existentes en este mundo, Raúl tuvo que tener el mismo que yo? Trago saliva e intento encontrar las palabras correctas.

-No creo que estés enfermo... Raúl. Amm...tal vez no es muy común, pero no es nada malo... ¿Cómo descubriste que te gusta eso?

Raúl suelta un nuevo suspiro. Se ve más tranquilo que antes, se iergue en la cama para mirarme a los ojos.

-Recuerdo que solía verlo mucho en las caricaturas. Me gustaba. No sé explicar por qué, yo era un niño, no lo veía como algo sexual...y luego, cuando crecí...siguió dándome vueltas en la cabeza...y entonces empecé a hacérmelo... Y descubrí que se siente muy bien...no lo sé, me pongo duro sólo de imaginarlo.

Asiento ante sus palabras. Incluso yo me estoy excitando de sólo escucharlo. ¿Qué hago? Se ve bastante acomplejado, ¿Le confieso que me siento igual?

- ¿Crees que estoy loco?

Su pregunta me hace levantar la mirada para volver a encontrarlo. Respiro profundo y niego con la cabeza.

-Si es así, entonces somos dos locos.

La mirada en el rostro de Raúl se ilumina y yo me sonrojo violentamente.

- ¿En verdad? ¿Me estás tomando el pelo?

-No, amigo...no te estoy tomando el pelo. Yo también me excito con eso...no se lo cuento a nadie, la verdad...aunque sí se lo conté a Kevin.

-Kevin... ¿El chico con el que te acuestas de vez en cuando?

Asiento con la cabeza. Raúl tiene una memoria de cacahuate, no me sorprende que no recuerde bien a Kevin a pesar de que le he hablado mucho de él.

- ¿Y te lo hace?

Siento cómo el corazón me da un vuelco y cómo el rubor se me sube al rostro. De verdad que nunca me imaginé hablándole a Raúl de estas cosas. Trago saliva y asiento de nuevo. En esos momentos recuerdo las grandes manos de Kevin sosteniendo mi cuerpo, acorralándome contra la pared, susurrándome palabras de juego que me excitan.

- ¿Y cómo se siente cuando alguien más lo hace?

Siento que me tiembla levemente el labio, pero me armo de valor y contesto a la pregunta de Raúl. Se ve demasiado emocionado, incluso aliviado de saber que no es el único con estos gustos.

-Se siente... increíble. No sé...Kevin siempre me lo hace antes de tener sexo...jugamos en varias posiciones...ammm...no sé cómo explicarlo.

No sé cómo explicarlo pero lo visualizo en mi cabeza. Me recuerdo a mí mismo sentado a horcajadas sobre Kevin, mientras nos besamos y él estira mi ropa interior, tocándome las nalgas con su otra mano. Me recuerdo contra la pared, siendo alzado levemente hasta que mis pies quedan en puntillas. Recuerdo esa placentera sensación de dolor presionarme los genitales y entre las nalgas. Recuerdo el aliento de Kevin susurrándome "Te gusta, ¿verdad?, Yo sé que te gusta"

Suspiro, sintiendo el rostro caliente. Raúl me mira aún en expectativa. Sonrío nerviosamente y me aclaro la garganta.

-Te sientes dominado, Raúl. Y si eso te gusta, pues se siente muy bien...tal vez puedas pedirle a tu novia que lo haga.

-No...me da mucho miedo-Dice, apurado.

-Yo creo que no lo tomará a mal...Kevin no lo tomó a mal-Digo, sintiéndome más tranquilo. Casi parece que estamos en sesión de terapia. -Hay muchas personas que también sienten esto. No estamos locos...y si te gusta y te hace sentir bien, bueno, yo creo que no está mal.

Raúl se queda pensativo durante unos segundos y asiente, soltando un suspiro.

-Lo intentaré...nunca pensé que también te gustara esto.

Enarco una ceja y sonrío.

-Soy un chico bajito, flacucho y que se la pasa leyendo todo el día. ¿En serio no te lo esperabas?

-Siempre te he visto muy dominante.

Sonrío de nuevo, recordando todas las veces en que Kevin se ha retorcido debajo de mí, atado con cuerdas y gimiendo ante las embestidas que le doy.

-Soy versátil-Suspiro, dándole una palmada a Raúl, que se echa a reír para luego irse a su casa.

Apenas estoy solo en la habitación tomo mi teléfono y le llamo a Kevin.

-Oye...-Digo, pasándome la lengua por los labios y sintiendo la excitación invadirme el cuerpo -Ven a mi casa...

Soñando con extrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora