Adrien y Román

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No era la primera vez que estaban juntos, solos, en la misma habitación.

Adrien había logrado convencer ese día a sus compañeros de departamento para que se fueran un buen rato, así él podía tener la casa para sí solo.

Román lo siguió hasta la recámara, donde Adrien había improvisado en el suelo un espacio lleno de sábanas y colchonetas. -Es porque yo duermo en la litera-Explicó, y Román le dijo que estaba bien, además, el espacio se veía bastante cómodo.

Román soltó un suspiro al momento que se quitaba los zapatos y se sentaba sobre las colchonetas, viendo cómo Adrien cerraba las cortinas para dejar la habitación en ligeras penumbras. Adrien se quitó también los zapatos y se acercó a Román, sentándose cerca de él y mirándolo con su seriedad característica.

  -Voy a comenzar a ser atrevido-Susurró Adrien, sentándose enseguida a horcajadas sobre Román, quién sonrió, sonrojándose y tomando a Adrien de la cintura, bajando una de sus manos a la nalga izquierda del muchacho. Adrien sonrió, echando los brazos alrededor de Román y dejando que el otro le comenzara a besar el cuello.

Adrien alzó los brazos para que Román pudiera quitarle la camisa y la camiseta de debajo, dejándole el pecho desnudo y apurándose para meter uno de los pezones de Adrien en su boca. El muchacho se estremeció ante la leve succión de Román. Gimió suavemente y cerró los ojos, sintiendo entonces cómo la mano derecha de Román se metía en la parte trasera de sus pantalones, tomando su ropa interior y jalando de ella sin avisar. Adrien soltó un gemido más fuerte y sonrió ante la deliciosa sensación. Hacía poco le había confesado a Román sobre este gusto singular, y desde entonces gozaba de que su pareja satisfaciera sus deseos.

Román besó los hombros de Adrien y aumentó la fuerza en el tirón, provocando que Adrien curvara la espalda. -Déjame cambiar la posición- Susurró Adrien, acomodándose para quedar recostado sobre las piernas de Román, quien le deslizó los pantalones para dejar sus piernas desnudas.

-Me gusta- susurró Román, azotándole de repente una mano en la nalga izquierda, provocando que Adrien se estremeciera ligeramente. Después sintió cómo la intensidad de los tirones incrementaba, provocando que se le erizara la piel y que su cuerpo se sintiera caliente a causa del placer que sentía.

-Eres un buen chico-Dijo Román, tensando su ropa interior y provocando que Adrien temblara, gimiendo y cerrando los ojos. Román sonrió. Y le atestó un par de azotes que le pintaron ligeramente la piel a Adrien. -Debes estar muy mojado-susurró, palpando con su mano la zona genital de Adrien y sonriendo al notar que, efectivamente, su vulva escurría a causa del placer. -Qué lindo-dijo, acariciándole el clítoris con sus dedos y haciendo que Adrien gimiera con gusto. -ponte de pie- ordenó,  y entonces Adrien asintió, levantándose del regazo de Román para ponerse de pie junto a él. Román sonrió, dándole un suave beso en los labios para después voltearlo de espaldas a él, poniéndolo contra la litera y alzándole la ropa interior con fuerza, provocando que Adrien se pusiera de puntitas. Lo mantuvo así un buen rato, escuchando cómo Adrien gemía su nombre y sintiendo cómo le temblaban las piernas.
-¿Te gusta?- Susurró Román, y Adrien asintió, arqueando la espalda y sintiendo cómo Román lo balanceaba ligeramente.

Soltó entonces su ropa interior y la deslizó hacia abajo, dejándolo desnudo y abrazándolo por la espalda. Le besó el cuello y con su mano acarició la humedad de su vulva, tentándolo y haciéndolo estremecer. -Hazlo, hazlo- Jadeó Adrien, casi desesperado.
-¿Hacer qué?-Preguntó Román, divertido y excitado con el juego.
-Dedéame-Soltó Adrien, avergonzado por haberlo dicho en voz alta. Román sonrió, y entonces dos dedos entraron en Adrien, arrancándole un suspiro de placer al momento que se movían en su interior.
-¿Así?-Susurró Román, y Adrien asintió, entre gemidos. Estaba sintiendo tanto placer que parecía marearse. Le encantaba que Román lo tratar de manera tan dominante, sintiéndose él tan sumiso.
"Usualmente soy más dominante" pensó Adrien, mientras Román se quitaba los pantalones y la ropa interior, buscando después entre las cosas de su mochila su arnés. "Pero con Román, soy exageradamente pasivo".

Adrien soltó un suspiro al momento que se sentaba sobre el dildo de Román, sonrojándose al sentir el placer de la penetración junto a las manos de su compañero, que lo tomaban de la cintura. Adrien comenzó entonces a moverse suavemente, viendo en el rostro de Román una ligera mueca de placer, pues el arnés le rozaba el clítoris con cada movimiento que Adrien hacía, arrancándole así también algunos gemidos.

Adrien comenzó entonces a moverse con mayor fuerza, dando ligeros saltos de tanto en tanto que hacían estremecer a Román. -Pégame-Jadeó Adrien, y entonces Román le azotó la mano en el muslo, provocando que el muchacho soltara un suspiro de placer, sintiendo después cómo la mano de Román lo seguía azotando de tanto en tanto, mientras él seguía moviéndose, provocando al poco rato que Román lo tumbara sobre su espalda, tomando él el control en el movimiento de penetración.
Adrien respiró hondo al momento que alzaba sus piernas a los costados de Román, sintiendo cómo lo abrazaba para embestirlo. Adrien le gimió al oído, y Román se estremeció ante ello.
-Dime...- Jadeó Román, abrazando a Adrien con fuerza. - ¿Quién es mi pequeño nerd?

-Yo...-Gimió Adrien, con vergüenza y excitación.

-Cuenta hasta diez- Ordenó Román, y entonces Adrien se mordió los labios, sintiendo el placer de la penetración arrancarle pequeños gritos de la boca. Le gustaba contar, así llegaba más fácil al orgasmo, y le encantaba cómo, mientras lo hacía, Román incrementaba la velocidad.
-Uno...dos...tres...
Sintió que se le iba la voz. No podía hablar, sólo gemir.
Cuándo llegó a ocho, empezó a arañar la espalda de Román, y se vino entre temblores que dejaron a ambos exhaustos.

-Respira- Sonrió Román, viendo cómo Adrien recuperaba la compostura. -Yo descansa...porque después te va a tocar a ti usar el arnés.

Soñando con extrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora