"𝐄𝐧𝐬𝐞́𝐧̃𝐚𝐦𝐞" ‖ 𝖸𝗎𝗍𝖺𝖨𝗇𝗎.

Emergente.

"Elijo besarte en el viento, porque el viento es más suave que mis labios"

-Autor desconocido.

Rostro empañado al llevar la respiración cubierta ante tal alta temperatura, el sol besa sus mejillas; sintiendo las mismas arder y adquirir una pálida tonalidad rosa. Llevaban un buen rato caminando y ahora por fin se detenían, sin tener menor idea sobre la manera en que serían llevadas acabo las actividades pautadas para aquel día tan esperado. Todos tomaron asiento sobre el césped verduzco y un tanto reseco del pequeño claro, atesorando la poca sombra que cubría ahora algunas partes de su cuerpo; incluyendo la refrescante brisa rozándoles y llevando a rastras consigo a las hojas color amarillo y naranja oscuro por la temporada venidera en aquella parte del bosque.

— Bien chicos, les noto a todos de un increíble ánimo... —La voz del hechicero llena de júbilo llama su atención, quien se encuentra de pie y reposando ambas manos dentro de los bolsillos delanteros de su uniforme, el mismo que posee un color variante entre el azul y el magenta.

— ¡Profe! —Levanta la mano el chico de capucha roja y marcas en los pómulos, quien se encontraba bastante curioso al notar un objeto flotante en el lago, el cual se encontraba a tan sólo algunos pasos tras del mayor.

— ¿Sí, Yuji-kun? —Al albino se le dibuja una suave sonrisa mientras se pone de cuclillas, atento a lo que el chico de primer año tuviera que decir.

— ¿Para qué es aquello? —Itadori señala entonces, refiriéndose a unas plataformas flotantes color azul oscuro. Recordaba haberlas visto en programas de entretenimiento sobre retos o desafíos transmitidos por televisión, pero jamás se había subido a una como aquellas antes.

— ¡Bien! Muy observador, querido Yuji... —El hombre retira la venda oscura de sobre su rostro, dejándola colgar del cuello para así poder explicarse con mayor comodidad. Pasó ambas manos sobre sus cabellos blancos como la nieve para continuar— Como bien mencionó antes su compañero, esas plataformas son, yendo directo al grano, para la actividad donde los estudiantes de Kyoto serán nuestros invitados... Esperaba que fuera una sorpresa grata para ustedes...

Se pudo escuchar bufidos y murmullos de disgusto ante aquello.

— Me discupo contigo, Toge-kun... —El nombrado levanta la vista del suelo, quien se encontraba algo ensimismado jugueteando con algunas cuantas hojas caídas y pequeñas hormigas; el mismo niega y agita sus manos para hacerle saber que ya no debía preocuparse. Y todo gracias a los cuidados brindados por cierta persona de grado especial, que, le sonreía al de orbes violeta desde su sitio. Aún estando alejados el del clan serpiente sintió como sus orejas se encendían; apartando su propia mirada tras algunos segundos para no avivar el recuerdo de los primeros sucesos del día.

— Bien, ahora, se preguntarán cómo serán llevados a cabo los encuentros... Lo primero, es que ninguno de ustedes podrá usar herramientas o armas malditas, ésta vez tampoco harán uso de ritual alguno. Todos serán categorizados como combates cuerpo a cuerpo... Lo segundo es que primero pasarán por una ronda preliminar entre ustedes mismos antes de proceder a los encuentros interescolares.

Un pequeño aire de confusión se instaló en el ambiente ante tales medidas. El mismo chico que había preguntado más temprano se encontraba aún dudoso, por lo que se atreve a nuevamente preguntar.

— Profe... ¿Por qué no se puede? —Algo tenía muy claro, él se vería en ventaja ante las reglas impuestas sobre dicha actividad, sin embargo, también sabía bien que el fuerte del resto de sus compañeros se daba en sus habilidades como chamanes. Se preguntaba qué tan justo sería el evento, pero esto no significaba que dudara en el desempeño atlético y físico del resto de sus compañeros y aquello les sería favorable.