Capítulo especial de navidad: Chocolate caliente.

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"Amar es este tímido silencio cerca de ti, sin que lo sepas, y recordar tu voz cuando te marchas y sentir el calor de tu saludo."

- Extracto del poema Amor, de Salvador Novo.

Sus cabellos se ven revueltos debido a las heladas ráfagas de viento, mismas que le abordan mientras avanza por aquel camino de tierra. Rodeado de altos árboles y césped brillante bajo los rayos de sol, que aún estando presente no puede hacer mucho contra el clima decembrino. La navidad había llegado pronto, tal como si hubiese cerrado sus ojos unos segundos y de la nada ya estuviera a final del año, o al menos, así lo sentía.

- ¡Inumaki-Kun! Espera un momento... -Aquel nombrado esboza una pequeña y tímida sonrisa, sintiendo cosquillas recorrerele desde el estómago hasta el pecho cuando aquellas firmes manos le toman de los hombros y hacen que se vuelva- Ven aquí... -Sus miradas conectan y suspiran simultáneamente de manera espontánea, compartiendo el mismo sentimiento. Tal como si fuera primera vez que tuvieran la dicha de encontrarse.

Dos almas pertenecientes a amantes, fieles a un amor eterno, estando destinados a encontrarse una y otra vez, vida tras vida. ¿Pero qué es lo que pretenden éste par de energías vinculadas? Atadas sin reparo, como si se tratase de una sola. Sí, podría ser eso. El deseo de por fin estar completos, de poder sentirse. O quizá se trate de una firme prueba, una para intentar agotar todo su amor, en una infinita comunión.

- Ten, vienes dejando ésto... -Responde el de cabellos azabache ante el de orbes violeta, dejando sobre la corta cabellera platinada aquel bucket hat color beige. Sus yemas rozando las contrarias mejillas coloradas por la baja temperatura-.

- Salmón, salmón... -No se había percatado de que quizá había tomado una marcha algo rápida. Sus manos se entrelazan con las del más alto, detenidos bajo la sombra de un pino. Con la ciudad a los pies de la colina por la que paseaban-.

- Creo que me gusta ésto de tener que ir tras de ti... -Bromea Yuta, haciendo que sus ojos desaparezcan en una amplia sonrisa-.

- Hojuelas de bonito... -Se colora apenado como respuesta a ello, mirándole con adoración-.

El grado especial corresponde a su mirar, tirando de aquellas delgadas manos para así rozar su nariz contra la del más bajo, que a comparación de sí mismo, estaba completamente fría. Sentía el latir de su corazón con fuerza, apenado en que Toge pudiera escucharlo al estar tan cercanos. Pero, no podía mentir, tenía unas tremendas ganas de besarlo justo en ese momento; por lo que dejó de resistir al llamado de los rosáceos labios ajenos. Los atrapa con timidez, suspirando nasalmente antes de proponerse en continuar con el encuentro.

Par de brazos le toman de los hombros, permitiéndole abrazarse cómodamente a la anatomía del mismo. Ama cuando Inumaki le rodea así y se funde cálidamente contra su boca, porque podía acortar cualquier distancia, por muy grande o corta que fuera, sentía que no podía soportar el no sentirle cerca. Yuta ríe de manera baja cuando Toge lo muerde juguetón, cobrando venganza al hacerlo con más suavidad y separándose con un corto jadeo como respuesta.

- Yuta... -El del clan serpiente relame sus labios y le empuja sin intención alguna de ejercer fuerza para separarse y echarse a correr, esperando a que el más alto le siga-.

- ¡Espera! -El grado especial se echa a correr nuevamente-.

• • •

- ¡Gracias por el helado, profe! -Las palabras del joven contenedor del rey de las maldiciones hacen sonreír al albino, quien luce gafas de sol en lugar de la habitual venda sobre sus ojos-.

"𝐄𝐧𝐬𝐞́𝐧̃𝐚𝐦𝐞" ‖ 𝖸𝗎𝗍𝖺𝖨𝗇𝗎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora