Lección final.

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" Las palabras que no he dicho, pacificadas, descansan en el limbo en el que luz y sombra se dan la mano "

-Extracto de "Un silencio". Autor desconocido.

  El cielo parecía haberse oscurecido, nubes traslúcidas grises se acumulan frente a la luna creciente y el aire se sentía denso al fluir hacia sus pulmones, estaba helando. Seguía al menor con ambas manos en los bolsillos, con la vista fija en su espalda. Se mordía el labio inconscientemente. Todo lo que quería era ir y correr hacia los brazos de aquel de cabellos blanquecinos. Lo necesitaba más que nunca y más que a nada; una pequeña risa brota de sus labios ahora curvos, se sentía como un niño nuevamente. Quería echarse a correr en dirección contraria, pero sentía respeto por el chamán al que ahora seguía, así que lo escucharía y luego llegaría de nuevo hasta aquella puerta.

— No es un buen momento para hablar con él... —Estaban ya lejos del complejo de habitaciones, donde era poco probable el que alguien les escucharan. Siendo de madrugada, la fiesta probablemente terminaría dentro de poco, por lo que era cuestión de tiempo para que vuelva la circulación  a los pasillos—. 

El más alto parpadea confundido ante estas dichas por aquel chico cruzado de brazos— ¿Y por qué no lo sería? —Frunce leve el ceño, desentendido, mientras apretuja sus frías manos aún ocultas— Es importante que-

— Okkotsu-senpai, todos saben lo que pasó con Maki ahí dentro... —Aclara tajante, interrumpiéndolo— Él estaba ahí también... —El más joven también guarda ahora una de sus manos en su bolsillo, mostrándose airado—.

"No... No, no, no, no..."

La desesperación le invade tan pronto como la fuerte brisa le cala hasta los huesos, se sentía ansioso. Su pecho sube y baja pesadamente, cerrando los ojos frustrado. Claro que estuvo ahí, todos los estaban. Lo había arruinado. Todo el lugar se ilumina con un repentino relámpago y las nubes truenan, la expresión de Fushiguro lo deja todo en claro. Era un desastre. 

No quería ni imaginar el rostro del chico, porque sabía que lo había lastimado. ¿Cómo podría encararlo ahora? Se sentía profundamente decepcionado de sí mismo, porque no solo había pasado encima de sus propios sentimientos, sino que había destruido los de aquel. ¿En qué momento se había convertido en esto? Era patético pensar en su posición. ¿Por qué había hecho todo lo que hizo?

"¿En qué estaba pensando?"

— Tengo que explicarle lo que sucedió... No quiero que me odie... —Murmura, asustado. Fushiguro jamás le había visto con una expresión como aquella, pero la conocía. Porque ya se había visto a sí mismo con ella más de una vez... Es la expresión que haces cuando te hundes a toda velocidad, la que haces cuando sientes que todo tu cuerpo pesa y tus órganos se oprimen. Es la expresión que haces cuando deseas con todas tus fuerzas que lo que esté pasando sea mentira. Es el miedo carcomiéndote, es la culpa ahogándote—.

Yuta se siente ahora como él mismo lo hizo cuando su hermana entró en aquel sueño eterno... La misma que hizo cuando Itadori había muerto. Y suponía entonces que era la misma de cuando el grado especial también había perdido a quien más amaba alguna vez.

— Inumaki-senpai no lo odia... Es obvio lo de ustedes dos... —El más joven ahora se muestra tranquilo, todo su enojo había desaparecido al percibir la impotencia en los ojos contrarios. Sabía que Yuta jamás lo hubiera hecho adrede, porque aquellos chicos se adoran—.

"𝐄𝐧𝐬𝐞́𝐧̃𝐚𝐦𝐞" ‖ 𝖸𝗎𝗍𝖺𝖨𝗇𝗎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora