- Capítulo especial: El amor y la tos no se pueden ocultar. Parte I.

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Aviso: Mención de personajes pertenecientes a Nintendo y aplicaciones de Meta.

Att- Delirium tremens.

Amor et tussis non caelatur.

El sol se mantuvo resplandeciente, algo usual, como en cualquier tarde de verano; dando de manera intensa sobre todo lo que le es permitido tocar durante su estadía. Tras ello, se da paso al disfrute de la sombra y la brisa que ahora brinda el atardecer. Hacía buen clima, lo que indicaría que sería un camino de vuelta sin mayores preocupaciones, puesto a que días como aquellos eran los mejores para partir de viaje, o bueno, eso era lo que pensaba la chamán de cabellos cortos. 

Todos los estudiantes que estaban de visita iban arrastrando su equipaje hacia la salida de la escuela técnica de hechicería de Tokyo, conversando y despidiéndose de los otros chamanes.

— ¡Ey! ¿No piensas despedirte? —La voz de su hermana hace que se detenga en seco, suspirando al formar una pequeña mueca, que en nada se había transformado en una burlona sonrisa—.

— Pensé que querías que me fuera... —Responde enarcando una ceja mientras posa su equipaje sobre el suelo, al igual que su bolso personal, el cual guinda sobre su hombro—.

— Es de muy mala educación no hacerlo, incluso para ti... —Maki libera una corta risa floja, descansando una de sus manos sobre su cadera y llevando el peso de su cuerpo sobre una de sus piernas, con la mirada en alto—.

— Entonces lo tomaré en cuenta... —Chasquea su lengua mientras niega y se cruza de brazos— Entonces ¿Qué tal estuvo tu beso con Okkotsu?

— ...Sabes que no vine a hablar de eso... Digamos que él está donde debe... Y bien ¿No tienes algo que decirme, Mai? —La voz de la de Tokyo se muestra neutra, al igual que sus facciones. Sin embargo, la contraria sentía algo de tristeza en su voz—.

— ¿Qué? No lo creo... 

— Mai, dime por qué me mostraste esa foto de Yuta y Toge... ¿Por qué si quiera la tomaste? —Se mostraba algo enojada, endureciendo su tono de voz. Se miran fijo, sin que alguna se atreva a ceder a primero—.

— Mm... —Se mantuvo en silencio algunos severos segundos. No tenía sentido ni justificación alguna para sus actos. ¿Impulso? ¿Idiotez? ¿Trauma? No conseguía alguna que encajara con lo que hacía punzar su pecho. Pensaba en que ganaría si acaso satisfacción, pero ni siquiera eso obtuvo. ¿Cómo imaginaba al principio que eso la uniría a su hermana nuevamente? Seguramente es lo peor que se la ocurrido. Como una medida desesperada no premeditada, porque eso era— Ugh Pero que ni se te ocurra reírte de mí o reprocharme por algo ¿Bien? 

La de lentes asiente, esperando a por su respuesta con serenidad.

— Mira... Quise tomar esa foto sólo para mostrártela a ti, porque supuse lo que sentías por ese chico y... —Traga seco la chica usuario de la técnica de construcción, avergonzada en ser sincera y para nada sarcástica, cosa que no la caracteriza ni un poco— Y quería que sufrieras ¿Sí? Quería que me odiaras tanto como yo lo hago... Bueno, como yo lo hacía... —Un denso suspiro le abandona y hace que fije su vista de nuevo en la de la coleta— Quería generarte el mismo daño que me hiciste cuando me abandonaste... Te necesitaba... Y por mucho tiempo quise entenderte, pero dolía pensar en que mi compañera de vida estuviera sin mí... O más bien, que me hicieras tanta falta. Sentí envidia también de ellos dos. Porque se quieren... Y porque son queridos, les tengo envidia porque a ti te importan... Y porque no los lastimaste... —Aquellas últimas se convierten en un roto murmullo— Lamento haberlo hecho, pero no sabía que más hacer...

"𝐄𝐧𝐬𝐞́𝐧̃𝐚𝐦𝐞" ‖ 𝖸𝗎𝗍𝖺𝖨𝗇𝗎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora