Pasaron los días y andaba errante por todos lados, no tenía un rumbo fijo en aquel bosque sinuoso a mi parecer.
Iba y venía de distintos lados, todos eran iguales para mí y era incapaz de conseguir salir de aquel bosque desconocido.
Entonces, me senté en un tronco a leer aquel libro que siempre portaba escondido en mi saco.
En él se encontraban los conocimientos sobre épocas pasadas y venideras, sobre tiempos y lugares entonces desconocidos para este siglo y que, más adelante, serían reconocidos y cobrarían relevancia en los próximos cientos de años, pero nadie aparte de mí lo sabía en ese momento...
Adentro de aquel libro, poseía un mapa que se podría decir que no era muy exacto, ya que lo había hecho hace tiempo en base a observaciones de cómo era esta época en particular, y no confiaba mucho en su precisión, a pesar de que yo lo había hecho.
Veía y analizaba más o menos las extensiones del bosque en el que me hallaba, en base a una aproximación de mis posibles coordenadas, pero igual, no servía de mucho aquel mapa hecho por mí.
Me daba por vencido al poco tiempo e intentaba experimentar el vivir en esta era totalmente distinta a las que ya había visitado, pero me era imposible y, por el momento, no poseía los minerales necesarios para irme a dónde quisiera, me quedaba caminar en círculos nuevamente..
Tuvo que pasar una buena cantidad de tiempo hasta poder encontrar a alguien que lograra ayudarme. Se trataba de una elfa, cabello largo y con apariencia de guerrera.
Me le acerqué un poco, temiendo que me atacase pensando que era una amenaza o algo peor. Cuando me le aproximé, tenía una amatista en mano en caso de necesitarla para poder tranquilizarla, estaba brillando y eso llamó su atención al parecer.
Se ofreció a ayudarme a salir de aquel bosque y actuaba de una forma a mi manera de ver, algo llamativa. Actuaba alegre y después sufría cambios de humor repentinos y así constantemente.
Caminábamos en silencio hasta que ella decide romperlo:
-No te he dicho mi nombre, soy Fayna, una elfa guerrera - lo que creí era al final cierto-
-Mucho gusto, Fayna. - hago una pequeña inclinación en señal de respeto-Me presento: Soy Harper, viajero del tiempo y mineralogista a su servicio. Y le agradezco nuevamente por ofrecerse a ayudarme a salir de este bosque entonces para mí desconocido.Ella me miraba con curiosidad y me termina diciendo que desde pequeña quería aprender magia, entonces me ofrezco a instruirla para que pueda aprender algo que hace mucho tiempo deseaba.
Seguíamos caminando hasta llegar al final del bosque y termino encontrando un pueblo que no esperaba ver por estos lados y menos después del basto bosque del cual acababa de salir después de varios días estando perdido.
Fayna me guió por distintas partes del pueblo, y actuaba un poco mandona de vez en cuando, pero eso solo daba a conocer su carácter de guerrera, el cual era bastante interesante de ver.
Seguíamos caminando hasta que en algún punto nos íbamos a separar y me dice en qué lugares podría quedarme y cuáles serían peligrosos. Antes de que se vaya, le pregunté dónde podría encontrarla en caso de necesitar alguna guía, a lo que me responde que suele frecuentar tabernas, la biblioteca y que viaja mucho por el bosque. Entonces, le entrego un pequeño cristal de cuarzo y le digo:
-Cuando lo desees, empezaré a enseñarte sobre magia y otras cosas similares para que puedas cumplir con tu deseo de aprender,sólo basta con tocar el cristal y hablarme a través de él. Entonces sabré dónde estás e iré hacia dónde te encuentres y comenzaré a enseñarte sobre magia.
Tiempo después nos separamos y seguimos nuestros caminos. Ahí me decidí a quedarme en el pueblo un tiempo para buscar aliados y conocer más detalles de esta época, tan llamativa para mí y que sólo despertaba mi curiosidad y deseo por descubrir más allá...
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Harper, El Viajero De Otra Época
AvventuraHarper es un viajero del tiempo que va a la época medieval, más en concreto, termina llegando a una tierra denominada "ñoñolandia", dónde irá consiguiendo aliados mientras vive distintas aventuras y se va revelando poco a poco el por qué se había id...