絶. 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀

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Dos años y ya había pasado de todo

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Dos años y ya había pasado de todo. El precio que una vez fue caro ahora se podía disfrutar luego de haber sido pagado, saldando deudas y llenando de alegría sus vidas.

O eso era lo que pensaba Soobin al tener a su hermoso Omega de cabellos dorados sentado en su regazo mientras que a su lado en la sillita mecedora de bebés dormía su principito de rubios cabellos.

Fue un poco mas complicado el concebir al cachorrito. Kai había tomado muchos anticonceptivos de mala calidad desde una muy temprana edad que dañaron su organismo. No solo eso, la muerte de su madre lo puso muy decaído, dificultando un poco el proceso de quedar embarazado. Por suerte sobrepasaron los feos momentos, jamás se rindieron y fueron bendecidos con su Taehyun, su precioso cachorrito.

―¿Todo bien con nuestro Taehyun? ― Preguntó, acariciando con suavidad el costado de la cintura de su Omega quien dejaba besos inocentes en su cuello, emocionado por ver a su Alfa.

―Hm, sí, él ha estado muy tranquilo pero siempre se pone a pucherear cuando olfatea tu aroma en las sábanas cuando lo pongo a dormir ― Comentó dejando ir un suave suspiro cuando el otro besó su marca con cariño.

Ambos, el cachorro y Kai permanecían en casa. Soobin seguía con sus peligrosos negocios, razón por la que raramente el Omega iba a visitarlo al trabajo como justamente había hecho hoy.

Por otro lado, Kai recibía dinero mensual por haber sido uno de los mejores trabajadores sexuales de Yeonjun, su ex jefe. Para su sorpresa, recibía una suma bastante grande y que siempre estaba fija en su cuenta bancaria. Trabajó ahí desde los diez, se lo merecía mas que nadie.

Aún así, Soobin solo podía verlos por pocas horas pues debía de trabajar el doble luego de haber matado a golpes a su hermano.

―¿Me extrañan? ― Preguntó sonriendo de manera inconsciente cuando escuchó a su Omega gimotear suave.

―Lo hacemos, Alfa, todos los días ― Respondió, jugando con el anillo en el anular del mayor. El anillo que ahora los unía como esposos, Alfa y Omega de manera legal.

―Voy a asegurarme de poner todo en orden por aquí para tomarme unos días de descanso, de paso organizarme mejor para pasar mas tiempo en casa ― Notificó, escuchando al otro ronronear cuando le hizo cosquillitas en el mentón.

Desde la muerte de Sanha, el trabajo se había acumulado pero, si eran sinceros, nadie en la mafia extrañaba su presencia. El infierno había recuperado a uno de sus demonios y eso solo los hacía suspirar mas tranquilos.

Nada de el bastardo de Sanha merodeando por los pasillos mientras mangoneaba a mundo y a rey mundo, ahora muchos podían descansar de su gran abuso de poder sobre los subordinados.

―No te esfuerces mucho por nosotros, amor, sabes que siempre esperamos por ti ― Recordó con esa hermosa voz suave que endulzaba los oídos del mayor.

深 𝗽𝗿𝗲𝗶𝘀  ─  sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora