- Emilio, no puedo - Habló asustado Joaquín.- Claro que puedes, yo no te dejaría caer.
- Emi, está muy alto.
- Yo lo voy a intentar.
- ¡¡No!! No, no, no. Yo voy.
Emilio rió ante el modo protector de Joaquín, el castaño pasó saliva en seco, con ayuda del rizado pudo subir a la primera rama, subió y subió sosteniéndose con fuerza, le tenía miedo, pavor, terror a las alturas, ir en un avión era una cosa, no tan segura cómo ya se había dado cuenta, pero tampoco lo hacía temblar cómo lo estaba en ese instante a 10 metros de altura.
Golpeó los 5 cocos hasta que éstos cayeron lejos de Emilio, iba a bajar, pero antes vió algo, abrió su boca sorprendido.
- Un avión.
Bajó con más rapidez de la que subió.
- Sosténme, Emi.
No tenía ni que decírselo, Joaquín se lanzó siendo recibido por Emilio.
- Hola.
Joaquín sonrió y besó cortantemente los labios de Emilio.
- Hay un avión, mi amor, tenemos que hacer alguna señal.
Emilio y Joaquín corrieron hacía las chozas.
- Chicos - Habló Emilio.
- Nikolás, Eduardo, Sebastián, Diego - Los llamó Joaquín - Salgan.
- ¡¡Urgente!!
Eduardo, Sebastián y Diego estuvieron afuera en un instante.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Eduardo.
- Mira, un avión, tenemos que hacer alguna señal - Habló Emilio señalando el avión.
Todos comenzaron a prender una fogata, Nikolás tardó un poco en llegar, pero lo hizo y ayudó en lo que pudo y sus adoloridos músculos le permitían.
- Sólo nos queda esperar - Dijo Diego.
- Emilio y yo vamos por los cocos que tumbamos, no me subí en esa trampa mortal para nada.
Todos rieron, Emilio y Joaquín volvieron para llevar los cocos que el castaño había bajado, cuándo volvieron los chicos estaban asando los pescados que habían recolectado en la mañana.
- Nunca jamás en toda mi vida voy a volver a probar pescado ni coco - Dijo Niko.
Todos apoyaron la idea. Eric, que se supone que debía estar durmiendo, salió gateando de la choza hacía ellos.
- ¿Tú otra vez, bebé? - habló Diego - No se te acaba la batería nunca.
Sebastián sentó a Eric en sus piernas y le dió un poco de pescado mirando varias veces que no tuviera espinas.
- ¿Creen que sí nos vió? - Preguntó Eduardo.
- A Joaquín no por su baja estatura, pero a nosotros sí - Habló Emilio.
- Ahhh sí y tú casi, casi tocas el avión, mi amor.
Todos rieron, Emilio abrazó a Joaquín besando su mejilla, cayó la tarde y no había ningún rastro de alguien que fuera a buscarlos.
- Yo me voy a dormir, se me cierran los ojos - Dijo Sebastián.
- Dejemos la fogata encendida por si acaso - Propuso Eduardo.
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Oportunidad // Adaptación Emiliaco
FanfictionViajar en avión puede ser el sueño de muchas personas, estar sobre las nubes y ver el mundo tan pequeño, viajar sobre el inmenso océano y conocer muchos lugares; pero así de maravilloso cómo suena también puede convertirse en una tragedia que podría...