Deseo Cumplido 4

1.6K 155 18
                                    

Cuatro

Naruto estaba silbando una canción vieja que se le había quedado grabada en la memoria mientras había estado desayunando ese sábado. Sacó las llaves de la librería de su morral y se dispuso a abrirlo mientras el sol brillaba fuerte. Al parecer iba a ser otro día con calor.

Naruto levantó la vista para ver a Ino llegar para abrir la florería. Ella lo observó con el ceño fruncido.

—¡Buenos días!— le gritó con una sonrisa.

Ella se acercó a él, sin abrir aún su local y Naruto se alzó en toda su estatura. Ino se detuvo a unos pasos de él, puso su mano en su cadera, mientras lo miraba con sospecha.

—¿Y Hinata?— preguntó.

Por una razón que él aún no comprendía, Ino lo odiaba. Ella era una de las mejores amigas de Hinata, ya que ambos locales siempre habían estado al lado del otro desde hacía muchos años. Las dos se conocían de pequeñas, pero Ino no sé parecía ni un poco a Hinata. Mientras Hinata era linda, tierna y amable, Ino era directa, algo creída y demasiado frontal.

—Ella se fue temprano ayer y me pidió que abriera hoy. Va a venir mas tarde—, dijo mientras tomaba la llave de la cerradura de abajo y se proponía a abrir la última cerradura.

Ino se quedó allí, mirándolo de mala manera. Naruto sintió que su corazón se aceleraba de nervios, pero no porque Ino le gustará.

Ella le provocaba pánico.

Prácticamente podía jurar que ella sabía que él estaba enamorado de Hinata.

Él se había enamorado a primera vista, le había costado mucho entrar a su local cuando supo que ella trabaja allí. La había visto una vez en la florería de Ino, cuando él había entrado para comprar un arreglo para su madre. Hinata ni siquiera le había mirado, pero él quedó prendido. Había esperado en la otra calle, necesitando cruzar unas palabras con ella. No pudo más que sorprenderse cuando la vió salir, para meterse en el local de al lado, pero no se animó a entrar. Al poco tiempo ella había puesto un cartel que necesitaba un ayudante, Naruto siempre pasaba por allí con la esperanza de verla una vez más.

Le había costado, pero se había animado a hacer unos CV y entrar en su tienda. Él no necesitaba el trabajo, su familia era de buena posición, su madre quería que trabajará como psicólogo, que era para lo que él había estudiado. Pero, Naruto no podía desperdiciar una oportunidad como esa para estar cerca de Hinata.

Cuando había hecho la vergüenza de su vida, la primera vez que hablo con ella, pensó que tenía todo perdido. Resultó, que a pesar de todo la suerte había estado de su lado, cuando Hinata lo llamo y lo terminó contratando.

Naruto creía que Ino le odiaba porque ella se había enterado hace poco que era Namikaze y no Uzumaki, pero no quería darle la noticia a Hinata. Entendía porque ella desconfiaba de él.

—Espero que me estés diciendo la verdad, mentiroso—, gruñó antes de darse media vuelta e irse. Se detuvo de golpe y se volvió otra vez, dando un paso más cerca de él—. Y espero que ya se lo digas, idiota.

Naruto hizo una mueca mientras giraba la llave para abrir la última cerradura e Ino se iba sin más. Entró al local y prendió las luces y subió la persiana, preparando todo para ese día.

Él sabía que tenía que decirle la verdad a Hinata. El día anterior, casi le da un paro cardíaco cuando su madre entró en la librería. Naruto había corrido para asegurarse que ella no hiciera una de sus maldades.

¡Por Dios! Cómo la odiaba cuando se metía en su vida.

Naruto le hizo jurarle que no hablaría a Hinata, pero ella sólo lo dejó con la promesa que él haría algo con su vida de una vez. Su madre no era mala, era una mujer que estaba acostumbrada que se hiciera lo que ella decía. Kushina no esperaba que dejara su trabajo en la librería, sino que avanzará con Hinata, ya que ella decía que quería nietos y él ya estaba cerca de los treinta.

Él quería eso, más que nada. Pero cuando estaba al rededor de Hinata era un idiota torpe. No podía con las cosas más simples y cuando ella le negó la cita, pensó que moriría. Siguió allí, pensando que dentro de un tiempo podría preguntar de nuevo, pero él no podía encontrar el momento perfecto.

Además que espantaba a los pretendientes.

Hinata era una mujer muy amable y tímida, despertaba su instinto protector, pero también era hermosa. Ella parecía no notar como los hombres la miraban, como observaban con lujurias sus labios regordetes, o sus pechos escondidos bajo esas ropas holgadas. Ella era bajita, una cosita que te inspiraba ternura, pero tenía curvas peligrosas, dónde podías perderte por horas.

Naruto se decidió que haría algo, no tanto por la amenaza de su madre o de Ino, sino que anhelaba tener a Hinata para él. Un plan comenzó desde el día anterior, ella leía muchos libros donde los protagonistas eran dominantes y valientes, tal vez ella esperaba eso del hombre con el que saldría...

Comenzó a poner todo en orden, prendió la radio para darse un poco de ánimos. Estuvo dando vueltas por los estantes, acomodando libros en la sección de biblioteca y prendiendo la cafetera para que tuviera café caliente cuando Hinata llegará. Los sábados eran días tranquilos en la librería, por lo menos por la mañana, entonces no le pareció extraño que fueran ya las 10 y Hinata aún no llegará. Apenas había ido una niña de tal vez 16, para ir a la biblioteca.

— Hoy hará un calor terrible, mis amigos. Pero puede que para la noche, venga el alivio con una lluvias. ¿Serán torrenciales Nando?—, hablo la mujer de la radio.

—Es lo más probable Chipi. Tengas el paraguas y una protección para sus autos, porque es probable que caiga granizo—, respondió el chico del clima.

Naruto hizo una mueca, ni se le ocurrió ver si teléfono para comprobar el pronóstico. Pues no le quedaba de otra, se tendría que mojar.

—Ya lo oyeron amigos. Estará hermoso para quedarse está noche en casa...

—O con alguien..

—Es verdad, con alguien es más divertido. Ahora escucharemos un tema que nos piden mucho últimamente. De Little Mix, Joan of Arc, para todas esas mujeres que se aman...

Naruto estaba escribiendo el itinerario de la semana que estaba por entrar, haciendo unos pedidos y moviendo la cabeza con la canción, cuando la puerta de la librería se abrió.

Él dejó su bolígrafo y levanto la mirada, quedándose de piedra.

Continuará

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Continuará...

Deseo Cumplido (Naruhina 💓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora