Deseo Cumplido 1

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Uno

Un año atrás

Hinata se subió las gafas que caían por el puente de su nariz y agarró su taza de café justo cuando la puerta de la librería se abría.

El negocio había sido de su padre, viejo y todo, seguía funcionando. Hinata amaba ese local, los mejores recuerdos de su infancia habían sido allí. Su abuelo había hecho el local para su abuela, su padre había heredado el amor por los libros y ella de él. Hacia unos tres años que él había fallecido y ella se estaba encargando del negocio desde antes de que cumpliera 18, así que no lo perdió y nunca permitiría perderlo.

Pero también se dió cuenta que, gracias a internet, cada vez había pocos que le interesaban los libros. Pudo remontar un poco al hacer un club de lectura. Muchas mujeres se juntaban los jueves a la tarde noche para hablar de los últimas novelas que leían y Hinata era la presidenta. También tenían hombres, pero ella sospechaba que sólo buscaban mujeres cuando a las pocas semanas desaparecían. El negocio había estado en decadencia, pero Hinata había podido levantarlo haciendo una sección para una biblioteca y ofreciendo café gratis.

Hacia una semana había puesto un cartel para buscar un ayudante, ya que sus amigas le criticaban por no tener vida personal gracias a la librería. A Hinata mucho no le importaba, después de todo su suerte con los hombres era horrible. Ella simplemente no podía estar en la misma habitación con uno, principalmente era muy tímida, pero cuando la mayoría de sus citas abrían la boca, ella perdía completamente el interés.

Al criarse con libros de romance, tenía los estándares muy altos para los simples mortales. Ella simplemente no se acercaría a un hombre que no podía hablar con coherencia o que no leía más que la sección de deportes.

Hinata levanto la mirada con una sonrisa, lista para recibir a la nueva clienta. Pero ella abrió grande sus ojos detrás de sus enormes gafas al ver quién miraba hacia los estantes de libros con curiosidad.

Un hombre, tan alto como sus estantes de 1,90 metros estaba parado allí, llevaba un morral cruzado y tenía un dedo en su barbilla muestras veía con curiosidad la sección de filosofía. Su cabello era rubio y largo en la parte de arriba, estaba algo despeinado, pero ella lo entendía por el fuerte viento que estaba corriendo afuera. Él llevaba una larga campera, y holgada, pero ella podía ver perfectamente que era delgado, sus amigas lo llenarían delgaducho, pero a ella le gustaban los hombres simples, sin tanto músculo. Ella tragó saliva cuando tomo el libro de "Confusio" y miró la contratapa.

Hinata llevó la taza de café a su boca sin sacar la mirada de él. Ella maldijo cuando un chorro del líquido caliente se escapó de la comisura de su boca y cayó directo sobre su pecho, en su blusa lila.

-Oh, diablos-, murmuró mientras bajaba la mirada, dejando la taza en la repisa y buscando un pañuelo en los cajones.

Ella maldijo entre dientes mientras pasaba el pañuelo sobre la tela, sólo funcionó para que la macha se hiciera más grande. Apretó sus labios mientras veía que la macha sólo resaltaba más sus pechos gigantes, como los odiaba. Cualquier cosa que se le cayera, la manchaba allí, en casa tenía varias camisetas manchadas con salsa, chocolate, café, hasta con aceite por las papas fritas, mayonesa, o cualquier aderezo.

"Otra camiseta arruinada" gruñó para sus adentros.

Con sus dedos puso un mechón de su cabello largo atrás de su oreja y volvió a subir las gafas cuando sintió que se deslizaba. Hinata levanto la mirada cuando un carraspeo le llamó la atención desde el otro lado de la repisa.

Ella simplemente se quedó sin respiración al levantar la mirada.

Él era precioso, sus ojos eran azules con betas celestes, grandes y redondos, una delgada naríz algo torcida y sus labios tenían el relleno perfecto, ni muy finito ni tan llenos como parecer un bocón. Hinata sintió sus mejillas quemar cuando él le sonrió, sus dientes eran rectos y blancos, pero algo le hizo fruncir un poco el ceño. ¿Tenía algo entre sus paletas, tal vez un pedazo de lechuga? No era muy pequeño para eso...

-Hola, ¿Cómo estás?- habló con voz grave y profunda que Hinata no hubiera esperado en un hombre tan delgado, pero le provocó algo en la boca del estómago.

-Bien..- tartamudeo, aún viendo el pequeño intruso entre sus dientes cuando volvió a sonreír.

-Me quería llevar este, ¿Puede ser?- dijo extendiendo el libro de Confusio hacia ella.

Hinata intento sonreír y tomó el libro. Ella se acercó a la máquina para pasar el código y volvió a darle una mirada. Maldición, no podía dejar de mirar ese pequeño en sus dientes. Ella levanto la mirada y volvió a sonreír con los labios apretados, ¿y si ella también tenía algo entre los dientes? Mientras ponía el libro en una bolsa, se pasó la lengua por los dientes delanteros, intentando sentir algo en ellos.

Ella le dijo el precio con una sonrisa y él sacó la billetera, pagándole. Cuando él estaba por irse, se detuvo de nuevo y le extendió la mano.

-Mi nombre es Naruto Uzumaki.

-Un gusto, Hinata Hyūga- se la estrechó, un extraño escalofrío le corrió por la columna.

A pesar del pequeño intruso en sus paletas, él era muy atractivo. Naruto volvió a sonreír, mostrándole de nuevo la pequeña cosa, Hinata creía que podría ser un orégano.

-Vi afuera que estabas buscando un empleado-, dijo de forma casual. Hinata asintió-. ¿Puedo dejarte mí CV?- pregunto mientras abría su morral y sacaba una carpeta con varios CV impresos.

Hinata lo tomó con una sonrisa, dándole una mirada, cuando levantó los ojos lo cazó justo mirando su mancha de café en su pecho izquierdo. Ella sintió la cara arder.

-De acuerdo. Lo veré más tarde-, dijo algo nerviosa y poniéndolo en uno de los cajones.

Naruto sonrió, con la boca cerrada, y luego se señaló su propia parte izquierda con un leve ceño fruncido.

-Tienes.. umm.. una mancha-, murmuró.

A Hinata prácticamente le iba a salir humo por las orejas. Se tapó la macha con la mano y eso hizo que la mirada de Naruto subiera.

-Si, lo sé-, dijo Hinata algo enojada. Decidió ser sincera ella también-. Tienes algo-, dijo mostrando sus propios dientes y apuntando con su dedo índice.

-Mierda-, murmuró Naruto mientras se volvía un poco y movía su mano por sus dientes.

Hinata sonrió, sin poder evitarlo. Se mordió el labio cuando él volvió la mirada hacia ella. Su rostro estaba oscuro y no podía mantenerle mucho tiempo la mirada.

-Amm, comí una pizza-, aclaró con un murmullo-. Espero que puedas verlo, ¡al CV!- maldijo por lo bajo-. Que tengas buen día-, dijo antes de correr.

Hinata sonrió mientras lo veía irse. No pudo evitar reírse un poco a su costa una vez que él ya no estaba en el local. Suspiró y volvió a su libro, pero se asombró al ver lo que había en la repisa.

Naruto se había olvidado la bolsa con su libro.

Continuará...

Deseo Cumplido (Naruhina 💓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora