Tres
Hinata se tropezó un poco con sus propios pies mientras se levantaba de su sofá y caminaba a la cocina, a servirse otra copa de vino blanco.
Estuvo muy enojada luego de que la mujer de cabello rojo se fuera del local. Más aún cuando Naruto ni siquiera la dejó cobrarle, él prácticamente había estado encima de la mujer como mosca sobre algo dulce, mirando a la mujer como un nabo. Hinata se sirvió más vino cuando tropezó con la mesada, mientras hacia una mueca exagera del mohín que tenían los gruesos labios de la mujer.
—Claro cariño..—, se burló con voz aguda mientras apoyaba la botella y se llevaba la copa a los labios.
Tomó casi la mitad, el sabor dulce en su garganta. Recordó como Naruto había sonreído y le había dicho con su voz grave: "Espero que lo disfrute."
— Imbécil—, murmuró llena de celos y pasando sus dedos por la comisura de su boca llena de vino.
Sus celos la habían hecho huir de la librería, no faltaba mucho para cerrar, así que le había pedido a Naruto que cerrará y al otro día abriera él. No quería verlo. Se tomó la otra mitad de la copa cuando se acordó que dejó el libro que había estado tan emocionada por leer en la librería.
Naruto la trastornaba.
Se volvió a servir la copa de vino, agitando la botella cuando está se detuvo cuando sólo tenía un cuarto de la copa cubierta. Ella hizo un mohín y dejó la botella contra la mesada. Está cayó por sus manos torpes y entumecidas de alcohol y rodó por la superficie plana hasta caer al suelo. Saltó cuando el ruido característico del vidrio romperse llegó a ella.
—Maldita sea—, refunfuño mientras agarraba la copa, sintiendo que el piso se lo movía, pero ella estaba de pie derecha. Con la otra mano se agarró de la mesada y tragó lo que quedaba del vino.
Suspiró y dejó la copa. Esa botella estaba allí desde hace mucho, en realidad era de la última noche de navidad que había pasado con su padre. Él se lo había comprado para ella, según dijo para festejar algo, pero ella no había tenido nada para festejar. Hizo una mueca cuando se acercó por el costado de la mesada, aún agarrándose ya que el piso seguía moviéndose, para ver la botella destrozada.
Hinata nunca había sido de beber alcohol, simplemente no le gustaba estar borracha. Pero ahora se sentía como si estuviera libre, necesitaba eso después de su dolor por ver a Naruto coqueteando con una vieja babosa.
De repente se echó a reír al imaginarse a Naruto como el androide 17 diciendo "vieja sabrosa". Se rió a carcajadas, tanto que cayó de culo al suelo.
—Miel... Mielda—, murmuró entre risas, haciendo una pequeña mueca por su trasero. Rió de nuevo al darse cuenta que había pronunciado mal la maldición—. ¡Mielda!— gritó riendo de nuevo.
Necesitaba eso, sentirse estúpida por un momento, reírse sin razón. Ella siguió riendo entre dientes mientras se levantaba del suelo con bastante dificultad. A pesar de sus esfuerzos, terminó a gatas y llendo hacia su sala. Su vestido se engancho con algo que la tenía y miró sobre su hombro. Ella afiló su mirada, detrás de las gafas, para ver lo que era. Ella se enganchó con la esquina de su biblioteca. Hinata tironeo de la tela, pero está se metió más abajo del mueble y no podía liberarse.
—Al diablo—, dijo mientras se sentaba y empezaba a desabrocharse el vestido de la parte delantera.
Pudo sacar un brazo sin problemas, pero cuando estaba por sacar el otro, el maldito piso se inclinó y ella cayó. Hinata gritó por la sensación de caída, pero aterrizó antes de que pudiera gritar todo su pánico. Sus gafas se zafaron de sus orejas. Algo ciega alargó las manos hasta que las sintió, se las puso pero frunció el ceño cuando en uno de sus ojos se veía grietas.
—Joder—, murmuró al darse cuenta que los vidrios se habían roto.
Se dejó las gafas rotas y sacó su otro brazo del vestido, quedando en conjunto de ropa interior. Su sostén era color rosa con un pequeño moño color verde agua en el centro. Sus bragas eran a juego, algo muy sexy para lo que se imaginarían algunos. Ella se movió a gatas de nuevo hasta su sofá, se subió, sintiendo que en realidad estaba escalando una montaña mientras se acostaba.
Todo giraba mientras cerraba los ojos. De repente la alegría se borró y se sintió muy triste, pensando que jamás encontraría a alguien como Naruto de nuevo. Él simplemente había robado su corazón, y ella había sido una idiota por desaprovechar la oportunidad de estar con él.
Era viernes y estaba segura que Naruto había invitado a la vieja babosa para el sábado a la noche. Ellos tenían que trabajar, pero los domingos cerraba la librería, él tendría toda la noche para la doña. Hinata comenzó a llorar al pensar en él con ella, como Naruto la miraría con pasión, como él la besaría...
Ella lloró un buen rato, sacándose las gafas y pasando sus dedos intentando limpiar lágrimas interminables, hasta sentir que no tenía mas. Dejó sus gafas en la mesita de café y se puso de costado en el sofá, agrupando sus piernas juntas y poniendo sus manos bajo su mejillas. Su vista borrosa se clavó en el cielo despejado que reflejaba su balcón.
Siempre le había gustado leer allí, ya que cuando sus ojos se cansaban podía levantar la mirada y ver el cielo nocturno. A veces tenía suerte y la luna llena se reflejaba allí.
Hinata suspiró mientras parpadeaba, el cansancio parecía querer tomarla. Sus párpados se sentían pesados y cansados de tanto llorar.
— Ojalá— murmuró mientras cerraba los ojos—. Desearía ser tan segura como esa mujer—. Ella se obligó a abrir los ojos de nuevo y miró por el balcón—. Desearía serlo, aunque sea por un día—, suspiró mientras cerraba los ojos y quedaba dormida sin proponérselo.
Lo que Hinata no pudo ver, por su falta de gafas, es que una estrella fugaz pasó por su ventana mientras ella había pronunciado esas palabras.
Continuará...
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Deseo Cumplido (Naruhina 💓)
HumorHinata es una mujer muy tímida, muy reservada. Ama a Naruto con locura, su compañero de trabajo en la librería. ¿Qué hará Hinata cuando su deseo de ser segura por un día se cumpla? Historia Original y corta. #2- estrella 19/02/22 #281- Naruhina 21/0...