Deseo Cumplido 2

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Dos

Actualidad

Hinata se quejó mientras levantaba la caja llena de libros pesados de la nueva novela de su escritora favorita: Laurann Dhoner. Había esperado con ansias la nueva entrega del libro y por fin lo tenía, sabía que lo leería en menos de 72 horas.

Ella salió de la parte de atrás, sintiendo que el sudor comenzaba a brotar de sus sienes. La maldita caja pesaba. Gruñó de forma poco femenina mientras intentaba levantarlo por encima de la repisa para apoyarlo allí y llevarlo a la repisa de "Nuevos".

-Malditas patas cortas-, dijo entre dientes mientras odiaba medir 1,65.

- Déjame ayudarte.

Hinata gritó mientras soltaba la caja y saltó cuando casi cae sobre sus pies.

-¡Jesús, María y José!- gritó cuando la caja cayó de costado y un libro pesado cayó sobre sus dedos descubiertos gracias a sus sandalias abiertas.

-¡Mierda! ¿Estás bien, Hinata?- gritó Naruto mientras se agachaba, moviendo los libros y mirando sus dedos.

Hinata se sonrojó con fuerza y se tragó las lágrimas que llenaron sus ojos por el dolor. Ella movió el pie hacia atrás cuando Naruto estuvo por tocarlo.

-¡Lo siento tanto!- gritó mientras ponía los libros en la caja y la levantaba sin esfuerzo para ponerla en la repisa.

Hinata dió un paso hacia atrás y se subió las gafas.

-No pasa nada-, tartamudeo con un hilo de voz.

-¿Estás segura?- pregunto Naruto, agachándose para ponerse a su altura. Sus ojos azules estaban llenos de preocupación-. ¿Vas a despedirme?

Hinata ocultó su sonrisa mientras negaba con la cabeza. Vió que él suspiraba con alivio.

Hace un año había contratado a Naruto como su ayudante al llamarlo y decirle que se había olvidado su libro. Había hablado un poco en ese momento, más que nada él. Resultó que Naruto, sin el orégano entre los dientes era cautivador y muy atento. Pero era torpe. En ese año habían pasado muchos accidentes. Generalmente, nadie salía herido, o por lo menos de gravedad. Naruto siempre se estaba disculpando, pero él era muy bueno en su trabajo también. Cualquier persona que le preguntara por un libro cualquiera, el podía decirle en qué repisa encontrarlo y el precio sin la máquina de códigos. Naruto también leía mucho, tanto como ella, por eso no hablaban mucho cuando ambos estaban en la librería.

Era una ventaja para Hinata, porque mientras él estaba distraído, ella no podía dejar de míralo. Simplemente, no supo cuando pasó, pero se había enamorado. Así de simple. Casi siete meses después de que comenzará a trabajar para ella, él le había preguntado si quería salir a cenar una noche. Ella se había puesto demasiado nerviosa y había soltado lo primero que se lo ocurrió:"No creo que pueda".

Cuando llegó a su casa, estuvo deprimida por semanas. Naruto simplemente no volvió a preguntarle. Ella moría de celos cada vez que una mujer le sonreía, le hacia ojos desde el otro lado de las repisas. Ella no lo dejaba trabajar los jueves, cuando tenía el club de lectura, porque algunas se habían colado por él.

Él era perfecto, quitando su torpeza, aunque ella lo consideraba tierno.

-Me encargaré de esto-, dijo dejando caer su mano en la caja-. ¿Por qué no vas a ver esos dedos? Descansa un poco- y le sonrió con dientes blancos (y sin nada entre ellos)

Hinata bajó la mirada y asintió, comenzó a cojear para dar la vuelta a la repisa mientras Naruto sacaba una pila de libros y se movía a la repisa de Nuevos. Hinata suspiró mientras se sentaba, algo oculta para poder ver a Naruto trabajar. Ese día hacía calor y aunque tenían aire acondicionado, Naruto llevaba una remera y un vaquero ajustado.

No se había equivocado al pensar que él era delgado, pero en ese años, con la cantidad de libros y cajas que había levantado, sus brazos se marcaron un poco. No de manera exagerada, pero ella podía apreciar los bultos de sus bíceps.

Hinata se mordió el labio y levanto el pie lastimado cuando sus dedos palpitaron. Bajó la mirada a ello y los examinó. No creía que tuviera un moratón, pero tal vez le molestarían por unas horas. La puerta se abrió y ella miró hacia elli. Sus ojos se abrieron asombrados al ver la mujer que entraba.

Su cabello era largo y rojo, ella transmitía sensualidad y seguridad. Era una mujer mayor, tal vez de unos 45, pero tenía la actitud de una diosa. Su cuerpo también era muy bonito, su vestido era ajustado y largo, con un tajo en el muslo. Ella entró como si fuera la dueña del local y se dirigió a una de las repisas. Hinata volvió la mirada hacia Naruto, llena de preocupación. Sintió que su pecho se apretaba de forma dolorosa cuando encontró la mirada de él pérdida a dónde había entrado la mujer.

El dolor casi se volvió insoportable cuando él dejó rápidamente los libros en la repisa y casi corrió tras la mujer que estaba en la parte de atrás de los libros de romance.

Hinata bajó la mirada al suelo y parpadeó las lágrimas de dolor, pero no físico. Ella no podía culparlo si se interesaba en otras mujeres, después de todo ella había rechazado su propuesta de cita hacia casi tres meses. Jamás había visto a Naruto coqueteando con las clientas, pero esa mujer era un imán para los hombres, para cualquier hombre.

Se miró su vestido largo y soso, pasó sus manos por su cabello lacio, caía como un viejo pedazo de tela hasta su cadera.

Ella no tenía la actitud, no tenía la confianza.

Hinata apretó los labios cuando le llegó el ruido de una risa rica y femenina, la voz de Naruto era baja y ella no pudo entender que le decía después. Pero ella escucho perfectamente lo que ella contesto:

- Claro cariño.

Hinata quiso morir.

Continuará...

Deseo Cumplido (Naruhina 💓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora