Capítulo 27: Francis Forever

726 85 262
                                    

6 de junio de 2027, Miyagi.

La luz de las llamas finalmente se ha apagado, luego de que el fuego consumiera las ramas y hojas secas de la fogata. El aroma y el calor de las brasas es el único rastro que han dejado aquellas flamas que crecían y se elevaban con soltura, pero que ya han parado de arder en la terraza de la cabaña. Sin embargo, a pesar de la lluvia, el viento y la extinción de las llamas, el interior de la cabaña se siente increíblemente cálido y acogedor.

Las mantas y ropas que llevan meses extendidas, acumulando polvo y sentimientos de soledad, se esparcen con gracia sobre el suelo de madera crujiente. Sirven de colchón y amortiguación a los movimientos ondulantes que fomentan el desorden de las telas mal cuidadas. El roce entre la piel desnuda y los distintos tipos de hebras provoca una sensación estimulante; hay frazadas, sábanas, camisetas, abrigos y trozos de ropa vieja que alguna vez vistieron el cuerpo de un adolescente. Todo junto y azarosamente distribuido sobre el suelo, por meses, por años, esperando por el momento exacto en el que sirvieran nuevamente de cobija para sus antiguos amantes.

La piel de Shoyo está empapada. Es una mezcla entre el sudor y las gotas de agua que recibió de parte de la lluvia. Expele calor y excitación desde cada uno de sus poros. Suave, caliente y pegajosa; tanto así que ha surgido una agradable fuerza de fricción entre las caricias y los arrumacos.

El cuerpo de Tobio se ha convertido en el cobertor de Hinata. Es incapaz de alejarse para despegarse de su cuerpo. Los pies entrecruzados, el abdomen recubriendo su espalda, los brazos envolviendo su torso y los labios recorriéndole el cuello. La zona de la entrepierna les hierve y palpita insistente a causa del endurecimiento.

—Puedo sentirlo, ¿bueno? No sé por cuánto tiempo pueda esperarte —murmura agitado.

—Es difícil... Estoy nervioso, ha pasado mucho tiempo. No quiero hacerlo mal. No quiero decepcionarte —le susurra en el oído.

—Por favor, Kageyama... Podría morir aquí, sin haber concretado nada, y aun así moriría feliz.

Tobio lo escucha y recarga la frente sobre su cabeza. Mete la nariz entre sus cabellos y absorbe su aroma, mientras intensifica el abrazo. Aprieta con fuerza. Cierra los ojos y lleva las manos hasta las caderas de Hinata.

—Bien, aquí voy. Si algo te incomoda...

—Ya lo sé, no te preocupes. Estoy bien, quiero que lo hagas.

La estimulación y el conocimiento a fondo de sus cuerpos les permite sentirse cómodos en todo momento del acto. Sí, ha pasado tiempo, mucho más del que les gustaría reconocer; pero aun así las manos, los labios, los genitales y todas las partes de sus cuerpos de buscan entre sí de forma desesperada para conectar. Es un encuentro dirigido por el amor, casi inconsciente, que carece de lógica y raciocinio. Solo quieren olvidarse del mundo y tenerse el uno al otro, una vez más.

Cuanto Tobio atraviesa la barrera y entra en el cuerpo de Shoyo, la conexión se torna aún más profunda. Hay dolor, tristeza, amor y placer en un mismo fragmento de tiempo. Añoranza, nostalgia, gratitud. Un sinfín de sentimientos y emociones que se entremezclan para crear un río de sensaciones que suben y bajan, todas por su lado y todas al mismo tiempo también, a través del sistema nervioso.

Hinata apoya el costado derecho de su cabeza sobre las mantas y encorva la espalda hacia atrás. Entonces, Kageyama se aferra a sus caderas para encontrar soporte y dirigir el movimiento con suavidad, pero también con lujuria y deseo. Así, la temperatura de la cabaña se eleva paulatinamente y todo el espacio se llena de ecos jadeantes que chocan en las distintas superficies de madera. Las embestidas son constantes y rítmicas; se acompañan de mordiscos y caricias que recorren con desespero la extensión de la piel. Y mientras Tobio continúa friccionando todo su ser contra el cuerpo desnudo de Hinata, este gime y grita su nombre sin ninguna limitación, confiando en que el sonido del viento será lo suficientemente denso como para cubrir los rastros indecorosos de su voz.

Furusato《KageHina》💙🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora