Capítulo 5: Fear of the Water

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Diciembre de 2014, Miyagi.

La guarida pasó de ser una cabaña abandonada a un espacio seguro que volvió a la vida gracias al calor de sus nuevos habitantes. Demoraron un par de días en limpiarla por completo, pero cuando el trabajo estuvo hecho, no pudieron sentirse más orgullosos y agradecidos por haber dado con ese lugar. Iban y venían después de la escuela, los fines de semana, todas las mañanas sin falta para alimentar a la cachorrita y pasaban mucho tiempo ahí, solo con la compañía del otro, practicando vóleibol o realizando cualquier otra actividad que implicara una competencia. Octubre se transformó en diciembre en menos de un suspiro y sin darse cuenta, la pequeña Megu ya tenía cuatro meses de vida y gozaba de un excelente estado de salud, producto de la alimentación que había recibido de sus nuevos amigos humanos.

Sin embargo, el invierno ya había llamado a la puerta y ambos sabían que no podría sobrevivir bajo ese clima si seguían visitándola únicamente en la cabaña. Así que Hinata se armó de valor y tomó a la cachorrita en sus brazos para llevarla a casa, esperando y rogándole a todos los dioses que su madre se apiadara de ella. Para su sorpresa, y gracias también al entusiasmo exasperante de Natsu, el animalito fue recibido con mucha alegría y en poco tiempo terminó convirtiéndose en un integrante más de la familia.

El cumpleaños número dieciocho de Kageyama estaba a la vuelta de la esquina. Para ese entonces, todos sus compañeros cercanos del Karasuno ya sabían sobre la relación que mantenía con Hinata, ya que ellos mismos habían decidido contarlo de una buena vez en la fiesta de Halloween que había organizado Nishinoya, quien ya estaba en su primer año de universidad. A pesar de que las relaciones homosexuales eran algo de lo que no solía hablarse tan abiertamente, todo el grupo reaccionó muy bien a la noticia e incluso algunos se sorprendieron de que hubiesen demorado tanto en contar algo que para la mayoría ya era más que evidente. Todo iba bastante bien para la pareja de enamorados que, de hecho, ya tenía planes de cómo llevarían la relación a distancia una vez que Hinata se fuera a entrenar a Brasil en 2016. Nada parecía interponerse en sus vidas, nada, hasta que llegó el temido 13 de diciembre del año 2014.

Era sábado. Habían planeado una noche de películas en casa de Kageyama, a la cual Miwa también estaba invitada; pero ese mismo día, cerca de las cinco de la tarde, Tobio tuvo que salir de su habitación hecho un rayo, luego de escuchar cómo sus padres se gritaban violentamente en medio de la sala.

—¡Espera! —lo detuvo su hermana, quien oía atentamente, escondida entre los peldaños de la escalera—. Escuchemos primero.

—Pero ¿qué pasa? ¿Están peleando?

—No sé, creo que ambos están llorando... Quizá los exámenes de papá no salieron bien.

—¿Exámenes? ¿Qué exámenes?

—Fue al médico la semana pasada, tonto. ¿En qué mundo vives? —le replicó, con un pequeño codazo.

Cuando la discusión pareció calmarse un poco, los hermanos bajaron hasta el primer piso y se acercaron a sus padres, quienes lucían extremadamente tristes y preocupados.

—¿Qué pasa? —consultó Miwa—. Ustedes nunca pelean, esto no es normal...

—Siéntense —indicó su padre, con un aire rasposo en la voz—, tenemos que conversar.

Hicieron caso a su petición y los cuatro se sentaron en torno a la mesa del comedor, con el padre de familia en la cabecera. Pasaron algunos minutos sin que nadie dijera nada. La madre de Tobio solo mantenía la mirada cabizbaja, fija en el color caoba de la mesa sobre la que apoyaba sus manos, mientras el padre no hacía mucho más que respirar a profundidad, como si estuviera buscando las palabras precisas para empezar con la conversación.

Furusato《KageHina》💙🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora