Aún no sabia que había pasado y todavía seguía confundido por eso, se encontraba encerrado desde hace un buen rato junto a la mascota de la casa, el can estaba temblando de miedo, era raro nunca NUNCA en toda su relación había visto al alemán tan enojado como hoy, recién había llegado y ya había destrozado la sala de lo enojado que estaba. Por su miedo y seguridad simplemente decidió meterse en uno de los tantos cuartos con el canino, aún no lo entendía ¿Qué había pasado? Todo estaba tranquilo en la mañana, nada parecía estar yendo mal con la actitud del europeo tal vez si estaba algo nervioso, pero últimamente eso era algo común así que no le tomo mucha importancia, le parecía raro que esta hubiera cambiado así tan bruscamente, en un momento estaba tranquilo y en otro se encontraba furioso era extraño. Se puso a pensar ¿Qué había pasado esa mañana? Que el se acordara todo estuvo bien hasta que le entrego aquella dichosa carta al hombre.
La carta, LA CARTA eso era, si quería tener las respuestas de lo que estaba pasando tenia que buscar aquella carta y ver que contenía en su interior no podía creerse que fuera algo sin importancia alguna, tenia que tener alguna información importante y si la encontraba tal vez podría resolver este "Misterio"
Pero claro antes tendría que salir de su escondite, cosa que suponía iba a tardar un poco ya que aun podía escuchar el sonido de algunas cosas rompiéndose en el piso de abajo, pero ahora que ya tenia su plan solo era cuestión de esperar a que el europeo se cansara de destrozar la sala.
Mientras tanto...
Un pequeño niño lloraba en un rincón de su cuarto, había sido metido ahí como un castigo por parte de su progenitor al traer según en sus palabras a un "Intruso" a su hogar y ser el causante del conflicto que había sucedido hace unas horas atrás que había dejado la sala en ruinas prácticamente. Levanto su mirada y se acerco a la puerta en un intento de salir de allí, en vano. Esta se encontraba cerrada con llave haciéndole imposible la salida, simplemente volvió resignado a ese rincón en donde se había encontrado desde hace ¿Una hora...dos? No lo sabia exactamente porque no era consciente del tiempo que había transcurrido desde que fue metido ahí.
Se abrazo las piernas en busca de consuelo, necesitaba un abrazo pero no había nadie para que se lo diera, sabia que estaba completamentamente solo ya que no escuchaba ningún ruido a su alrededor además de aquellos sonidos que el mismo producía, se limpio las lágrimas y se encamino a su cama para esconderse entre las sabanas y buscar algo de tranquilidad entre las telas. No se dio cuenta en que momento se quedo dormido aunque era de suponerse que lo hiciera ya que llorar por largos periodos de tiempo podía llegar a ser agotador, más para un niño.
Despertó de repente al escuchar el sonido de cosas moviéndose y una que otra voz que sonaban de vez en cuando, se asusto por esto y la mejor manera para protegerse que vio fue taparse completamente en un intento de esconderse, claro para muchos ese seria el escondite mas tonto y fácil que puede haber, pero recordemos que el apenas tiene tres años a punto de cumplir los cuatro, en su inocencia el creía que unas simples telas podrían salvarlo de lo que fuera que estuviera pasando. El sonido de la puerta siendo abierta lo puso mas nervioso provocando que se hiciera bolita, pero igual no sirvió de nada pues la persona que había entrado había visto esto y se dirigió rápidamente al objeto con el fin de sacar al niño de ahí.
Agarro la sabana y la tiró dejando al descubierto al infante que estaba hecho bolita con lágrimas en sus ojos, le parecía tan patético y decepcionante, no podía creer que este "Ser despreciable" tuviera su sangre y que tuviera que llamarlo hijo, pero ya no lo haría más pues ahora el niño había mostrado claras señales de que no se merecía el honor de que se le considerara como su hijo. Era un cobarde a su parecer, pues en vez de enfrentarse a los problemas prefería irse a llorar como toda una nenita, ni siquiera sus hijas lo habían decepcionado tanto.
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Mi Secretario Alechi
Fanfictionun alemán estresado por mucho trabajo que tiene decide contratar a un secretario para que lo ayude si saber que conocería al amor de su vida