El sonido de golpecitos le llamaron la atencion, volteo su mirada, para ver a su esposo que tenia una gran sonrisa en su rostro, el soviético se encontraba mirando fijamente a una pantalla.
—Reich, ¿No vas a ver a la bebé?— pregunto el ruso.
—Estoy algo cansado— respondió el alemán con un poco de pesar.
—Vamos mírala, es hermosa—
El alemán se vio obligado a voltear y ver a la pantalla, aunque realmente no quería eso, cuando "la" vio finalmente, no sintió nada, ni ternura, ni emoción, ni tristeza, nada. Volteo su mirada y siguió mirando a la pared.
—¿No vas a decir nada?—
—¿Qué quieres que diga?—
—¡Dios Reich! Es nuestra bebé, muestra algo de emoción ¿Quieres?—
—...—para el alemán en estos momentos su mejor opción era quedarse callado, no quería problemas. —¿Podemos saber su sexo?—
—Por el momento no, apenas va por los 2 meses, tendremos que esperar un poco mas, tal vez a los cuatro o cinco podamos saberlo— respondió el medico, con un poco de miedo, sabia que no debía contradecir al soviético, pero era verdad, aun era muy temprano como para saber el sexo del bebé.
—Ves, deja de llamarla "la niña", ni siquiera sabemos si es niña, podría ser varón—
El soviético frunció el ceño, ¿Cómo podía decir eso?, no era el bebé, era la bebé, el sabia que iba a ser niña. Estaba totalmente seguro que el nuevo miembro de la familia seria una hermosa y adorable niña, estaba tan emocionado que ya estaba planeando que comprarle y como decorar su cuarto.
En su nueva casa había una habitación con una vista hermosa a la montaña, sin duda ese seria el lugar perfecto para ser el cuarto de la pequeña...amplio, de estilo elegante, lo pintaria de rosa sin duda o mejor lila, no, ¡Era mejor los dos colores! La emoción se le desbordaba por el rostro, era notoria la felicidad que este embarazo le causaba y fastidiaba al alemán.
¿Por qué él debería estar feliz? Si era algo bonito traer al mundo una nueva vida, pero ¿A que costo? El soviético no tendría que cargar con los dolores, los sintomas y eso le molestaba más, el ruso tendría a su tan "amada princesa" a costa suya y a costa de su sufrimiento. No queria tener un nuevo hijo, con Nazunist estaba bien, era feliz con él.
—Cuanto antes nos iremos de aquí— esas palabras lo sacaron de su trance.
—¿Qué dijiste?— pregunto curioso, pensó que había escuchado mal.
—Que nos iremos lo más pronto posible, debemos preparar la nueva casa para recibir a Reviet—
—¿Ya le pusiste nombre?—
—¡Claro! Es un lindo nombre ¿No?, se me acaba de ocurrir y siento que le queda perfecto—
—URSS, ni siquiera sabemos si de verdad es niña, te estas adelantando—
—Nada de eso, solo estoy emocionado, ya que parece que tú no lo estas, yo me emocionare en tu lugar— una sonrisa grande se formo en su rostro —¡Mandare a que apuren la mudanza!— y con eso el ruso salió del cuarto dejando al alemán solo.
Las lagrimas corrían por su rostro, intentaba hacerse el fuerte, pero no podía, estaba tan desesperado con acabar con su embarazo que empezó a dar golpes en su vientre, no iban a servir de nada, pero necesitaba desquitarse...
El sonido de arañazos en la puerta llamaron la atención del chileno, que estaba sumamente confundido al ver a Max afuera de su departamento, miro como el can le movía la cola con alegría y pasaba al lugar como si también fuera su hogar. Le parecía sorprendente como el canino podía recordar como llegar hasta ahí, pero solo lo dejo pasar.
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Mi Secretario Alechi
Fanfictionun alemán estresado por mucho trabajo que tiene decide contratar a un secretario para que lo ayude si saber que conocería al amor de su vida