●~Caught Up~● ○△☆☂

Capítulo 23

Narra Myeong:

La noche anterior recogimos un par de cuerpos de la sala donde estaban los jugadores. La purga había dado los resultados esperados por el jefe mayor. También tuve oportunidad de verificar que el equipo del señor Seong se encontrara a salvo. La habitación había quedado en completo desastre. Las literas con camas estaban a acomodadas en distintas áreas simulando un fuerte para cada grupo. Había manchas y rastros de sangre por todos lados. Los jugadores se encontraban en pésimas condiciones.

Las circunstancias para vivir aquí dentro no eran dignas de un ser humano. Incluso algunas de las personas empezaban a mostrar signos de enfermedad. Era angustiante ver cómo se deterioraba la salud de todos ellos de manera lenta y cruel.

Flashback: 

Aquellos jugadores obedecieron mis indicaciones y tuve oportunidad de registrar sus bolsillos para descartar cualquier tipo de arma escondida. Podía percibir el miedo en sus rostros.

Dejé libre a los dos y me encaminé hacia otro de los refugios. Me tomó por sorpresa encontrarme al señor Seong y aquel anciano del que siempre iba acompañado. Ambos lucían en muy malas condiciones y el sudor en sus rostros los delataba. Verifiqué un tanto preocupada que no tuvieran alguna herida grave.

—De pie... Colóquense contra la pared —indiqué tratando de no delatarme por mi tono nervioso.

—Él está muy enfermo. No creo que pueda levantarse, tiene mucha fiebre —habló el señor Seong con ambas manos arriba mientras se retiraba de su lugar.

Los dos me miraban con miedo y preocupación aunque no tenía intenciones de lastimarlos. 

—Está bien —respondí con un tono menos a la defensiva mientras bajaba mi arma.

Quise retirarme en ese momento pero el señor Seong me detuvo.

—Espere... —su voz reflejaba esperanza.

Me di la vuelta hasta quedar frente a él.

—¿Es usted la misma persona que estaba repartiendo los refrigerios en mi fila el otro día? —preguntó con cierta curiosidad.

Permanecí en total silencio evitando ser atrapada, realmente me había tomado por sorpresa que descifrara aquello tan rápido. No sabía que responderle.

—Estoy seguro de que es la misma. Siempre actúa distinto a los demás guardias ¿Por qué intenta ayudarnos? —cuestionó desde su lugar.

—Yo... —supe que era momento de hacerle saber la verdad—. Soy la detective Myeong, trabajo en la estación a la que fue a hacer una denuncia hace un par de días.

El señor Seong me miró con asombro por unos cuantos segundos tratando de recordar lo sucedido. Él tampoco podía creer que fuera yo la misma que me encontrara en este sitio .

—¿Es la mujer que me atendió ese día? La única que me creyó. ¿Qué hace aquí? —quiso saber aún conmocionado.

—Si le digo más información lo meteré en problemas. Sólo quiero que sepa que vine a intentar rescatar a todas estas personas. Por favor, resista un poco más, siga unido a su equipo y evite que los asesinen señor Seong —solicité.

—Pero... ¿Cómo va a ayudarnos exactamente? Ya han muerto demasiados. Puedo ser el próximo —percibí decepción en su mirada.

—Sólo confíe en mí —dije antes de dejar la zona.

Estaba consciente de que mis palabras no lo iban a dejar tranquilo debido a la situación en que nos encontrábamos. El señor Seong sabía que contaba con las mismas posibilidades de salir con vida de este lugar que yo. Di un vistazo rápido a todo el área para verificar que nadie se hubiese percatado de que acababa de conversar con uno de los jugadores. Pero al parecer la revisión estaba llegando a su fin y poco a poco los trabajadores se empezaron a colocar frente a la entrada esperando nuevas indicaciones de sus superiores.