Kuroko Tetsuya x Female Reader
—Kagami-kun— lo llamó.
El pelirrojo no contesto, solo hizo un pequeño asentimiento dando a entender que lo escuchaba.
—Llévame al médico.
—¡¿Eh?!— Kagami buscó la cara de su amigo para ver qué tipo de malestar tenía pero a simple vista se encontraba bien. Tenía la misma cara inexpresiva de siempre. —Yo te veo muy bien, ¿acaso estás mintiendo para salvarte del doble entrenamiento de Riko?— lo vio de manera burlona, no creía que el de ojos azules cayera tan bajo.
—No, debo de ir al médico a hacerme un chequeo, creo que tengo taquicardia.
—¡¿QUÉ?! ¡¿Y LO DICES TAN TRANQUILO?!
—No, en realidad me preocupa. Desde hace un tiempo me he estado sintiendo así. Mi corazón se acelera de la nada, me siento extraño.
—¿Extraño? ¿Extraño en que forma?
—No lo sé, sólo sucede cada vez que la veo.
—¿Cada vez que la ves? ¿De quién hablas?
—De Aida-san.
—¡¿LA ENTRENADORA?!
—¡Shhhhh! Kagami-kun está llamando la atención de todos— apuntó a su alrededor y era verdad, todos veían hacia el más alto.
—¿La entrenadora?— Kagami estaba que no se lo creía. —No sabía que te gustaban las chicas mayores.
—No me gusta Riko-san.
—¿Ah? ¿Entonces quién?
—Habló de...— dudó un poco en decir su nombre, nunca lo había hecho, siempre la llamaba por su apellido pero ahora Kagami lo estaba mal interpretando así que no tuvo de otra. —De (T/n)-san.
—¡¿TE GUSTA LA HERMANA DE LA ENTRENADORA?!
—¡Shhhhh!— lo volvió a callar.—Kagami-kun es muy ruidoso. Y no, no me gusta (T/n)-san
—¿Seguro?
—Si, debe ser taquicardia, por eso necesito ir al médico— el pelirrojo lo veía incrédulo, ¿Kuroko bromeaba verdad? Espera, Kuroko no es de hacer bromas, ¿entonces de verdad hablaba enserio? No podía creer lo que escuchaba, si hasta el sabía que era lo que le pasaba.
—¡Kagami-kun, Kuroko-kun!— una femenina voz los sacó de su extraña conversación.
Una castaña venía acercándose a gran velocidad mientras sacudía su mano.
—Hola— ese hola se escucho cansado.
—Esperen un poco— se recargó en sus rodillas para descansar —L-los estaba buscando— su voz se escuchaba entrecortada.—¿Qué tanto has corrido?— preguntó el pelirrojo.
—C-creo que toda la escuela. Bueno, eso no es lo que importa. Riko me mando a avisarles que hoy no habría entrenamiento.
—¿Eh? ¿Y eso por qué?— desde hace rato el de cejas dobles contaba las horas para que las clases acabaran y pudiera hacer unos tiros.
—Creo que tiene un examen importante, no entendí muy bien. Aunque también dijo que lo tomarán como un descanso, estos últimos días tuvieron muchos partidos— sonrió amablemente.
De repente un respingó hizo que la chica y el chico terminaran su conversación. Se giraron a ver al causante de este encontrándose al peliceleste con las dos manos en su pecho estrujándolo fuertemente, tanto que su uniforme comenzaba a arrugarse.