Midorima Shintaro x Male Reader
(T/n) estaba realmente preocupado, miraba su boleta de calificaciones con una cara pálida.
—Reprobé 4 materias...
A su lado estaban sus dos mejores amigos, Takao Kazunari y Midorima Shintaro, quienes también observaban el papel.
El primero no tardó en estallar en carcajadas burlándose completamente.
—¡N-no lo puedo creer! JAJAJAJAJ.
El castaño estaba rojo de la vergüenza, todos en el pasillo se les habían quedado viendo.
—¡C-Cállate Takao! No ayudas...— suspiró frustrado —¿Qué demonios voy a hacer? Mi mamá me va a matar.
—No entiendo como puedes ser tan bueno para jugar ajedrez y reprobar tantas materias— el peliverde lo miró incrédulo.
(T/n) lo vió de reojo molesto. Él era el capitán del club de ajedrez, era realmente el mejor, invencible, siempre ganaba el primer lugar en los torneos, sin embargo... era verdad, podía contra mentes maestras estrategas pero no contra los exámenes.
—Estoy acabado— quiso tirarse al piso a llorar.
—No es tan difícil. Simplemente debes volverte un poco más responsable.
—Claro, lo dice el que tiene las mejores calificaciones del salón— el castaño rodó los ojos.
El peliverde suspiró cansado y dijo algo de lo que esperaba no arrepentirse
—Si quieres puedo ayudarte.
—Woah, debes darle demasiada lástima a Shin-chan como para que él se ofrezca a ayudarte— Takao mencionó bromeando.
—¡¿De verdad?!— los ojos de (T/n) brillaron hacia Midorima ignorando completamente lo que su otro amigo había dicho.
—Si, solo que debemos encontrar un horario que se acople a los dos porque mi entrenamiento está primero.
—Lo sé, lo sé. El club de ajedrez también está primero.
Midorima solo lo miró mal.
—¿Qué? ¿Sabes que de eso puedo vivir verdad? La escuela que.
Lo siguió viendo mal.
—Y luego te preguntas porque reprobaste 4 materias.
—¡Oye!
•••
Midorima tocó la puerta del salón antes de pasar. Después de su entrenamiento vespertino había venido al club de ajedrez para recoger a su nuevo aprendiz.
(T/a) al verlo sonrió. Por un momento creyó que no vendría y que lo abandonaría a su suerte, sin embargo, al instante tuvo que volver su vista al tablero ya que estaba en medio de una partida. Analizó un poco y luego movió el afil. Levantó su cabeza buscando a quien lo esperaba.