Muñeca pt 2| Aomine Daiki

1.9K 160 5
                                    

Continuación del one shot anterior.

La pelirroja fue sumamente regañada por su madre al igual que por su doctor que ahora le tenía prohibido tocar una pelota.

—Pero mamá, fue por una buena causa— se quejó.

—Nada de "Fue por una buena causa" te sobreesforzaste y eso te va a traer consecuencias, ¿qué acaso no quieres volver a jugar en la selección?

—Claro que quiero, es solo que no pude evitar querer callarle la boca a ese idiota— se cruzó de brazos enojada.

—Entiendo porque lo hiciste _____, incluso con solo contarme yo me enoje pero debes de ser más cuidadosa, tu prioridad ahora es recuperarte ¿si? Prométeme que no lo volverás a hacer.

—Si mamá, te lo prometo. Ya no intentaré callarle la boca a alguien destrozándolo en un partido— levanto su mano sana como haciendo una promesa.

—Está bien, te creeré. Pero ya dime, cuanto a cuánto quedaron.

La chica solo sonrió y de manera emocionada comenzó a explicarle.

—67-46. Tengo que admitir que era muy bueno, aunque me terminé acostumbrado a su forma de juego y después fue muy fácil.

—¡Esa es mi chica!

Por otro lado, Daiki iba todos los días a aquella cancha en la cual por primera vez una chica le ganó, para ver si se volvía a encontrar con Shimizu pero esto nunca pasó.

Ya habían pasado algunas semanas de lo ocurrido y la rutina era la misma. Despertarse, ir a la escuela, ir a terapia y dormir, esto se repetía todos los días algo que estaba cansando a la pelirroja. Ella nunca había sido una persona de seguir rutinas pero las cosas acá en Japón eran muy diferentes a Estados Unidos.

Se encontraba estirando después de unos ejercicios que su fisioterapeuta le había colocado. Las últimas semanas su muñeca había mejorado enormemente.

—Shimizu-san, estas últimas semanas he visto mucha mejoría en ti y tu muñeca así que desde hoy te doy permiso de jugar un poco de baloncesto.

—¿Es enserio?— había brillos en sus ojos.

—Si, pero recuerda que solo hasta donde puedas, sin sobreesforzarte. No querrás que te vuelva a prohibir jugar ¿verdad?

La pelirroja solo negó.

—Entonces por hoy terminamos. Puedes irte.

—¡Muchísimas gracias doc! ¡Le prometo que no me sobreesforzare y mejoraré aún más!— tomo todas sus cosas y salió más rápido que un rayo.

—Ay, los jóvenes de hoy— el adulto solo negó con su cabeza mientras revisaba los apuntes del siguiente paciente.

La emoción que Shimizu sentía recorrer todo su cuerpo era impresionante. Recordó que más o menos así se sentía cuando jugaba un partido y eso solo la encendió más. Necesitaba llegar rápido a una cancha y que mejor otra que la que estaba cerca de su casa y en la cual había derrotado a ese idiota que la llamo muñeca.

Aomine se había decidió, hoy iría a esa cancha por última vez. Es algo raro pero sentía una extraña sensación, se podía decir que un presentimiento. Aun así no estaba muy convencido ¿cómo le haría caso a un simple presentimiento? Por eso es que sin ganas recorrió las calles que llevaban hasta esa alejada cancha. Decidió solo echar un vistazo, con eso bastaría. Eso pensaba hasta que a lo lejos logró visualizar una figura femenina moviéndose ¿Acaso?...

Sin pensarlo mucho se echó a correr, si era ella al menos lo quería comprobar con sus ojos y así fue.

Igual a como la recordaba, con sus pelos rojos recogidos en una coleta, con aquellos ojos dorados que le recordaban al idiota de Kise, moviéndose de esa manera tan extraña y encestando la pelota.

One Shots Kuroko no BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora