A través del vínculo de una guerrera y su segundo, se desarrolla una historia no contada del pasado.
Anya Kom Trikru nos cuenta los primeros años de vida de la Comandante Lexa.
Desde la joven guerrera de los bosques de Trikru, su ascenso al trono de...
Durante los meses siguientes, Azgeda pareció mantener un perfil bajo, al igual que los que estaban dentro de Mount Weather. Desafortunadamente, esos tiempos tranquilos enmascararon una tormenta que se avecinaba bajo la superficie. Fue la llegada de un cazador de Ingranronakru lo que lo cambió todo. Los Jinetes de las Llanuras siempre habían apoyado a Polis y habían sido aliados de Trikru y de la mayoría de los clanes durante muchos años. Comerciaban con caballos, una parte integral de la vida cotidiana de nuestra cultura.
Este Jinete de las Llanuras había llegado a las puertas de Polis cubierto de sangre, exigiendo ver a la Comandante. Después de intentar abrirse paso entre los guardias, la inmovilizaron y la llevaron a una celda de detención. Los jinetes de las llanuras eran famosos por su temperamento feroz, esta chica no era diferente.
Lexa le dio tiempo para que se enfriara antes de que le trajeran a la chica. Gustus condujo a la chica de las Llanuras atada a la sala del trono y ella cayó de rodillas, golpeada y ensangrentada. Desconfiamos de sus intenciones y su historia. Lexa exigió que se explicara y todos escuchamos con atención.
Parecería que en su camino de regreso a su clan después de completar su rito de paso al desierto, una tradición que todo Jinete de las Llanuras debe soportar, buscó refugio de una tormenta en una taberna cerca de las tierras de Azgeda. Aquí escuchó a dos soldados ebrios de la Nación del Hielo hablando de la intención de la reina Nia de marchar contra Lexa. La Reina de Hielo ansiaba poder y control sobre Polis, había hecho saber que no tenía respeto por un Comandante Trikru. La niña había matado a los guerreros durante una pelea y regresó a Polis para advertir a Heda.
Parecía decir la verdad, pero al igual que con cualquier asunto como éste, se abordó con cierto grado de precaución. Lexa ordenó que se atendieran las heridas de la chica y que su consejo de guerra comenzara los preparativos. Si la información era correcta, la guerra llegaría a Polis, los clanes serían llamados a elegir alianzas y la esperanza de una coalición de doce clanes parecía desvanecerse.
Todo se basaba en la historia de la chica de las llanuras conocida como Costia.
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Una parte de mí se mantuvo escéptica con respecto a este Jinete de las Llanuras. Su nombre por sí solo no era de origen Ingranronakru, era un nombre Trikru. Le había explicado a Lexa que hace dieciocho años que sus padres visitaban el pueblo de Anacostia para intercambiar caballos. Costia nació antes de lo esperado y habían surgido complicaciones tanto para la madre como para el niño. Los curanderos de Anacostia salvaron sus vidas, así que para honrar al Jefe, ella recibió su nombre de su hogar. El jinete de las llanuras con nombre Trikru.
Envié jinetes para hablar con el antiguo jefe de Anacostia y buscar a la familia Costia para confirmar su identidad. Regresaron días después con la noticia de que ella decía la verdad sobre quién era. Ya no teníamos motivos para dudar de sus palabras de advertencia. De hecho, Nia se estaba preparando para la guerra contra Lexa. Una Reina hambrienta de poder a la cabeza de un feroz ejército de guerreros no debía tomarse a la ligera.
Habíamos discutido muchas opciones sobre cómo abordar la amenazaAzgeda. No se había enviado ninguna declaración de guerra formal desde TheIce Nation ni sabíamos si Nia tenía el apoyo de otros clanes. Se habló deque pudo haber descubierto otro Sangre Nocturna en las tierras de hielo, lo queexplicaría un movimiento tan audaz. Desde el cónclave, Titus hizo que susexploradores buscaran a otros Natblidas para entrenar en Polis, pero hasta elmomento ninguno había sido encontrado ni se había presentado. Si Niatuviera el control de un Nightblood, tendría el control de Polis y la únicapersona que se interponía en su camino hacia el trono de los Comandantes eraLexa.
Hicimos todo lo posible para reprimir nuestrasteorías hasta que pudieran fundamentarse. Necesitábamos hechos,información sólida sobre el plan de guerra de Nia.
No pasó mucho tiempo antes de que se llenaranalgunos de los espacios en blanco. Dos espías Azgeda fueron descubiertos en lastierras de la comandante en las fronteras de Polis. Uno murió tratando deescapar, el otro fue entregado a Gustus para ser interrogado. El jefe deguerra de Trikru era conocido por su naturaleza persuasiva cuando trataba connuestros enemigos. El espía de Azgeda se mordió la lengua durante el mayortiempo posible hasta que finalmente Gustus rompió su resolución.
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El espía destrozado de Azgeda había hablado de muchas cosas. Se acercaba la guerra, la reina Nia ya había buscado el apoyo de otros clanes. Anhelaba el liderazgo de la Nación del Hielo en Polis y no se detendría ante nada para ganar este puesto de poder.
Se hizo evidente que la Reina de Hielo estaba al tanto de la situación con Costia y los soldados de Azgeda ahora fallecidos que la atacaron en la taberna. Le había dicho a algunos de los clanes que Lexa estaba albergando a un asesino de sus guerreros y Azgeda no toleraría semejante injusticia. Esta distorsión de la verdad ahora hizo viable que Nia usara esto como una excusa conveniente para desafiar a Lexa. Sabía muy bien que Heda no entregaría al Jinete de las Llanuras a la Nación del Hielo. Lexa tenía su honor y Nia tenía la intención de usar esto para manipular a cualquier clan que mostrara un rayo de apoyo.
Costia se había ofrecido a entregarse a Nia. Ella expresó que incluso una mala excusa para declarar la guerra podría ser tan potente por razones justificables, que no sería utilizada como una excusa para que Azgeda atacara a Lexa. Me impresionó el honor y la lealtad de Costia. Lexa no estaría aquí, no permitiría que Costia se convirtiera en una víctima de la sed de poder de Nia.
Me había quedado claro durante las últimas semanas que Lexa y Costia habían comenzado a acercarse, para gran consternación de Titus. Pensaba que el puesto de Heda significaba una vida solitaria sin conexiones emocionales, pero algunos lazos van más allá de lo que otros esperan de nosotros.
Vi la forma en que Lexa miraba a Costia y la forma en que le devolvía las miradas. Tenían una conexión, más que un deber, más que una amistad y hasta el día de hoy creo que ambas se amaban de verdad. Siempre confié en que Lexa sabía lo que pensaba, que sabía que enamorarse podía ser riesgoso para alguien en su posición. El amor rara vez pide ser bienvenido en nuestras vidas, se estrella contra nuestros corazones e incluso los guerreros más fuertes son incapaces de mantenerlo a raya.
Incluso en tiempos tan graves, habían encontrado la paz entre ellas. La líder y la cazadora una al lado de la otra mientras estábamos al borde de la guerra.
