Capítulo 5 🌹

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Young Saeng se hallaba a más de un kilómetro y medio, en las afueras del pueblo, solo con un completo desconocido que, además, era su esposo legítimo. Para complicar más aún las cosas, dicho desconocido había decidido no alquilar una carreta o un coche para el viaje de regreso al rancho, y eso significaba que Young Saeng iba sentado en la montura delante de Hyun Joong, obligado así a soportar la intimidad de su contacto durante todo el viaje.

La maleta y el bolso de Young Saeng, unidas por un trozo de cuerda, estaban atadas a la grupa del caballo, detrás del jinete, como un par de tristes sacos de arena.    

Convencido de que Hyun Joong debía de estar furioso, no podía pensar otra cosa, a pesar de que, en la iglesia lo negó repetidas veces, Young Saeng se exprimió el cerebro para encontrar un modo de mitigar el enfado antes de que llegaran al rancho de los Kim y Hyun Joong hiciera algo de lo cual se arrepintieran los dos más tarde.

—¿Señor Kim?  

Hyun Joong al oír su apellido, se puso un poco tenso, la mano en la cintura de Young Saeng cambió de posición y la cercanía de los dedos al pecho fue un recordatorio sutil de que Young Saeng ya era su esposo y, por lo tanto, de su propiedad.

—Young Saeng, ahora puedes llamarme Hyun Joong. Es algo más o menos aceptable que entre esposos se empleen los nombres de pila. También puedes usar apelativos cariñosos como: cariño, cielo, mi amor, tu eliges

—Sí, claro, Hyun Joong. —Sintió en la garganta un nudo de ansiedad, grande como un huevo de ganso. —Yo, eh... —Hizo esfuerzos desesperados por tragar. Los ojos se le llenaron de lágrimas de frustración, y los árboles que los rodeaban se convirtieron en manchas aún más borrosas. A lo lejos, veía los picos escabrosos de las montañas, que así, vistas sin los anteojos, parecían bultos vagos, gigantescos. —Estaba pensando... bueno, sé que debe de estar enfadado. Hasta furioso. Por cierto, no lo culpo por eso, y quiero que sepa que haré todo lo posible para resolver las cosas.

—¿En serio? —Hyun Joong curvó los anchos hombros y apartó un poco el sombrero para poder verle la expresión. —Y dime, Young Saeng, ¿de qué modo piensas resolver las cosas? —Los ojos negros chispearon, cálidos, mirándolo. —Si me equivoco, corrígeme cariño, pero pensé que las cosas estaban bien arregladas.

—¿Arregladas, dice? ¡Estamos casados, señor Kim! ¡Por el amor de Dios! ¿No comprende lo que eso significa? No puedo creer que usted esté de acuerdo con toda esta locura.

Hyun Joong esbozó una leve sonrisa, y sus negras pestañas bajaron para ocultar a medias su expresión.

—Supongo que, tal vez, la situación te asusta un poco más a ti que a mí.

—¿Que me asusta? ¿Por qué debería asustarme? —preguntó. —Creo que sería más correcto decir que estoy inquieto.

Los pliegues que enmarcaban la sonrisa de Hyun Joong se convirtieron en profundas hendiduras, y los labios firmes se estiraron en una franca sonrisa.

—Está bien, tal vez te sientas más inquieto que yo. Y no te culpo por eso. Casi no me conoces, y ahora, de pronto, tengo el control absoluto de tu vida. Eso debe de ser perturbador. Lo entiendo.

¿Control sobre su vida? ¡Oh, Dios! Parpadeó y apartó el rostro, incómodo por el silencio que se creó entre los dos, pero sin saber cómo romperlo. Nervioso, se manoseó los bordes de la camisa y deseó estar en cualquier otro sitio menos en ese.

—Si te sirve de algún consuelo —agregó al fin Hyun Joong, —no soy un hombre de mal carácter. No tienes que tener mie... —se interrumpió e hizo una pausa. —Inquietud, no tienes por qué inquietarte. Se que en el pueblo se dice mucho sobre mí, pero te puedo asegurar que muchas de esas habladurías no son verdad.

Un Desastre para Hyun. HyunSaeng 🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora