Epílogo 🌹

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Young Saeng sintió que el corazón iba a estallarle de dicha, pero no se atrevía aún a creer tanta felicidad…
  
—Hyun Joong, tú… ¿sientes algo por mí?, ¿de verdad? —le preguntó tímidamente.
   
—¿Qué si siento algo por tí? —Hyun Joong cerró los ojos y volvió a abrirlos. Tomó el rostro de su esposo entre sus manos y lo acarició—. Te amo, cariño, te amo tanto que siento que si no te tengo a mi lado me moriré. No quiero que te alejes de mí, quiero compartir mi vida contigo, pasar contigo los buenos momentos y los malos… tú lo eres todo para mí, Saengie.
   
Las lágrimas manaban ya libremente de los ojos de Young Saeng, y no podía detenerlas. Con dedos temblorosos acarició el rostro de su marido, mirándolo con adoración.
   
Hyun Joong contuvo el aliento ante las emociones que podía leer en las facciones de su esposo, y cerró los ojos un instante.
   
—Dios, he estado ciego todo este tiempo, ¿no es verdad? —le preguntó con voz ronca—. Estás enamorado de mí también…
   
Young Saeng asintió con la cabeza y sonrió entre las incesantes lágrimas.
   
—No puedo recordar un solo momento desde que nos casamos en el que no te ame—le dijo con voz entrecortada—, pero yo creía que tú sólo querías un esposo para ser la omma de tus hermanos.
   
—Y lo quiero —lo picó Hyun Joong, burlón, devorándolo con los ojos—, una omma, un esposo, un romance de cien años, con hijos e hijas, y tú cada noche en mi cama, incluso en las noches en que estemos demasiado cansados para hacer el amor.
   
Young Saeng dejó escapar un suspiro de felicidad, y lo besó, hundiendo a continuación de nuevo el rostro en su garganta.
   
—Yo también te amo, Hyun Joong, y sobre nuestros hijos, creo que será más pronto de lo que crees, tal vez dentro de unos cuantos meses…
   
El corazón de Hyun Joong se saltó un latido.

—Entonces deberíamos discutir cuántos tendremos apartir de ahora. —Hyun Joong se rió y lo abrazo suavemente. —Mi amor, tú eres lo único que quiero —susurró con voz queda—, tú y los hijos que Dios quiera darnos —le dijo besándolo.
   
Saengie respondió con auténtica pasión, y pronto estuvieron perdidos el uno en el otro. De hecho, pasaron varios minutos antes de que Hyun Joong despegara sus labios de los de su esposo, y observó sus mejillas sonrosadas y sus ojos brillantes mientras trataba de recobrar el aliento.
   
—Será mejor que volvamos al rancho antes de que alguien nos vea y nos arresten —le dijo Hyun Joong—. Me haces perder la cabeza cariño.
   
Saengie acarició amorosamente los finos labios de su marido con sus dedos.
   
—A mí me pasa lo mismo.
   
Hyun Joong besó la mano que lo acariciaba, y dejó que volviera a su lugar.
   
—Vamos a casa mi amor, los muchachos estarán felices de tenerte de vuelta y las gallinas también —le dijo Hyun Joong con una sonrisa dibujada en los labios.
   
Young Saeng se rió.
   
—Espero que Jibin y los demás puedan perdonarme por abandonarlos y creo que le debo una disculpa a la abuela…
   
—Bueno, creo que no tendrán ningún problema, ellos también te deben una disculpa a tí, mi amor  —le dijo—. Y la abuela estará feliz de tener más trabajo con nuestro bebé que viene en camino. Así que, vayamos a casa.

Young Saeng  observó con cariño las Montañas Rocosas a lo lejos. Miró a su marido y se sonrieron. Su marido tenía razón, su hogar estaba donde Hyun Joong estuviera. Apoyó la cabeza en su hombro con un suspiro dichoso y cerró los ojos mientras se dirigían a su hogar.

































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Años después.

 

El cielo de primavera ofrecía un azul tan intenso que el contraste con el blanco de las nubes, el verde oscuro de los árboles y el rojo oscuro de las montañas del horizonte al atardecer resultaba intenso y brillante. Young Saeng pensó en que alguna una vez quiso tocar la felicidad, pero ahora la tenía en el corazón, entre los brazos de su marido, en cada momento de la vida con él.
   
Cerró los ojos un instante y miró después al pequeño ser que tenía en los brazos.
   
—Es una niña preciosa —dijo la abuela, Mi Sook, que estaba a su lado.
   
Young Saeng asintió. Las conversaciones y las risas los rodeaban.
   
—¿Puedo tenerla un rato?
   
Con una sonrisa, Young Saeng le entregó a su pequeña de dos meses, y la expresión de la abuela derramó ternura al tener a la pequeña en sus brazos.
   
—¡Mira, omma! ¡Mira! —lo llamó una vocecilla llena de alegría.
   
Saengie se volvió.
   
Su hijo, Kyungsoo, de tres años. Un pequeño de ojos claros, cabellos castaños y anteojos decorando su hermoso rostro, corrió detrás de una bola de criquet acarreando un mazo de madera y sólo consiguió darle a su padre en la espinilla.
   
Con los ojos de par en par, Hyun Joong se echó mano a la pierna y se dejó caer al pasto. Su nuevo pequeño desastre lo había golpeado por tercera vez, en lo que iba del día.
   
Young Saeng se levantó de su sillón a la sombra y corrió hacia ellos conteniendo la risa.
   
—Lo siento, papá —decía el pequeño, muy serio—. Te doy un beso para que no te duela, ¿está bien?
   
Y lo besó en la pierna.
   
—Aquí también —dijo su padre, señalándose la mejilla.
   
El pequeño soltó el mazo y besó a su padre de nuevo.
   
—¿Mejor?
   
—Creo que también necesito que me bese omma —dijo con malicia.
   
Young Saeng se arrodilló sobre la hierba y miró a Jibin y Kyuhyun, que a duras penas contenían la risa, y besó a su marido en los labios.
   
—Feliz pascua, Saengie —dijo Hyun Joong, acariciando su mejilla—. ¿Eres feliz, mi amor?
   
Las lágrimas le nublaron la visión a Young Saeng un instante, pero parpadeó y miró a su alrededor a sus amigos, a su padre y a su familia congregados en el rancho de los Kim. Jibin y Kyuhyun seguían escondiendo coloridos huevos de pascua por todo el rancho, seguidos muy de cerca por Hyung Jun que caminaba de la mano de Jung Min. Kyu Jong mantenía una charla privada con su prometido, Hong Ki, en el porche. Y su padre estaba admirando a su nueva nieta.
   
Su precioso hijo, Kyungsoo, lo miraba esperando una respuesta a la pregunta de su padre y Young Saeng lo abrazó contra su pecho, lleno de felicidad. Hyun Joong se incorporó y Young Saeng le quitó una brizna de heno del cabello castaño antes de tomar su mano y apoyársela en la mejilla para decir, mirándolo a los ojos:
   
—Soy muy feliz. Este es el mejor día de mi vida Hyunnie. Es tal y como lo soñé. Te amo.

—Te amo más, mi bello desastre —contesto Hyun Joong depositando un tierno beso en los labios de su amado esposo.

  

                         🌹FIN🌹
    







PatikoDeceano
minimiss501
JakelineVazquezGutie
amoraheoyoungSangie
JazminBecerraZavala
ElsaSacco
gilmitha0686
ACM2286KH




Llegamos al final de esta historia, muchas gracias por sus ⭐, por sus lindos comentarios y por tomarse el tiempo de leerla apesar del horario en la que actualizaba. 🤭 Espero haberles sacado al menos una sonrisa a través del HyunSaeng que para mí son mis más grandes amores y la felicidad de mi vida. Espero leernos pronto. Las amo mil. 😘💚

                 
     💚🦦 HyunSaeng_Forever👽💚




Un Desastre para Hyun. HyunSaeng 🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora