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Es difícil describir el momento exacto en el que un enamoramiento empieza, puede ser un pequeño instante el que inicia todo, pueden ser años acumulados, muchos se enamoran cuando presencian el momento más brillante de esa persona especial, otros ante la ausencia.

Itachi a pesar de ser un genio nunca entendió lo que implicaba el amor, esos temas eran confusos para él y es obvio que siendo un niño pequeño era prácticamente imposible notar que su primer amor, ese inocente sentimiento que era completamente diferente al amor convencional del mundo adulto, el mismo sentimiento que lo acompañaría durante toda su vida, empezaría en un cuarto de hospital, a sus 5 años.

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-¿Se pondrá mejor pronto Akame-San?-Pregunto Itachi pasándole un vaso de agua, Akame que estaba algo perdida en su mente reaccionó y lo aceptó para después sonreír levemente.

-No lo sé, quizás jamás mejore.- Respondió lentamente con la mirada perdida.

-No puede ser, pensé que solo tenía unos huesos rotos.- Replicó con preocupación.

-La recuperación física es sencilla, solo se necesita de paciencia, pero a veces Itachi-Chan tenemos heridas más profundas, en nuestra mente y espíritu, es difícil mantener la convicción cuando no naciste siendo alguien valiente o talentoso.- Siguió hablando sin mirar más que el vaso de agua.- Me preguntaste si me gustaba más ser ninja o samurai, pero la verdad es que ni siquiera había pensado en las dificultades que tiene ser mujer en medio de un mundo tan cruel. Entre a la guerra justo en el momento en que necesitaba a una madre que me explicara sobre los cambios de mi cuerpo, que me explicara lo que involucra ser una mujer y los cuidados que conllevaba.

-¿Ser mujer hace más difícil ser ninja?-Pregunto sin entender a lo que ella apretó los labios.

-Si me lo hubieras preguntado hace dos años te habría dicho que no había diferencia, en la guerra no importa lo que seas, el papel que desempeñas siempre será el de cazar o ser cazado. Pero en la vida diaria hay una diferencia, por más que quisiera negarlo. Tu propio cuerpo no coopera todo el tiempo, por naturaleza los músculos no funcionan igual, la velocidad no es la misma, los cambios son abrumadores apenas entras a la adolescencia y tienes que esforzarte al doble o triple para ir a la par de tus compañeros, añadido a eso pueden haber más amenazas por el simple hecho de ser mujer.

-¿Lo que le paso Akame-San tiene algo que ver con ser mujer?

-Por desgracia si. Quisiera negarlo pero fue suficiente para hacerme pensar que quizás no soy una mujer lo suficientemente fuerte para atravesar este camino, si soy sincera… Aun no deduzco por completo si tengo la fuerza para hacerlo.

-¿Entonces Akame-San dejará el camino ninja?-Preguntó el niño realmente sorprendido, Akame lo miró fijamente por unos segundos para después negar con suavidad.

-No ser suficientemente fuerte para hacer algo no quiere decir que debas retirarte, sólo quiere decir que tendrás que ser más valiente que el resto y tener una convicción fuerte,aún si tengo miedo y si algo dentro de mi grita que debería rendirme… también hay una parte de mi que desea proteger las cosas importantes sin importar el costo. Itachi-Chan… Quizá para un niño tan destacado como tú esto será extraño de escuchar, pero, no importa si soy más débil que tú, incluso podrías convertirte en una leyenda, no importa, yo siempre sacaré un poco más de valor para protegerte.

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Itachi no necesitaba pensarlo mucho para saber que todo había comenzado ahí, el día que por primera vez alguien le prometió protegerlo aún si no era necesario.

Akame dejo la aldea unos días después, a lado de su abuelo Mifune, en ese momento no se sabía con certeza si habría un regreso, sabía que era su obligación retomar el entrenamiento samurai, pero el resto comenzaba a ser su decisión, sus compañeros de equipo se despidieron sin hacer preguntas, sabían que cualquier decisión debía ser completamente de ella.

El único que pregunto cuándo regresaría fue Itachi que estaba en compañía de sus padres, por un momento Akame sintió que lo que decidiera estaría bien, así fue como se sintió al ver a la matriarca del clan Hyuga, el cuarto Hokage y su esposa y finalmente a las cabezas del clan Uchiha dando sus bendiciones sin importar si regresaba o no.

Eso le quitó una enorme presión del pecho, aún si había alguien que la juzgará… también tenía gente a su lado que entendía por completo su temor.

-Itachi-Chan- Se arrodillo poniendo una mano en la cabeza del niño para después despeinarlo un poco.- Aliméntate bien, ayuda a tu mamá en casa y asegúrate de aprender a escribir pronto, quiero que me escribas cuando tu hermanito o hermanita nazca, estoy segura de que serás un gran hermano mayor.-Itachi asintió mientras sonreía con emoción.

-Entrenaré mucho para hacerme más fuerte.- Akame frunció un poco el ceño con preocupación pero asintió.

-Si eso te hace feliz está bien, yo seré feliz si tu lo eres.

Con una reverencia se despidió de todos y emprendió su camino de regreso al país del hierro.

Kogarashi~ Itachi UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora