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Apreté los ojos sin muchos deseos de despertar, siempre había sido un poco perezosa para despertar y más cuando se trataba de madrugar, aunque intentaba siempre ser puntual, me costaba trabajo salir de la cama a veces.

Aún con pereza me obligue a salir de la cama, abandonando la calidez y pasando al frío, me di un baño rápido y seque mi cabello lo más rápido posible para no tener tanto frío, al pasar mi toalla por la cara note un leve dolor, cuando me miré en el espejo noté que tenía un grano saliendo en mi mejilla derecha, me observé con desgano, Hyuga-Sama ya me había hablado sobre los efectos de las hormonas y lo que sucedería en su cuerpo, sinceramente tenía un poco de envidia de los hombres, Haru tenía una piel tan perfecta que ni siquiera parecía estar pasando la adolescencia, lo mismo con Hota.

Intentando no estar tan incómoda me vestí lo más rápido que pude y dejé mi cabello suelto, estaba húmedo y si lo peinaba de esa manera me daría dolor de cabeza.

Fui a la cocina con prisa, la intención de levantarme temprano era poder prepararle un almuerzo y desayuno a Haru como agradecimiento por haberme esperado a cenar el día anterior y prestarme algunas chamarras, sin embargo en cuanto abrí la puerta me encontré con que Haru ya estaba haciendo lo que yo tenía pensado, no eran más de las 6 ¿A qué hora se levantaba? Al darse cuenta de mi presencia volteó y me dió una amable sonrisa.

-Buenos días Tsubaki-San ¿Dormiste bien?

-Buenos días, Haru ¿Por qué estás despierto a esta hora? Yo... Yo planeaba hacer el desayuno.-Dije con un poco de vergüenza, él pareció sorprenderse por unos segundos pero pronto volvió a responder con ese tono cortés que parecía acompañarlo siempre.

-No es necesario Tsubaki-San, en realidad disfruto mucho haciendo este tipo de cosas y bueno, respondiendo a tu pregunta anterior, despierto a las 5 para poder entrenar un poco antes de cumplir mis obligaciones.

Me sorprendí un poco con eso último, Haru no había demostrado mucho en esa semana de entrenamiento, aunque pensándolo con detalle era verdad que tenía resistencia, más que Hota o yo, pero no me imaginé que fuera tan apegado a sus entrenamientos, me lo imaginé más del tipo... Intelectual.

-Toma asiento Tsubaki-San, el desayuno está listo.

Obedecí con una sonrisa, Haru era un chico muy atento y respetuoso, algo diferente a lo que había visto en su padre.

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-Espero que realicen con éxito esta misión y más importante, regresen a salvo, es algo sencillo en realidad, pero no podemos ignorar la situación del exterior.-Minato-San parecía de verdad estar echo para el papel de Hokage, desde que llegamos a la torre se notaba que estaba atareado asignando todo tipo de misiones, al intentar recuperarse de la guerra, Konoha dependía totalmente de sus misiones, por lo que asignar al Shinobi correcto era crucial, aunque parecía ser que eso no era problema para él.

Después de explicarnos qué sería una misión de escolta y la ruta que debíamos seguir, dió paso a la familia que nos contrataron.

Era una pareja, el hombre parecía tener 47 años aproximadamente y la mujer, aunque se veía más joven, se veía débil, venían con una adolescente de no más de 17 años, ambas mujeres nos miraron con una sonrisa pero el hombre nos veía con mala cara y tras beber un poco de una botella de dirigió a Minato-San.

-¿Está seguro de que esta bola de mocosos podrá proteger a mi familia? Mi mujer está enferma y no quiero ningún riesgo, este viaje de por sí ya te de peso para ella.

-Tranquilo Tazuna-San, su familia estará bien, la chica que ve ahí participó en la reciente guerra, el joven de lentes pertenece al prestigioso clan Hyuga y le aseguro que Hota-Kun tiene de las mejores técnicas de sellado que hay, además estarán acompañados por un jounin.

Una gota recorrió mi cien, Minato-San de verdad sabía vender a sus ninja, omitió decir que yo apenas hace una semana tenía cédula ninja, que Haru usaba lentes a pesar de que su principal poder recidia en sus ojos, que Sakurai-Sensei era vanidoso con sus habilidades y que Hota se descuidaba muy fácil.

Aún así ese hombre pareció medio satisfecho.

-Vamos cariño, no hagas sentir insegura a Tsunami, estaremos bien.-La mujer hizo una pequeña pausa a mitad de sus palabras para toser, al parecer si estaba enferma y el clima de afuera no ayudaría mucho.

Su hija se quitó la bufanda y le rodeó con ella dándole una sonrisa, el hombre porfin suspiró y se dirigió a nosotros.

-Yo soy un importante constructor de puentes, necesito que me lleven y protejan, no solo a mi, si no a mi familia a la tierra de los arrosales a reparar un puente que la misma guerra destrozó, también les pediré que me ayuden para terminar pronto, como ven, mi esposa no puede durar mucho tiempo más fuera de casa. ¿Pueden con eso?

Todos asentimos de manera seria, muchos trabajadores se encontraban en situaciones similares gracias a la guerra, quizá ayudarles sería lo mínimo que podríamos hacer por ellos.

""

Yo nunca había viajado a la tierra de los arrosales, tampoco conocía sus cercanías así que no tenía mucha idea de cuánto nos tomaría llegar, Haru me había dado un mapa para en caso de que nos separaramos, y según me contó, estábamos a día y medio a paso Shinobi, lo que se duplicaba considerando que transportabamos civiles y que uno de ellos estaba enfermo.

La única desventaja es que tendríamos que apresurarnos lo más posible por tramos para lograr llegar a casas de hospedaje, acampar en invierno era de por sí difícil para un ninja, era algo que no podiamos hacer ahora.

Conforme fuimos avanzando el camino se puso más y más frío, quizá por qué estábamos cerca de una zona con muchos ríos, la esposa del señor Tazuna parecía empeorar con el frío, cuando comenzó a toser más de lo normal tome mi bufanda, guantes y capa térmica y se las extendi.

-Oh no querida, no podría.

-Esta bien, yo soy del país del hierro, ahí es invierno por más de medio año, estoy acostumbrada a las temperaturas bajas.-Me acerqué a ella y la cubrí con cuidado, ella me sonrió y su hija me hizo una pequeña reverencia en agradecimiento, apenas me despegue un poco de ellas algo aterrizó en mi espalda, al reconocer el olor a Lilas voltee a mirar a Haru que ahora estaba solo con su chamarra y bufanda.

-Eres muy amable Tsubaki-San, pero debes cuidar un poco de ti a veces.

-N-No Haru, de verdad estaré bien, este clima no es nada y-yo

-Se que eres del país del Hierro, pero aún así me gustaría que lo aceptarás.-Me sonroje sin saber que decir, a veces Haru era tan amable que me dejaba sin palabras.

-¡Ey! Ustedes dos dejen de coquetear y caminen rápido.-El grito de Hota nos hizo reaccionar y comenzamos a caminar, ahora ambos con un sonrojo.

-N-No coqueteabamos.-Dijo Haru más que para Hota, para si mismo en un tono bajo y jugando un poco con la punta de sus dedos.

Sonreí un poco, Haru era muy amable pero a veces se volvía tímido y mostraba una faceta tierna, era el primer chico que conocía de esa forma.

Kogarashi~ Itachi UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora