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Para cuando llegué de regreso a la mansión Hyuga ya era bastante tarde, quizá poco más de las siete de la noche, después de saludar a un par de personas, entre a la mansión de la rama principal, mi intención era buscar a Hyuga-Sama pero al abrir la puerta de la cocina solo estaba un chico bajito, volteó a verme, tenía unos grandes y redondos lentes, me ofreció una amable sonrisa.

-¿Tsubaki-San, verdad?-Terminé de entrar y asentí con lentitud, pareció ponerse un poco nervioso pero siguió sonriendo.-Ah mamá dijo que saldría junto con papá a ver a Hokage-Sama, me pidió que te preparara un té, etto...ya debe de estar.-Se volteó nuevamente para retirar la tetera y bajar un par de tazas, seguí observandolo, su cabello era azul pero de un color un poco más opaco que el de Hyuga-Sama y era la primera vez que veía a un Hyuga con lentes y más aún unos tan gruesos.

-¿Eres hijo de Hiashi-sama?-Al parecer se alegro un poco de que yo hablara, volteó nuevamente ahora con ambas tazas en una bandeja y unos panecillos.-Si, soy Haru, Hyuga Haru.

Sonreí levemente al escucharlo, se sorprendió un poco por eso pero no dijo nada.

-Tu nombre es igual al de mi tío.-Nuevamente sonrió y asintió, con una movimiento de cabeza me indicó que le siguiera al comedor, fui detrás de él y nos sentamos uno frente al otro.-¿Eres ninja?-Pregunté notando la banda en su frente, no la había visto del todo por su flequillo.

-S-Si, me gradué hace dos meses.-Rascó su mejilla levemente avergonzado, pensé que sería un par de años menor a mi, apenas parecía medir el 1.55.-Pero Tsubaki-San ya fue a la guerra.-Asentí sin mirarlo, mucha gente al mencionar eso tenía diferentes maneras de verme, algunos me veían como una peste, otros con cautela o miedo, otros con coraje por mi bajo desempeño en esta y había otros tantos que me miraban con lástima, eso me hacía sentir incómoda.-Lo siento mucho.- Rápidamente regresé mi mirada para encontrarlo haciendo una reverencia completa, abrí la boca con sorpresa sin saber que decir.

"¿Por qué se disculpa?" Se enderezó pero mantuvo su mirada en el piso, después de unos segundos intente hablar pero solo logré balbucear, aún sin mirarme continuo hablando.

-Proteger la paz era deber de los Shinobi, después de todo, fuimos nosotros quienes hicieron que la guerra estallara, los Samurai no debieron ser obligados a intervenir, no, usted no debió ser obligada Tsubaki-San.

Mi corazón se estrujó y sentí mis ojos humedecerse, parpadee y moví la cabeza, debían ser las hormonas de las que me habló Hyuga-Sama. Tome un trago de té con la intención de que el nudo de mi garganta se hiciera menos doloroso, en silencio Haru comenzó a beber su té, internamente me sentí muy agradecida de que no me preguntará nada ni me obligará a explicarme, mantenía esa leve sonrisa en su cara, era una sonrisa cálida, no era del tipo de sonrisa que expresaba gran felicidad, pero sin duda era del tipo de sonrisa tranquila que te hacía sentir cómoda.

-Me alegra... Que no fueras enviado a la guerra Hyuga-San.-Se sobresaltó un poco y se sonrojó levemente, sus lentes se empañaron por el vapor del té haciendo que en su cara se pusiera una mueca chistosa, solté una pequeña carcajada mientras tapaba mi boca, el volvió a sonreír con un poco de ternura, eso hizo que me sonrojara un poco por la vergüenza.

-Es la primera vez que la veo reír, me alegra notar que está más tranquila, ah y llámame Haru, creo que eres mayor que yo.

-¿La primera vez? Pero es la primera vez que nos vemos.

-Yo ya la había visto por aquí, pero no pude acercarme a hablar con usted, padre ha sido estricto con los entrenamientos.

Después de eso seguimos en silencio hasta que terminamos, Haru se llevó las tazas y me dijo que podía descansar en mi habitación, al entrar encontré una carta sobre el escritorio de la habitación, la abrí notando que el sello pertenecía al país del hierro, era de Mifune-Sama avisando que las tormentas eran muy fuertes, por lo que debía esperar en Konoha a qué la temporada terminara, suspire pasando una mano por mi cabello, tendría que comprar ropa, pero no tenía dinero, quizá si ayudaba a algunas personas con recados lograría conseguir un poco. Volví a dejar la carta sobre el escritorio y fui a dormir, tenía que despertarme temprano al día siguiente, Mikoto-Sama me había pedido que la acompañará al hospital junto con Itachi-Chan y que me quedara con él mientras ella se hacía unos análisis.

Kogarashi~ Itachi UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora