-¿Ah? ¿De verdad tomaron el examen chunnin sin mí?-Preguntó intentando sonar ofendida pero la sonrisa suave de Haru la hizo reír a la mitad de la frase.
-Agregamos a una chica que estaba sola al equipo.-Asintió, Akame sonrió complacida, sus compañeros eran realmente fuertes así que no había motivo para atrasarnos.-Quizá puedas tomarlos el año que viene.
Akame se quedó pensando unos segundos para después asentir.
-Tienes razón, quizá debería retomar el entrenamiento ninja.-En realidad le agradaba más la idea de ser samurai, los encargos eran pocos, el país del hierro era tranquilo, tenía tiempo para relajarse sin tener que preocuparse por cosas como el dinero.
Pero estaba consciente de que no siempre el camino que más te gusta te dejará satisfecho, aún podía sentir la opresión en el pecho que empezó desde el primer momento en que pisó un campo de batalla.
No es que soñara con acabar con las guerras, pero no deseaba que alguien tomara su lugar y viviera esos horrores, si estando ella ahí podía significar una persona viviendo tranquila, eso le bastaba. Sobre todo Nami, tenía que proteger a su familia de la maldad del mundo exterior, incluso pensaba en Tekyoo ella sería mejor para dirigir a los Tsubaki.
-Te ayudaré a entrenar si lo necesitas.-Le prometió Shisui de manera amable a lo que ella asintió, siguieron caminando hasta llegar a las puertas de Konoha.
El cambio de temperatura fue evidente sobre todo en las Tsubaki, pues si bien apenas estaba haciendo una leve brisa de calor, ellas tenían un sonrojo que atravesaba sus narices de manera suave, lo que contrastaba demasiado con sus pieles pálidas.
Muchas personas las miraron provocando que se sintieran incómodas, sus cabellos color rojo y la piel tan pálida llamaban demasiado la atención.
-T-Todo está muy diferente.-Comentó Akame intentando ignorar los murmullos detrás de ella.
-Cuando se reconstruyó la aldea se cambió la ubicación de los clanes.-Le respondieron, eso llamó su atención ¿Por qué no reconstruyeron todo igual?
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-Es un honor tenerlas como invitadas.-Las recibió el líder del clan Hyuga con una reverencia y una ceremonia de té como era costumbre.Aunque Akame intentó que el hokage las dejara hospedarse en un hotel, eso fue prácticamente imposible, claro que por ella no había ningún problema, pero sabía que Tekyoo y Haru estarían incómodos aunque el Hyuga no lo demostrara.
Por fortuna había demasiada gente como para que la incomodidad fuera evidente y contrario a lo que algunos pensarían, Tekyoo era extremadamente buena para ocultar sus sentimientos y malos comportamientos cuando se encontraba en situaciones diplomáticas, incluso sabía llevar esas situaciones mejor que Akame.
-Es un placer para nosotras estar en su morada.-Respondió Tekyoo ofreciendo una reverencia de regreso a lo que Akame solo la copio, pudo notar levemente que al patriarca de los Hyuga le agradó su prima, al igual que al consejo de ancianos que las recibía.
-Tsubaki-San es un gusto volver a verla, ha crecido tanto desde la última vez que nos vimos.-Habló la matriarca del clan dirigiéndose obviamente a Akame en un recibimiento más hogareño, en compañía a ella la pequeña Hinata se sonrojo y le sonrió al mismo tiempo que Haru también sonreía.
Eso le pareció tierno, ambos hermanos tenían la misma sonrisa.
-Me alegra saber que su salud está íntegra y que su pequeña es tan fuerte y hermosa.-Respondió intentando conservar un poco de la formalidad del asunto.
El evento de bienvenida que les brindaron los Hyuga duró al menos una hora más, una hora un aburrida si consideraba que debió sentarse sobre sus rodillas a beber té y responder esporádicamente a alguna pregunta de la manera más elaborada posible para no sonar irrespetuosa.
Una vez que pudo levantarse sintió sus rodillas tronar y las pantorrillas entumecidas, Tekyoo parecía igual de cansada pero al contrario de ella no perdió el porte ni un segundo.
-Si el hokage escuchará tus rodillas no te dejaría presentar el examen chunnin.-Se burló Haru en voz baja acercándose a ella, ambos rieron levemente y después él le indico salir.
Abandonaron la sala bajo la mirada de Tekyoo que nuevamente se reclamaba mentalmente el momento en que aceptó ir.
-El cumpleaños de Hinata será en tres días así que la mayoría de personas en el clan estarán ocupadas con la organización.
-Esta bien, no les causaremos molestias.
-Me refiero a que tendrán tiempo libre, quizá podrías visitar al nuevo prodigio ninja-Comentó refiriéndose a Itachi.-Pregunta por ti cada vez que me lo encuentro.
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Itachi a sus 8 años tenía metas claras, los pasos a seguir para conseguir su sueño, no se fijaba en otra cosa que no fuera volverse más fuerte para erradicar las guerras.
Por esa misma razón no tenía muchos amigos o conocidos, su grupo "social" se limitaba a Shisui, sus compañeros de equipo, Izumi y Sasuke, si es que su hermano menor contaba.
Es por eso que en sus días libres realmente no encontraba qué hacer, no le gustaba tener días libres, pero muchas ocasiones lo terminaban obligando a tenerlos. Cuando eso pasaba solía entrenar con Shisui, pero ahora que el mayor estaba en una misión esa idea también estaba descartada.
Teniendo casi una semana libre intentó pasar el primer día durmiendo y descansando hasta tarde, pero su cuerpo ya estaba demasiado acostumbrado a las misiones a las 6 am por lo que no pudo dormir mucho más de lo usual. Se había entretenido jugando con Sasuke un rato igual, pero a las 5 de la tarde sus ideas se habían acabado y su hermanito estaba dormido por el cansancio.
Por suerte la solución vino a la puerta de su casa, Izumi llegó con la intención de invitarlo por un té y unos dangos, salieron del clan Uchiha en silencio, en realidad le agradaba Izumi, era una chica algo chistosa y amable, no tenía interés romántico en ella, pero era una gran amiga, aunque obviamente se dió cuenta de que para ella las cosas no eran iguales.
Las pláticas con ella eran sencillas, aunque extrañamente atraían la atención de la gente, quizá había chismes rodeandolos, pero de nuevo, no le importaba, Izumi era solo una gran amiga para él.
-¡Woah! ¡Esa chica es muy hermosa!- Exclamó Izumi con admiración, Itachi levanto la vista saliendo de sus pensamientos, enseguida encontró a la mujer a la que se refería Izumi.
Con un kimono de pelea color verde jade, su obi era amarillo con flores rojas, usaba mallas de red largas y su cabello rojo estaba suelto y bailaba con el viento.
A itachi no le tomo ni dos segundos reconocerla y sentir su corazón palpitar de la emoción, aunque su rostro no mostraba ninguna emoción.
Cuando era pequeño no podía describir exactamente lo que sentía al ver a Akame, pero ahora que tenía 8 años y un vocabulario más amplio, podría ponerlo en palabras.
Era la sensación de ver una criatura que parece irreal, la misma sensación que causa el ver una pintura de un hada o un elfo o una criatura indescriptiblemente bella, era una fascinación.
-Si piel es tan pálida y su cabello se ve tan hermoso bajo el sol.-Volvió a hablar Izumi realmente hechizada por la manera en que los rayos del atardecer alcanzaban su cabello debajo de la sombrilla que alguien más llevaba por ella.-Oh, ese chico ¿Acaso no es el Haru Hyuga? ¿Será su novia?
Itachi sin excusarse se puso de pie y corrió hacia la pareja que lo recibió con una sonrisa, estando frente a ellos noto que la diferencia de estaturas entre él y Akame no había disminuido, ambos habían crecido demasiado en esos 3 años. Akame se agachó a su altura y le acarició la cabeza.
-Has crecido mucho Itachi.
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Kogarashi~ Itachi Uchiha
أدب الهواة-Siempre que pienso en usted, en mi mente aparecen dos palabras. La primera es "Kogarashi" por qué cuando la conocí, sentí una ráfaga de aire frío, como las que llegan antes del invierno, quizá no lo sepa, pero a mí siempre me ha gustado el invierno...