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Cap 37

Faltaban dos días para navidad.

Los Kim habían decidido cenar en su propia casa sin invitados. Taehyung no saldría de fiesta con sus amigos aquella noche como hacía siempre luego de las doce y media de la noche.

Aquel día se quedaría con Jungkook. Sus amigos le daban igual en ese punto de su vida, no es que fueran amigos muy cercanos, solo amigos con los que reírse un rato.

Jungkook era más importante y una parte de Taehyung lo sabía.

Sabía que se había enamorado de él.

Y era por eso que se había tomado el tiempo de ir a buscar algún regalo que pudiera ser lindo para Jungkook.

Se había decidido por el peluche de un gatito, el cual había tenido que guardar en el ropero para que Jungkook no lo viera.

En cambio Jungkook le había comprado una bola de nieve en donde habían dos ositos abrazados. Era un regalo tierno y tenía que tener sumo cuidado de no romperlo en esos días que quedaban hasta la navidad.

La casa de los Kim estaba toda decorada con guirnaldas de arbolitos y bastones de dulces de color rojo y blanco. El árbol de Navidad no era muy grande porque al padre de Taehyung no le agradaba la idea de que Yeontan se subiera al árbol cada navidad y este terminase tirado a mitad de la casa, hecho un desastre de adornos y retazo de árbol sintético.

La señora Kim se había encargado de hacer una variedad de platillos para la navidad. Había de todo: sopa, pescado con salsa, arroz, sushis, pizza por si la cena salía mal, unos deliciosos Dumplings y sándwiches de jamón y queso como aperitivo para antes de la cena.

Jungkook seguía en la cama de Tae leyendo Cementerio de Animales. Ya casi terminaba el libro, le estaba gustando mucho y sabía que pronto le pediría permiso a Tae para leer los demás libro que tenía de Stephen King.

Terminaría siendo un gran fan.

Jungkook no era de leer demasiado, pero la habitación de Taehyung y esa estantería que le estaba haciendo ojitos, cambiaban las cosas.

Y era por eso que a Taehyung se le había ocurrido salir a comprar libros para Jungkook.

Era la primera vez que el menor tendría tantos regalos, y ni siquiera lo sabía.

A Taehyung le daba igual si Jungkook le regalaba algo o no, sólo quería verlo sonreír de nuevo.

Quería volver a preguntarle por la cita, a pesar de saber que estaban destinados en el peor momento posible.

Taehyung pensaba que tenían una relación extraña, pero todo era posible. Con amor y paciencia él se encargaría de Jungkook.

Aquel día cuando Tae llegó de hacer la compra del regalo para el menor, tuvo que esconder los libros en la habitación de sus padres porque sabía que Jungkook estaba en su cuarto.

Escondió la bolsa y fue directo a saludarlo.

Jungkook se sorprendió cuando vio a Taehyung entrar al cuarto con unas flores.

—Hola Koo.

El menor le hizo un pucherito y se levantó para darle un abrazo. Lo necesitaba después de todo.

Taehyung lo envolvió en sus brazos y dejó que Jungkook descansase la cabeza sobre su hombro y hubiera la nariz en el hueco de su cuello.

Se quedarían así por largo tiempo.